Policías de Chicxulub golpean y torturan a poblador
“Eran entre ocho y 10 policías, llegaron en bola y me golpearon por todo el cuerpo. Me llevaron a una brecha, en el monte, cerca de una línea de tren en Chicxulub. Ahí me colgaron en un árbol, me dejaron suspendido, con las manos esposadas y amarradas con una soga, para golpearme como si fuera una piñata”, relató Carlos.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 13 de noviembre de 2020.- La violencia de la Policía yucateca en contra de la población está imparable, por lo que cada vez se escuchan más voces exigiendo justicia y que se detengan los actos de tortura y las detenciones arbitrarias.
Tal es el caso de Carlos Cua Sulú, quien el pasado 11 de noviembre fue detenido ilegalmente por elementos de la Policía Municipal de Chicxulub Pueblo, quienes lo golpearon salvajemente y hasta lo trasladaron a una brecha para torturarlo.
“Ocurrió muy temprano, como a las 7 de la mañana, cuando iba al trabajo. Me detuve porque había un cable de alta tensión tirado en la calle y en ese momento vi a los policías municipales, a quienes les pedí su apoyo para retirarlo y evitar accidentes. En respuesta, se burlaron de mí y dijeron que no eran electricistas… luego vino lo peor”, relató la víctima en entrevista para Haz Ruido.
Los agentes se acercaron al vehículo de Carlos y le exigieron sus documentos de identificación. De pronto, lo bajaron ilegalmente de la patrulla y empezaron las agresiones, al grado de que lo golpearon dentro de la misma patrulla. No hubo explicaciones para su detención.
“Eran entre ocho y 10 policías, llegaron en bola y me golpearon por todo el cuerpo. Me llevaron a una brecha, en el monte, cerca de una línea de tren en Chicxulub. Ahí me colgaron en un árbol, me dejaron suspendido, con las manos esposadas y amarradas con una soga, para golpearme como si fuera una piñata”, sostuvo.
Carlos no duda en denunciar que fue víctima de tortura, pues como parte de la golpiza, los policías querían obligarlo a firmar una hoja en blanco. Luego, lo dejaron en el calabozo de la comandancia municipal.
Ahí permaneció con los ojos morados, el cuerpo lleno de moretones, completamente adolorido e hinchado. La agresión fue tan violenta, que incluso vomitó sangre.
Los agentes trasladaron posteriormente a Carlos a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, en donde permaneció arrestado hasta ayer viernes en la tarde, pero jamás le explicaron las razones de su detención o si cometió algún delito.
Con ayuda de su abogado, logró salir libre y de inmediato su familia y amigos lo llevaron a una clínica para recibir atención médica. Ahora, está preparando una denuncia en contra de la Policía de Chicxulub Pueblo e interpondrá una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (Codhey).
“Eso fue abuso de poder, no podemos permitir que sigan agrediendo a la población. Yo temí lo peor, pensé que me iban a matar… sólo quiero justicia y castigo a esos policías”, finalizó.