Personal de Semujeres sufre violencia desde que llegó Cristina Castillo
No sólo tardan en pagarles sus sueldos, sino que las trabajadoras y trabajadores son humillados, amenazados, sufren malos tratos y gritos por parte de sus superiores, además de que los obligan a laborar extensas jornadas.
En sus testimonios, lamentaron la actitud violenta de la directora de Atención a la Violencia en Municipios, Myriam del Carmen Estrada Castillo.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 28 de marzo de 2022.- Personas que laboraron o siguen trabajando en la Secretaría de las Mujeres de Yucatán (Semujeres) aseguraron que desde la llegada de María Cristina Castillo Espinosa al frente de esa dependencia viven un ambiente laboral violento, enfrentan sobrecarga de trabajo y lamentaron que algunas directivas carezcan de perspectiva de género.
De acuerdo con testimonios que enviaron a Haz Ruido, decenas de profesionistas no sólo sufren violencia económica debido al atraso de tres meses en el pago de sus honorarios, sino que se enfrentan a constantes humillaciones y malos tratos por parte de sus superiores.
Varias de las personas afectadas, que por temor a represalias dieron su testimonio de forma anónima, lamentaron que Cristina Castillo solape que la directora de Atención a la Violencia en Municipios, Myriam del Carmen Estrada Castillo, las humille y los obligue a trabajar extensas jornadas, a pesar de que no les pagan su sueldo a tiempo.
Humillaciones y largas jornadas
En uno de los testimonios se recalcó que en diversas juntas, la directora Myriam amenazó que para continuar en dicha Secretaría se tenía que aceptar la condición de laborar las 24 horas del día, los siete días de la semana, es decir, todas y todos tenían que estar disponibles y, si alguien no estaba dispuesto a hacerlo, era momento de “abandonar del barco”.
Agregó que las semanas fueron pasando y quienes aceptaron por necesidad, empezaron a cumplir extensas jornadas laborales de más de 12 horas, atenciones a menores de edad sin la preparación y capacitación debida, y les exigían asistir a juntas fuera del horario laboral.
“Y cuando algo no le parecía, como sanción se expedían diversas actas administrativas a las y los profesionistas. Cabe resaltar que otra acción común de dicha directora es regañar, gritar, humillar y amedrentar frente a las diversas coordinaciones a las y los profesionistas de las diversas áreas, haciendo uso de su abuso de poder”, sostuvo.
Dijo que ambiente laboral se volvió muy tenso y entre las exigencias de dicha funcionaria prácticamente se tenía que obligar o manipular a las usuarias a que denunciaran a sus agresores, violentando su libertad de decisión.
“Ojalá el presente escrito se tome en cuenta y/o llegue a las autoridades pertinentes para que tomen cartas en el asunto, ya que es difícil que la ciudadanía confíe en sus autoridades cuando estas mismas son las que violentan, vulneran y afectan los derechos de muchas personas”, apuntó.
Intimidación y prepotencia
En otro testimonio, se resaltó que cuando inició la nueva administración estatal y la dependencia se convirtió en Secretaría, todo cambió, pues los pagos se comenzaron a atrasar y los bonos que se entregaban en diciembre desaparecieron.
“Sin embargo, la verdad es que el ambiente laboral era muy bueno con la maestra María Herrera Páramo –quien era la titular de la Semujeres- y a pesar de la falta de pago, uno aguantaba trabajar ahí por las consideraciones de los cargos más altos. Pero una vez que entró la administración de María Cristina Castillo Espinosa, las cosas se fueron en declive”, reveló.
Agregó que la nueva secretaria nunca se presentó al personal y pocas veces se le ve en los pasillos de la dependencia, por lo que desconocen si acude a trabajar todos los días. Lo peor de todo, señaló, es que impuso a la directora Myriam Estrada, quien tiene una actitud violenta con las y los profesionistas.
“Esta mujer que dice trabajar en pro de las mujeres parece ser que es la que realmente dirige la Secretaría, y lo hace desde una actitud prepotente y narcisista. Los pagos ya no sólo se atrasan al inicio de año, sino mes con mes; levanta actas administrativas por cualquier cosa, intimida con regaños a todo el personal, no se puede ni comer, se da ínfulas de que conoce a todo el mundo y puede destruir tu carrera en cualquier momento. Se viven regaños, amenazas e intimidaciones todos los días, pone al personal uno contra otro y parece no estar capacitada, pues da unas órdenes que la verdad hacen notar su falta de conocimiento en el área jurídica y psicológica”, denunció.
