Pamela fue víctima de golpes y abuso de autoridad policial de la SSP
“Los policías me amenazaron con un arma, me dijeron que era fácil desaparecerme, y tardaron horas en llevarme a los separos. Yo no podía dejar de llorar”.
Por Claudia Arriaga.
Mérida, Yucatán, 21 de septiembre de 2021.- El pasado viernes 17 de septiembre, Pamela Domínguez fue detenida por policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). La joven y su novio se encontraban en una fiesta que fue clausurada por el personal del Gobierno del Estado y de ahí fueron remitidos a la cárcel pública, pero solo ella fue víctima de golpes y malos tratos por parte de los elementos, quienes incluso la amenazaron con una pistola.
La joven explicó que a su novio lo detuvieron por grabar la actuación de los elementos durante la clausura del local, mientras que a ella fue por regresar al lugar e intentar recuperar sus pertenencias, pues no tenía dinero para ir a su casa.
“En el trayecto hasta los separos pasó un auto e intenté gritar para pedir ayuda, no era normal que tardaran tantas horas en llevarme a los separos. Los policías me dijeron que me callara y me apuntaron con el arma. Ya estaba esposada, así que pasaron las manos detrás del asiento y me jalaron para que mis manos quedaran debajo de un tubo, lo que hizo que yo quedará colgando. Les prometí que no gritaría y les pedí que me suelten. Dijeron que era fácil desaparecerme, que viera que alrededor era puro monte… yo no podía dejar de llorar”, relató.
Pamela tiene 27 años de edad y apenas lleva seis meses viviendo en Yucatán, es originaria de Chetumal, Quintana Roo. Cuando se mudó a la entidad nunca pensó que una de sus primeras experiencias involucraría el abuso de autoridad policial.
Ese viernes la detuvieron entre las 9:30 y 10 de la noche, pero la ingresaron a los separos en el edificio de la SSP alrededor de las 2 de la madrugada. Pamela iba sola en la unidad de la corporación, escoltada por tres policías mujeres y un hombre.
Ya en el edificio de la SSP pidió permiso para ir al baño, ya que previamente las oficiales le habían dicho que no habría trato especial y que si quería se orinara encima. “Se burlaron, que total la que estaría orinada todo el día sería yo”, apuntó.
Antes de ingresarla a los separos la llevaron a revisión médica. El doctor que la atendió era un hombre y no le prestó importancia a los moretones que para ese momento ya eran visibles. En la cárcel pública no pudo dormir, tenía miedo de que le ocurriera algo más.
“Tenía mucho dolor en el cuerpo y pedí que me cheque otra vez el médico, esta vez me enviaron con una doctora, quien me revisó y me dio un diclofenaco”, comentó.
Horas después un oficial le llevó una hoja para firmar en la que aseguraban que la detuvieron a las 2 de la madrugada, pero ella se negó a hacerlo. Finalmente, el sábado alrededor de las 11 de la mañana la dejaron libre junto con su novio.
“Mi novio estuvo retenido y cuando lo arrestaron había dos personas más con él, de las cuales uno era extranjero, yo creo que por eso no los golpearon. Nos sacaron antes de las 24 horas que según me dijeron debíamos pasar, nos liberaron con la excusa del Covid-19. En realidad creemos que fue porque no había algún motivo para las detenciones”, señaló Pamela.
Pese a las circunstancias de las detenciones, la joven se siente agradecida con las muestras de solidaridad. Una joven que también estaba en esa fiesta y que escuchó su nombre, le escribió vía Facebook para pedirle disculpas por no haberla ayudado.
“Una de las chicas de la fiesta me envió inbox, me explicó que alcanzó a escuchar mi nombre y buscó en mi perfil a las personas que pensó que eran mis amigas. Me pidió perdón porque no pudo hacer nada, ni pudo grabar porque tenían miedo de que se los llevaran”, lamentó.
Pamela interpuso una queja en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) en donde manifestó todos los abusos de autoridad y lesiones que vivió a manos de los elementos de la SSP.