Yucatecas piden vivir maternidades libres, plenas y autónomas
Históricamente, a las mujeres se les presiona con una conciliación materno-laboral para que cumplan con todo, a pesar del cansancio, la fatiga y el estrés.
Por Itzel Chan
Mérida, Yucatán, 13 de mayo de 2022.- Mujeres que también son madres de familia en Yucatán, se reunieron en un conversatorio denominado “Maternidades dominantes V.S. Maternidades Disidentes”, en el que plantearon las formas históricas y tradicionales de cómo se ha instruido ser mamás y lo que las orilla a ser presionadas para poder con todo, pese al cansancio, la fatiga y el estrés. Sin embargo, expusieron y visibilizaron que quieren vivir libres, plenas y autónomas.
La antropóloga social Georgina Rosado Rosado expuso una problemática que es evidente a diario: a las mujeres se les otorga la responsabilidad de la crianza en la mayoría de los casos y es quien se encarga de los asuntos escolares, el desarrollo vital de las hijas y los hijos, además de todas las tareas de la casa. Y caso de que trabajen, entonces se les pide ser exitosas.
“Esta sociedad nos exige cumplir con todos estos roles. La maternidad puede llegar a ser una cárcel mental cuando no te permite tener una visión integral tuya como persona”, indicó la también madre de familia.
Desde su experiencia, confesó que ella vivió la maternidad como feminista con culpa, porque no le era fácil dejar a su hija sola o no llegar a los festivales porque tenía que trabajar.
“Toda la teoría de género no me ha librado de sufrir la culpa de ser madre que ha roto los estereotipos en una sociedad patriarcal”, expuso.
En relación a las madres que se salen de los patrones delimitados, indicó que mayormente sienten culpa y un sentido de autocastigo por creer que no están ejerciendo su maternidad de manera ideal.
“El Día de las Madres somos maravillosas y nos dan utensilios domésticos, pero finalmente, muchas viven reprimiendo otras áreas de su vida como la sexualidad, por ejemplo”, añadió.
Estas situaciones llevan a algunas mamás a vivir en depresión, crisis y bajo estrés porque sienten culpa de no poder cumplir con todos los roles en el trabajo y en la casa.
Comparó también que si un hombre, por ejemplo, es exitoso en su trabajo, aunque sea un padre ausente, es valorado; pero si una madre hace exactamente lo mismo, es juzgada socialmente.
“A veces tenemos que renunciar a nuestro erotismo, por ejemplo, para no ser vistas como malas y estas represiones son un tipo de violencia que sostiene y fomenta otras violencias”, agregó.
Compartió también que hoy en día las mujeres se preguntan cómo ejercer la maternidad sin tener que conflictuarse con ellas mismas y con los modelos de otras mujeres.
Por su parte, Astrid Ceballos, educadora de profesión y líder de la Tribu Maya ná, promueve la crianza respetuosa y expuso que a las mujeres se les ha hecho creer que pueden con todo.
“Nos han dicho históricamente que la crianza es nuestra responsabilidad y los padres en muchos casos han estado ausentes y sólo son los proveedores económicos, mientras que a las mujeres se nos pide una conciliación materno-laboral que es bastante conflictiva porque esperan que cumplamos con todo”, describió.
Para Grisel Riverón, gestora operativa de eventos culturales y artísticos, también fue importante poner sobre la mesa la situación por la que atraviesan las mujeres embarazadas que son abandonadas, pues son sometidas a un estrés que sin duda afecta su estado emocional y después de esto se les pide que muy a pesar de lo vivido, sean unas excelentes madres.
La activista y feminista María Candelaria May, presidenta del Centro Cultural y de Derechos Humanos «Casa Colibrí», recordó precisamente que la maternidad será deseada o no será y, por otro lado, consideró necesario crear estos espacios para ya no romantizar la maternidad sino vivir los claroscuros que este proceso trae consigo.
De acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en México, 7 de cada 10 mujeres que tienen un empleo son madres y suelen tener en promedio uno o dos hijos.
Por otra parte, seis de cada 10 mujeres que son madres están casadas, sin embargo, pese al estado civil que tengan, ellas tienden a buscar empleos más flexibles, lo que se refleja en mayores tasas de informalidad, menores ingresos, trabajo por cuenta propia y jornadas laborales más cortas.
Además, el 72 por ciento de las mujeres que no tienen empleo remunerado, pero quisieran trabajar, son madres.
El IMCO también registró que el número de hijos o hijas impacta el nivel de ingreso de las madres que trabajan, ya que el 63 por ciento de las trabajadoras con dos hijos gana hasta dos salarios mínimos y 73 por ciento de aquellas con seis hijos o más tiene ese mismo nivel de ingreso.
Mientras tanto, las mujeres con un mayor ingreso mensual, es decir, más de cinco salarios mínimos al mes o 25 mil 930.50 pesos, tienen menos hijos que el promedio del resto de las mujeres con empleo.