Rogerio Castro, entre mentiras, reclamos y soberbia

En una álgida rueda de prensa, evadió las preguntas sobre las irregularidades cometidas para dejar sin trabajo a Servidores de la Nación y funcionarios de Servicio Profesional de Carrera
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 31 de marzo de 2025.- Al sostener que cualquier cuestionamiento “le resbala”, el delegado de la Secretaría del Bienestar, Rogerio Castro Vázquez, no quiso responder cuáles fueron las razones para reprobar a los funcionarios de Servicio Profesional de Carrera, e incluso dijo que no estaba enterado de que no les renovó los contratos a los Servidores de la Nación que protestaron esta mañana.
En una álgida rueda de prensa, el controvertido funcionario evadía o minimizaba las preguntas de los periodistas en torno a los conflictos labores en su delegación. Es más, dijo que siempre le contesta los mensajes que le envían los trabajadores para solucionar los problemas y que tiene las puertas de su oficina abiertas para recibir a quienes reprobó.
Sin embargo, como los propios inconformes han sostenido, Rogerio Castro no ha dado la cara para explicar por qué no les renovó los contratos a los Servidores de la Nación que llevaban seis años trabajando en la Secretaría del Bienestar.
Tampoco ha dialogado con los ocho funcionarios administrativos, a quienes sin notificación previa y sin que se les aplique la Evaluación de Desempeño anual, fueron reprobados por dicho delegado con la intención de despedirlos, violando totalmente la Ley del Servicio Profesional de Carrera de la Administración Pública del Gobierno federal.
“No me voy a pelear con ellos ni generar polémica, yo no hablaría mal de un compañero; cuando uno esté en el servicio público tiene que de dar todo de uno mismo y sacrificar a su familia”, se excusó el delegado.
Ante las preguntas de la prensa con respecto a la protesta de los Servidores de la Nación, indicó que tendría que revisar por qué fueron dados de baja e incluso mintió diciendo que se acababa de enterar de lo sucedido.
Rogerio Castro empezó a divagar en sus respuestas, sosteniendo que “alguien que habla mal de la gente no representa a la Secretaría de Bienestar (sic)”, y que la conducta y la ética son muy importantes en el trabajo. También empezó a contar que todos los Servidores de la Nación tienen su número telefónico, a quienes, según dijo, los ha apoyado.
Fue entonces que un periodista le recalcó que uno de los trabajadores despedidos se quejó de no contestarles sus mensajes desde hace días, a lo que respondió que lo iba a revisar “porque me llegan muchos”.
En la rueda de prensa, el periodista de Haz Ruido le preguntó por qué reprobó a los funcionarios del Servicio Profesional de Carrera, a quienes debió evaluar en los meses de enero y febrero. De igual manera le cuestionó cuáles son los elementos de prueba con los que dispone para ponerles mala calificación, pero nuevamente empezó a esquivar.
“Todos estamos sometidos a las calificaciones, hasta yo”, sostuvo con cierto tono de burla.
Rogerio Castro declaró que le va a explicar directamente a ellos por que los calificó mal y que su oficina estaba abierta para atenderlos. Sin embargo, el reportero le recordó que no los ha recibido.
“No vamos a un generar un debate inexistente con los compañeros en los medios de comunicación”, volvió a evadir.
Visiblemente enojado, el delegado incluso le dijo al periodista de Haz Ruido que debería “buscar noticias más interesantes (sic)”, y le reclamó por traer sus temas sin dejar que los otros reporteros pregunten de otras dudas (sic).
Es más, dijo que sólo estaba armando un debate para hacer una nota, volviendo a despreciar los reclamos de los funcionarios afectados.
Fue entonces que el periodista le preguntó si la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, estaba enterada de estas irregularidades. Rogerio no contestó, sólo dijo que no ha despedido a nadie.
Al final, con tono de soberbia, sostuvo que sí puede dormir tranquilo.
Cuando los reporteros salieron del edificio, los Servidores de la Nación que habían protestado minutos antes le llamaron a Rogerio a su teléfono para que todos pudieran constatar que no los atiende. De hecho desvió las llamadas.