Urge un feminismo antirracista y decolonial
La activista feminista maya de Casa Colibrí, Candelaria May, indicó que hay que descentralizar las luchas feministas, porque las violencias en contra de las mujeres no distinguen líneas geográficas.
Por Itzel Chan
Mérida, Yucatán, 27 de noviembre de 2023.-En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la activista maya María Candelaria May Novelo, recordó la urgencia de un feminismo antirracista y decolonial, sumado a que las luchas de este movimiento deben descentralizarse.
La también presidenta y fundadora del Centro Cultural y de Derechos Humanos “Casa Colibrí” en Valladolid, compartió que desafortunadamente los tipos de violencia en contra de las mujeres no distinguen líneas geográficas, así que en todos los municipios de Yucatán se registran hechos de maltrato físico, emocional, psicológico y sexual en el interior de los hogares.
«Esta violencia afecta a las niñas, adolescentes, mujeres adultas y también a niños. En los hogares se distinguen violencias de tipo ‘ley de hielo’, insultos, expresiones verbales, emocionales y físicas. En cuanto a la sexual, no sólo se concibe en el ámbito familiar sino se presenta en el ámbito comunitario que va desde obligar a ver el cuerpo de otra persona hasta las violaciones y abusos que resultan en embarazos impuestos», precisó.
En este sentido, para Candelaria es urgente un feminismo antirracista y decolonial para que se comprenda el contexto de cada comunidad y desde ahí se atiendan y entiendan las violencias machistas.
También dijo que urge descentralizar las luchas feministas, pues por ejemplo, en los espacios de Casa Colibrí se organizan personas que no viven en Mérida y que asumen su origen étnico maya y desde ahí creen que es necesario construir feminismos antirracistas, decoloniales, interseccionales, antipatriarcales y comunitarios.
Señaló que la consideración que tiene se debe a que los contextos urbanos son distintos a los que se viven en las comunidades, como por ejemplo, reconoció que las problemáticas que atraviesan los hombres son distintas porque en municipios es frecuente que enfrenten rasgos de opresión en trabajos explotadores y demandantes que consumen sus cuerpos y su salud física y mental, que muchas veces les llevan a estar inmersos en alcoholismo y drogadicción.
«Es por eso importante construir nuestros mismos feminismos comunitarios y descentralizar las luchas en nuestros propios municipios», recalcó.
Casa Colibrí hasta ahora trabaja en Valladolid, Tizimín, Panabá, Maxcanú, Tekax, Umán, Mérida, Pisté, Tixkokob y Cuzamá y extienden sus redes a otros territorios de Quintana Roo como José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto y, en el caso de Campeche, en Seybaplaya.
En todos estos lugares trabajan desde las mismas herramientas que tienen las mujeres en sus territorios. Candelaria dijo que hasta ahora no han aceptado imposiciones de otros feminismos que se ejercen en ciudades capitales.
Tan sólo interponer una denuncia por violencia de género, abundó, no es igual hacerlo en una ciudad capital que en un municipio en donde ni siquiera hay oficinas de dependencias gubernamentales.
«Se trata de acompañamientos distintos porque por ejemplo la Fiscalía General del Estado no está cerca e implica dar muchas vueltas en el proceso, ir a buscar a las mujeres en sus comunidades y gestionar los recursos de manera distinta», explicó.
En este sentido, reconoció que cada vez es más visible la lucha feminista en los municipios, pero queda más trabajo pendiente.