No es una más, su nombre es Silvia
Su familia, conformada mayormente por mujeres, se declaró indignada, enojada y dispuesta a luchar por la reclasificación del delito a feminicidio. “No es solo por ella, es por todas, estamos cansadas de que nos quieran ver la cara”, sostuvieron.
Era alegre y amorosa, no merecía morir de esa forma, declararon.
Las autoridades no querían entregarles el cuerpo ni acudieron a la casa para entrevistarlas sobre el último día que la vieron con vida. Criticaron la poca claridad en el proceso de investigación.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 16 de diciembre de 2019.- “Los hombres que agreden a las mujeres, ¿por qué lo hacen?… eso duele mucho”. Estas fueron las palabras de Leydi al recordar a su hermana Silvia Elena Ojeda Ortega, quien fue encontrada sin vida el domingo 8 de diciembre en una brecha en la colonia Emiliano Zapata Sur en Mérida.
Silvia tenía 43 años, era madre de tres hijos y trabajaba como costurera por temporadas. Ella es la cuarta víctima de la violencia feminicida en Yucatán en lo que va de 2019.
Para su familia solo surgen más dudas que respuestas, no comprenden los motivos para arrebatarle la vida con tanta crueldad.
Reunidas en la casa para una entrevista están su madre, sus hermanas y su cuñada. Todas coinciden en que ella no merecía morir de esa forma, la describen como una mujer alegre y amorosa.
“Lo hicieron por maldad, quizás por envidia. Yo me pregunto ¿por qué a ella? No se mete en problemas, ella no era así, no me explico, ¿por qué pasó?”, señalaron.
“Era una persona tranquila, le gustaba convivir con nosotras, comer, relajear, bailar, estar con sus hijos, salir a pasear”, comentó Leidy.
Para su madre, Idelfonsa Ortega Cauich, de 71 años de edad, la pérdida de su hija no es fácil de asimilar. “Aún siento que está aquí conmigo, siento su presencia cerca de mí. Solo quiero que el culpable pague”, sostuvo.
La última vez que vieron a Silvia con vida fue el viernes, a las 8:30 de la mañana, una amiga le pidió acompañarla a realizar unas diligencias y pasó a buscarla a la casa de doña Idelfonsa; desde entonces no volvieron a tener noticias de su paradero.
Leidy platicó que no era extraño que Silvia demorara en comunicarse, ya que no tenía celular. “No la vimos hasta que identificamos el cuerpo, durante viernes y sábado no se reportó con nosotras, como no tenía celular, no se nos hizo extraño”, dijo.
La noticia de la muerte de Silvia sacudió a toda la familia. Su hijo Kevin, de 20 años, fue el primero en enterarse.
“Nos enteramos por una llamada telefónica que le hicieron a mi sobrino, salió asustado del cuarto y le pregunté qué pasaba, me respondió ‘¡mi mamá murió!’. Entonces, salimos a buscar un mototaxi y fuimos a ver al predio donde la habían encontrado. No nos dijeron nada porque se habían llevado el cuerpo, esperamos a los judiciales”, narró su hermana menor.
Con coraje, Elide Ojeda Ortega reprocha a las autoridades la poca claridad en el proceso de investigación. “Solo quiero que se pongan en nuestro lugar y que caiga quien tenga que caer, pero que no demoren en hacer justicia”, enfatizó.
Sin embargo, lejos de llegar la justicia, el asesino de Silvia es acusado por homicidio calificado y no por feminicidio. Fue apenas el viernes que la familia se enteró que se trata de un menor de iniciales J.J.C.L., quien actualmente se encuentra en prisión preventiva por posesión de cannabis.
Desde el principio del proceso, el trato que han recibido tras enterarse del crimen no ha sido el correcto, al menos no para Leidy.
“No nos quería entregar el cuerpo, que tenía que ir su marido, de quien ya llevaba separada muchos años. Nosotras le notificamos de lo ocurrido, nunca fue la autoridad. Tampoco han venido a casa en estos días para entrevistarnos sobre lo que pasó el último día que la vimos con vida”, se quejó.
La familia de Silvia, conformada en su mayoría por mujeres, se declaró indignada, enojada y dispuesta a luchar por la reclasificación del delito a feminicidio. “No es solo por ella, es por todas. No porque no tengamos dinero no valemos, todas somos iguales, estamos cansadas de que nos quieran ver la cara”, dijo Elide.
Sociedad civil y activistas han manifestado su apoyo para buscar que el crimen de Silvia no quede impune y permanezca como uno más. Trascendió que preparan un recurso jurídico, junto con la familia, para solicitar la reconfiguración del delito y lograr que sea reconocido como un feminicidio, puesto que cumple con todas las características de un crimen por razones de género.