Yazmín, el calvario por recuperar a su bebé
Su expareja la golpeó y se llevó a su hija, por lo que desde hace seis meses lucha por recuperarla.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 21 de octubre del 2020.- Desde hace seis meses, Yazmín Constantino Torres no ve a su hija Camila. En mayo, tras informarle a su expareja Adrián Amílcar Martín Medina su decisión de terminar la relación, éste la agredió a golpes y se llevó a la bebé consigo.
No fue la primera ocasión que intentó terminar con la relación, antes de enterarse de que estaba embarazada ya se habían separado, pues Adrián nunca trabajó para ayudar con los gastos de la casa.
“Teníamos diferencias porque él no trabajaba, yo soy promotora para una marca y trabajo en un supermercado, ya me había fastidiado de pagar todo. Yo estoy divorciada y me decía que exija la pensión al papá de mis hijos. Me separé de él (Adrián), pero me di cuenta que estaba embarazada y regresamos porque prometió cambiar, yo estaba enamorada y acepté”, explicó.
Al nacer la bebé, Adrián la llevaba a casa de su madre para que la cuidaran. Sin embargo, cuatro meses después Camila tenía una quemadura en la mano y él continuaba sin trabajo.
Ante este panorama, una vez más Yazmín le comunicó que era mejor terminar. Y al pasar cuatro días de este episodio, la bebé llegó a casa con el cabello corto. “Me dijo que yo estaba mal, le pedí que no me tratara como loca, que estaba viendo que tenía el cabello más corto”, relató.
Adrián quería confundir a Yazmín, hacerla sentir que perdió la noción de la realidad. La psicología llama a esta clase de abuso como gaslighting. Poco tiempo después, inició el maltrato físico.
El primero de mayo, el Día del Trabajo, Yazmín descansaba y sus dos hijos se habían ido a pasar el fin de semana con su papá.
“Yo estaba con Camila en la hamaca, me mordió mi pecho y le dije jugando “esa señorita se cree guau guau”, puse mi mano para quitarle el pecho y ella lloró. Él (Adrián) me gritó que la estaba golpeando, me la arrebató y se fue a la sala. Decidí empezar a alistar mis cosas para irme, él me vio y salió de la casa con nuestra hija, empezamos a discutir y él me pateó para meterme a la casa y le puso llave. Mi mamá y mi cuñado me fueron a rescatar”, contó.
A partir de ahí empezó el viacrucis de Yazmín, pidió ayuda a la Policía para recuperar a su hija, pero Adrián alegó que se encontraba drogada y los agentes de la patrulla 6408 amenazaron con llevarla arrestada por disturbios en la vía pública.
Acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) y la persona que la atendió le sugirió que intente pedirle perdón a su esposo para que recuperara a su hija; luego fue a la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa) en donde le dijeron que no podían tomarle la denuncia.
En cuatro ocasiones acudió a la Fiscalía y a la Prodemefa, en ambas la respuesta fue la misma. “Me decían que regresara con él, que, aunque no fuera mi culpa, una madre hace lo que sea por sus hijos”, explicó.
Finalmente, el 5 de mayo interpuso la denuncia en FGE por las lesiones y golpes que recibió de Adrián. Y con ayuda de un oficial, personal de la Prodemefa por fin le tomó la denuncia por Camila.
“Un policía me llevó a la Prodemefa en donde me dijeron que no eran jueces para regresarme a mi hija y que no había delito qué denunciar. Pero al salir, el oficial me dijo que regresara de nuevo adentro y le pidiera su nombre al señor que me atendió porque no debía negarse a tomar mi denuncia; entonces, yo entré me hinqué y le supliqué llorando y fue así como me respondió que la levantaría, porque era su deber, pero que si mentía yo iría a la cárcel”, narró.
En julio, el juez séptimo de lo Familiar le otorgó la guardia y custodia de la bebé a Yazmín, por lo que Adrián tendría que regresársela. También concedió al padre su derecho a visitas y videollamadas.
Para lograr esto tuvo que comprobar que todas las acusaciones de Adrián en su contra eran falsas, aportó pruebas de antidoping y Psicología, su seguro, currículum, etc. y la jueza determinó que Camila, al ser una lactante, por recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debía permanecer junto a su madre.
Desafortunadamente, Adrián no entregó a la bebé, pues el acuerdo decía que de no acceder a la orden de la juez solo se haría acreedor a una multa. “Metimos un escrito con la jueza para solicitar la diligencia con fuerza pública, pero él metió un amparo contra el acuerdo que me otorga la guarda y custodia y solicita la suspensión provisional para que él pueda tener a la niña”, señaló Yazmín.
El juez quinto de distrito determinó que Camila debería permanecer con su papá en lo que se resuelve la suspensión definitiva. Y el Tribunal Colegiado respaldó esta decisión, por lo que la abogada de Yazmín interpuso una queja contra esa instancia, ya que Adrián había cometido desacato al no regresar a la menor a su madre.
Actualmente, a Adrián le otorgaron medidas de protección y Yazmín tiene prohibido acercarse a él y a su propia hija, pues la acusó de haberlo golpeado, situación que físicamente es imposible, por su tamaño y fuerza. Llama la atención que a ella también le otorgaron medidas de protección contra él hasta que se lleve a cabo el juicio. Ambas fueron concedidas por la jueza séptimo de lo familiar.
En tanto, Camila ya cumplió un año y un mes y Yazmín no ha podido abrazar a su hija en todo este tiempo, a pesar que logró acreditar la violencia psicológica y física que sufrió y que una jueza le otorgó la guardia y custodia.
Para lograr quedarse con la bebé, Adrián metió un escrito en el que argumentó que se sentía muy decepcionado de ver cómo las leyes protegían más a la mujer que al hombre y que la jueza la favoreció a Yazmín por ser mujer, lo que bastó para convencer a las autoridades judiciales de que la pequeña permanezca alejada de su madre, sin visitas, derecho que a él si le había sido otorgado.