Refugio de mujeres violentadas, siempre lleno
Recibe a quienes sobrevivieron violencia extrema y no tienen un lugar seguro dónde vivir; ellas acuden ahí porque están en riesgo de ser víctimas de feminicidio.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 20 de febrero de 2019.- Es tan grave la situación de violencia de género que sufren las mujeres yucatecas, que el Refugio del Instituto Municipal de la Mujer casi siempre está lleno. Quienes acuden allí lo hacen para, prácticamente, salvar sus vidas, pues huyen de las agresiones físicas y emocionales que padecen en sus hogares.
Se trata de un lugar seguro para las víctimas de violencia extrema. En él, se les ofrece hospedaje y cobertura de las necesidades básicas, pero sobre todo talleres de fortalecimiento emocional y de capacitación para el autoempleo, pues la intención es que cuando salgan puedan subsistir económicamente.
“Hay ocasiones en las que no nos damos abasto, el Refugio casi siempre está al cien por ciento de ocupación, eso te habla de que la situación de violencia de género contra las mujeres es muy grave”, reconoció Fabiola García Magaña, directora del Instituto.
La funcionaria indicó que actualmente el sitio está ocupado por completo y aunque pronto habrá egresos, ya están separados los espacios para otras mujeres que buscan escapar de la violencia feminicida y son canalizadas por distintas instancias o asociaciones civiles.
“Estamos ante un panorama grave. Qué más quisiéramos que no haya ese Refugio, que las mujeres no tengan que recurrir a este lugar para escapar de la violencia, pero para que eso suceda la sociedad tendría que respetar nuestros derechos a una integridad física y emocional”, sostuvo.
Actualmente, este local, que depende del Ayuntamiento de Mérida, tiene una capacidad para ocho núcleos familiares, es decir, la afectada con sus hijas e hijos. Opera las 24 horas del día y brinda atención psicológica y legal, así como alimentación, vestido, calzado, entre otros aspectos.
Llegaron a ese lugar porque su vida está en riesgo, están en una escenario tan delicado que, sino se refugian, podrían ser víctimas de feminicidio. La gran mayoría está escapando de parejas que las agredían físicamente, ya no soportaron el calvario y pidieron ayuda.
“Ingresan de manera voluntaria, no es un albergue ni una cárcel, es un espacio en donde se trabaja con ellas para que puedan salir adelante, fortalecerlas emocionalmente y que desarrollen habilidades que les permitan tener ingresos propios sin necesidad de depender de nadie”, explicó García Magaña.
Aunque la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia indicaba que el tiempo máximo para permanecer en el Refugio era de tres meses, se tuvo que cambiar ese punto porque resultaba insuficiente para que ellas pudieran restablecerse; por tal razón, ahora pueden quedarse lo que consideren necesario.
El caso de mayor tiempo que una mujer ha permanecido ahí es de un año con ocho meses, informó la directora, quien agregó que la ubicación del lugar se mantiene en secreto, pues se maneja con un protocolo de confidencialidad.
“Es un refugio para aquellas mujeres que sobrevivieron a la violencia extrema, que no tienen un lugar dónde vivir o el sitio que habitan no es considerado seguro para ellas ni para sus hijas e hijos”, recalcó.
Como hemos informado en diferentes reportajes de Haz Ruido, las cifras de violencia de género en Yucatán son alarmantes. Por ejemplo, tan sólo en el primer mes y medio de 2019, la Secretaría de Salud federal reportó que 113 mujeres tuvieron que recibir atención médica debido a las lesiones que sufrieron por violencia familiar, mientras que el año pasado cerró con mil 80 víctimas.