Resaltó que junto con otras jefas y directoras violentan a su propio personal, tratan a las usuarias como si sólo fueran números y la Semujeres se ha convertido en pura mercadotecnia.
No hay sensibilidad
Otra persona informó que desde la llegada de María Cristina a mediados del año pasado, se incrementó la carga de trabajo, pues añadió la atención a menores de edad cuando ya existen instancias dedicadas exclusivamente a prestar ese servicio.
De igual forma, denunció la poca sensibilidad en el trato hacia el personal por parte de funcionarias encargadas de las diferentes coordinaciones, jefaturas y direcciones.
“Olvidaron que el mismo personal que labora en la Semujeres tiene familia, hijos y otras actividades fuera del trabajo, haciendo que con el incremento laboral se dañara estos aspectos de la vida de los y las profesionistas”, criticó.
Enfatizó que la falta de respeto y compromiso en el pago oportuno de los honorarios provoca que las personas que laboran en esa dependencia sufran constante estrés económico, pues muchas adquieren deudas para poder solventar los gastos habituales de la vida cotidiana.
Añadió que las directivas se olvidaron que muchas profesionistas que laboran ahí son mujeres, por lo que era irónico darse cuenta de que en el lugar donde se defienden los derechos de las mujeres es donde más se han vulnerado.
“Es necesario tomar en cuenta y mirar cómo están las instituciones gubernamentales, porque si se pretende lograr un cambio en el estado las personas a cargo de estas instituciones no sólo deben tener conocimientos académicos, sino que también deben de estar sensibilizados/as y no olvidar que a quienes van a dirigir son personas y no objetos de quienes se puede disponer de sus tiempos, ya que la vida de las personas no es solo trabajo, hay otras situaciones que atender”, declaró.
En otra carta, lamentaron la falta de sensibilidad que existe por parte de la directora y personal del área administrativa de la Dirección de Atención a la Violencia, funcionaria que desde hace unos meses a la fecha se muestra carente de empatía, sensibilidad y respeto hacia su personal operativo.
Indicó que han creado un ambiente lleno de amenazas, retenciones de pagos sin dar una explicación e ignorando las peticiones de su personal.
“Me parece importante y necesario que la población conozca lo que acontece en el interior de este lugar que se está favor de las mujeres, pero no de las mujeres que laboran ahí”, insistió.
Personal violentado
Otra persona aseguró que el personal que labora en la Semujeres es violentado y se enfrenta todos los días a situaciones complejas y desgastantes, ya que cubren turnos regulares más horas extras solicitadas para diversas diligencias, sin que reciban el pago de su sueldo.
“A veces llegas de madrugada a tu casa y al día siguiente debes presentarte para cumplir. Cuando nos contratan nos comentan del retraso en el pago, sin embargo, nos hablan de un mes o mes y medio, no tres. Ni hablar de los recursos que uno debe poner de su bolsa; por ejemplo, estás en tu casa y eres activado, activada para una diligencia, si cuentas con vehículo es tu gasolina la que se gasta y si no, son los pasajes o viajes de plataformas como Uber o Didi. Después de meses sin dinero, ¿cómo vamos a costear esto?”, señaló.
Recordó que las y los que laboran en las áreas Jurídica, Psicológica y de Trabajo Social no han recibido pago desde diciembre, además de que a varios les están reduciendo el salario, sin que les expliquen las razones.
“No se nos da noticia alguna con respecto a cuándo nos pagaran. Baja el dinero y sube la carga laboral”, subrayó.
Además, denunció que las directivas usan los gritos, amenazas y presiones, así como comentarios llenos de sarcasmo y cinismo como su herramienta principal. Es decir, las funcionarias de altos cargos violentan a las mujeres que laboran ahí.
“El esfuerzo, tiempo y dedicación por parte de las áreas de Atención merecen ser reconocidos. Como mínimo, exigimos nuestro sueldo y calidez humana”, finalizó.