Ningún monumento de Mérida vale más que la vida humana
La restauradora y activista cultural, Giovana Jaspersen, manifestó que quienes tratan de deslegitimar esta forma de protesta, muchas veces hablan desde la distancia y el privilegio de no ser víctimas de la violencia feminicida.
Por Paloma Reyes
Mérida, Yucatán, 14 de marzo del 2022.- La activista y conservadora del patrimonio cultural, Giovana Jaspersen García, declaró que las intervenciones a modo de protesta plasmadas en los monumentos de Mérida durante la marcha del #8M, son la materialización del dolor ante los feminicidios y por lo tanto no les restan ni les suman valor a estos sitios.
En entrevista para Haz Ruido, la también restauradora señaló que estas pintas constituyen el reflejo de la situación de violencia contra las mujeres que se está viviendo actualmente en México.
“Tenemos un país cuyo dolor ahora se está materializando justo en los muros, en las calles, en las voces y en las marchas”, recalcó.
Por ello, consideró que, desde la mirada del patrimonio cultural, esta situación tiene que ver también con la intervención del mismo como un marcador diagnóstico contemporáneo de lo que está sucediendo en la sociedad.
En ese sentido, Jaspersen García dijo que estas intervenciones efectuadas en los monumentos no les restan ni les añaden valor, pues estas edificaciones no permanecen inertes ya que cuentan con indicadores históricos, artísticos, culturales y simbólicos.
“Yo creo que no se trata de si se le agrega o se le resta valor sino de que escuchemos el alarido, el dolor y el llanto”, puntualizó.
Comentó que las personas que tratan de valorar y legitimar si se debe intervenir o no en estos sitios, muchas veces hablan desde la distancia y el privilegio de no ser familiares de alguna víctima de feminicidio.
“A mi me preocupa mucho más el daño que tenemos como sociedad para que podamos tener 10 mujeres asesinadas al día, que el daño que se pueda hacer en un monumento como consecuencia”, aseveró la integrante de la asociación Talasa Futuros Culturales.
Recordó las palabras de la empresaria Miriam Peraza, dueña del restaurante Manjar Blanco y cuya fachada fue pintada durante la marcha de este martes 8 de marzo: “no es sangre, la pintura se quita con thinner”.
Finalmente, Giovana Jaspersen dijo que no hay un solo monumento, calle, banca, muro o bien patrimonial que valga más que la vida humana y eso nunca debe perderse de vista.
“Mientras estemos pensando y distrayendo la atención hacia allá, nuevamente se vuelve a ignorar las voces y la lucha”, declaró. (Fotos de Diana Varguez)