Perros discriminados en Yucatán son adoptados en Canadá
Debido a que es más complicado que los “malixes” sean adoptados en la entidad, la asociación civil Evolución Animal elige a los de pelaje atigrado, negros o de color canela y de pelitos de alambre para enviar a las familias canadienses, quienes se enamoran de su alegría.
En seis años ya mandaron aproximadamente 240 canes, que pasaron de ser olvidados en la calle a correr felices en la nieve de los bosques de ese país del norte.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 6 de enero de 2020.- Los perritos mestizos, o como les dicen en Yucatán, “malixes”, que son abandonados en las calles, están teniendo una nueva oportunidad para mejorar su calidad de vida: familias de Canadá los están adoptando, se enamoran de sus personalidades y les brindan hogar.
Viajan cientos de kilómetros en busca de amor, de una casa en donde descansar y con quiénes jugar. Pasaron de ser olvidados en la vía pública a correr felices en la nieve de los bosques de ese país del norte.
Estos canes fueron rescatados por la asociación civil Evolución Animal, la cual desde hace 13 años se dedica a la rehabilitación, cuidado y alimentación de animales que fueron desamparados en la entidad. Lamentablemente, muchos de éstos nunca logran encontrar un nuevo hogar.
“Persiste la discriminación hacia los perritos mestizos en Yucatán, es más fácil que uno de raza sea adoptado, pero ellos pueden pasar toda su vida sin recibir una sola solicitud de adopción”, explicó Silvia Cortés Castillo, presidenta de esa asociación civil que se ubica en el municipio de Umán.
Pero todo cambió hace seis años. Una voluntaria llamada Jeane Clarckson, originaria de Canadá, llegó a vivir al estado y empezó a rescatar perritos en la calle y así conoció el trabajo de Evolución Animal, a la cual ayudó a buscar familias adoptivas.
Una vez, no lograba encontrarle hogar a un can mestizo y se le ocurrió enviar fotografías a unos conocidos de su país natal. A los pocos días, una familia decidió adoptarlo y fue entonces que se lo llevaron en avión para iniciar una nueva vida.
Así surgió el programa “Patitas Viajeras”, el cual ha sido un éxito para mejorar el flujo de adopción de las mascotas que viven en el refugio de Evolución Animal.
“Actualmente hay una sobrepoblación, tenemos 350 perros y 150 gatos que fueron prácticamente desalojados de sus hogares, debido a la irresponsabilidad de quienes eran sus amos”, indicó Silvia, al detallar que ahí les dan cariño, les ayudan a volver a confiar en los humanos y se encargan de sus terapias y tratamientos cuando son víctimas de maltrato o fueron atropellados.
Y es que desde que las familias canadienses se empezaron a interesar en los peks (perro en maya) abandonados de Yucatán, han logrado colocar aproximadamente a 240.
Cortés Castillo detalló que les mandan fotografías de los animales disponibles junto con el perfil de su personalidad, escogiendo a los más alegres y sociables. “Casi siempre nos aceptan todos”, declaró contenta.
Debido a que es más complicado que los “malixes” sean adoptados en Yucatán, en Evolución eligen a los de pelaje atigrado, negros o de color canela y de pelitos de alambre. A los canadienses les gustan, los consideran exóticos y se enamoran de su alegría, mientras que en el estado son despreciados “por no ser de raza”.
“Ahí no hay discriminación, lo que ellos toman en cuenta es su personalidad en vez de cómo lucen y, por suerte les conseguimos casa en muy poco tiempo, a veces en tres días”, comentó la activista, quien agregó que para esta labor cuenta con el apoyo de las asociaciones Lincoln County Humane Society de Ontario y Pets Alive de Niagara, que vigilan la etapa de adopción.
Antes de mandarlos al norte, se les aplican exámenes y tratamientos médicos para descartar que tengan alguna enfermedad endémica; luego, consiguen voluntarios que fungen como acompañantes para ir resolviendo cualquier contingencia que pudiera surgir con las autoridades aduanales y para ocuparse del perrito en cada transbordo para evitar que se estresen durante el largo viaje.
“Todo el proceso tarda cerca de dos meses y cuesta como cuatro mil pesos, incluyendo un porcentaje del pasaje. Por suerte los canadienses aprovechan sus vacaciones para venir a Yucatán para ayudar en la selección de más mascotas y hasta para buscarle compañía a los que ya habían adoptado con anterioridad”, abundó Cortés Castillo.
Estos animalitos viajeros, a quienes bautizaron como “pekitos yucanadienses”, se adaptan muy rápidamente al frío y todos logran encajar con sus nuevas familias a quienes les ofrecen cariño y compañía.
“Se nos inflama el corazón de alegría cuando nos mandan fotos de esos perros corriendo en la nieve, disfrutando sus nuevas vidas, en los bosques, en sus camitas cerca de las chimeneas. Recordamos cómo llegaron a nuestro refugio, en malas condiciones, heridos, miedosos porque muchos nunca habían recibido buenos tratos y ahora son felices en Canadá… saber que recorrieron tanta distancia para que por fin fueran apreciados nos llena de satisfacción”, declaró Silvia con un nudo en la garganta.
Pese al éxito de “Patitas Viajeras”, la activista enfatiza que se requiere que las leyes de protección animal en el estado se apliquen correctamente para evitar que éstos sean abandonados o maltratados, que haya seguimiento a estos casos y que realmente se sancione a quienes los lastiman.
“Hay cientos deambulando, pero no son perros callejeros, son perros que fueron puestos en la calle, la gran mayoría provienen de un hogar de donde fueron desalojados. Se necesita un verdadero compromiso con estos animales, informarse de cuáles son sus necesidades y reflexionar sobre lo que significa convivir con ellos en casa”, finalizó. (Publicado también en El Heraldo de México)