Niñas y niños de Yucatán también sufren violencia y alzan la voz
Vale la pena recordar sus historias en la búsqueda por justicia, porque sus voces también cuentan.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 30 de abril del 2021.– En México, desde 1924 cada 30 de abril se festeja el Día del Niño y de la Niña, conmemoración que surgió por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El objetivo principal es recordar que tienen derechos y que los Estados reconozcan los pendientes para garantizar una infancia plena.
En el caso de Yucatán, Haz Ruido documentó varios casos de niñas y niños que sufrieron distintas violencias y violaciones a sus derechos. Vale la pena recordar algunos de estos hechos y su búsqueda por justicia porque sus voces también cuentan.
Tal es el caso de los hermanitos Edwin y Damián, de 8 y 9 años de edad respectivamente, quienes atestiguaron la violencia que sufrió su mamá Lizlie Guadalupe Mex Pech a manos de su pareja Carlos. Están seguros que fue víctima de feminicidio y que no se suicidó, como informó la Fiscalía General del Estado (FGE). Nadie los escuchó.
Además, ellos mismos vivieron violencia por parte de dicho sujeto, quien los golpeaba y los sacaba a dormir a la calle. De esta situación están al tanto las autoridades y hasta el momento no tienen atención psicológica. El agresor continúa libre y sin cargos.
También está la historia de Jaime Ariel Chay Cetina de 10 años, quien no cuenta con Seguridad Social debido a que su madre Carmela Cetina May es trabajadora de hogar y no tiene prestaciones. El pequeño sufrió peritonitis y fue operado de emergencia en el Hospital General de Tekax. Sin embargo, Carmela se quedó sin empleo y tuvo que pedir ayuda para cubrir los gastos postoperatorios.
No hay que olvidar a Ana Cristina Gutiérrez Castillo, quien con tan solo seis años de edad fue víctima de feminicidio. La pequeña vivía en Tahdziú y el 20 de agosto del 2018, cuando regresaba a casa, fue asesinada y sufrió violencia sexual y física.
También está el caso de María Evelia, quien tenía siete años de edad cuando fue víctima de feminicidio. El crimen ocurrió a tres casas de distancia de la suya, la asesinaron cinco personas que consideraba su familia. Si viviera tendría 15 años.
Lamentablemente ni estar bajo la custodia del Estado y de las Instituciones que trabajan por el interés superior del menor es garantía para que las y los niños vivan seguros. Por ejemplo, en septiembre del 2020, Cristofer A. B. K de 14 años escapó del Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo (Caimede). Lo separaron de su madre Ruby Alejandra Koh Kuk presuntamente para cuidarlo. Lo localizaron dos semanas después en otro municipio.
Tampoco podemos dejar de nombrar a las víctimas indirectas de los feminicidios: las hijas y los hijos. María Pilar Pérez Canché, de 22 años, fue la primera víctima de feminicidio de este año en Yucatán. Tras ser asesinada dejó a una hija de 6 años años y un pequeño de 2, quienes actualmente viven con la abuela paterna.
Su prima Virginia Guadalupe Chim Canché manifestó que quiere luchar por la custodia de los menores. María confiaba en ella, de hecho, a principios del 2020 cuando salió de un refugio para mujeres e hijos víctimas de violencia extrema, su cadena de apoyo era Virginia y su tía. Las autoridades nunca indagaron en el pasado de la joven para ubicar al núcleo familiar.
El Día del Niño y de la Niña no es solo de juegos y regalos, es un día para empoderar a la infancia y recordar que los Gobiernos y personas adultas tienen la obligación de garantizarles el acceso a sus derechos. Es una fecha para reflexionar sobre la importancia de crear políticas públicas que acerquen a los menores a las mismas oportunidades.