Premian a Kekén con agua y excretas de cerdo
Pobladoras y pobladores de Homún y Kinchil “reconocen” a empresas que amenazan al medio ambiente y sus derechos mayas.
Por Herbeth Escalante.
Mérida, Yucatán, 5 de junio de 2019.- Mujeres y hombres de Homún y Kinchil se manifestaron en contra de compañías porcícolas que amenazan con contaminar el agua y el medio ambiente de sus localidades con excretas de cerdo. Incluso, les entregaron de manera irónica el reconocimiento “Empresa Peligrosamente Racista y Contaminante (EPRC)”.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, las y los inconformes se reunieron en el Monumento a la Patria para señalar que las megragranjas no sólo ponen en riesgo los ecosistemas, sino que extraen para su propio beneficio enormes cantidades del vital líquido.
Como parte de la protesta, se dirigieron a las instalaciones de la empresa Kekén, ubicada a pocos metros de Paseo de Montejo, para dejar en la puerta los mencionados “reconocimientos”, que consistieron en garrafones de agua con excremento de puerco.
Acusaron a esa empresa y a Grupo KUO de discriminar al pueblo maya, vulnerar el derecho a la consulta, imponer su proyecto económico, el cual es extractivista, y de poner en riesgo los recursos naturales, en particular el vital líquido y los cenotes.
“Por eso, con este premio queremos señalar a quienes nos discriminan y no respetan los derechos del pueblo maya, queremos decirles que ya los conocemos, los reconocemos y los señalamos”, indicaron al leer su posicionamiento.
También dieron a conocer la “mención vergonzosa” a la firma PAPO, socia de Kekén, que actualmente enfrente un juicio contra pobladores de Homún por la instalación de una granja de cerdos, que aparentemente cometió una serie de irregularidades.
Durante la manifestación, sostuvieron que al momento de defender sus tierras se han encontrado con políticos, jueces, gobiernos, tribunales y empresarios “que han decidido colaborar con quien pone en riesgo la vida, el medio ambiente y también la armonía de nuestros pueblos, por eso los queremos señalar como colaboradores tóxicos”.
Al grito de “Agua sí, mierda no”, las y los habitantes, en compañía de integrantes de Grupo Indignación, llegaron al edificio administrativo de Kekén para exigir respeto a su entorno y sus derechos como pobladores indígenas.