Niñas luchan contra la violencia en Kanasín
Crearon el proyecto “Volando libres” para poder combatir las violencias en su escuela, que afectan principalmente a las mujeres.
Ellas promueven la cultura de la prevención y la denuncia, pues confían cambiar la realidad de Kanasín.
Por Herbeth Escalante
Kanasín, Yucatán, 11 de marzo de 2020.- Cinco niñas que viven en el municipio yucateco con mayor incidencia delictiva, Kanasín, están tomando acciones para combatir uno de los flagelos que más lastiman: la violencia contra las mujeres. Aseguran que ya no quieren que ninguna tenga miedo, por eso alzan la voz, porque saben que sí puede haber un cambio.
Son Dayana Teresita Chan Castro, Margarita Priscila Pereira Tec, Roumy Elena Aké Kim, Génesis Fernanda Galarza Fernández y Marisol Baas Castillo. Tienen entre 13 y 14 años de edad, y estudian en la secundaria “Leandro Valle” en esa localidad, en donde iniciaron el proyecto “Volando libres sin violencia”.
“En la escuela hemos visto que alumnos mas grandes le alzan las faldas a las chavas, las intentan tocar y es una situación alarmante. No está bien que los hombres le hagan eso a las mujeres, se supone que vivimos en una misma comunidad y nos deben respetar”, declaró Génesis, al explicar por qué decidieron generar consciencia en su colegio a través de diversas actividades y talleres.
En un diagnóstico que ellas mismas realizaron, con entrevistas y sondeos en las aulas y pasillos al resto de estudiantes, detectaron casos de acoso, violencia verbal y física, y discriminación, entre otras conductas que afectan principalmente a las jóvenes.
Pero esa realidad en su escuela es un reflejo de lo que sucede en las calles y los hogares de Kanasín. De acuerdo con el más reciente estudio “La violencia en los municipios de México 2018”, es la localidad con el mayor porcentaje en el índice de violencia en Yucatán con 4.78, incluso por encima de Mérida, que tiene 3.50.
Dicha investigación de la asociación Seguridad, Justicia y Paz, precisa que en el rubro de lesiones, Kanasín tiene 0.78 puntos y en homicidios, 3.58. Además, fue incluida entre las diez demarcaciones que deben ser atendidas con políticas públicas para combatir las violencias contra las mujeres, cuando se solicitó la activación de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en 2017.
“En las calles a las mujeres les chiflan, asustan, morbosean, les gritan cosas ofensivas, les hacen daño; y en las casas, las golpean, maltratan, insultan o las tratan como una criada, no podemos permitir que siga ocurriendo esto”, coincidieron Dayana, Roumy y Marisol.
Ellas son conscientes de que viven en el municipio en donde ocurre la mayoría de los delitos “en el estado más seguro del país”, por eso no están tranquilas, ya no quieren que la violencia siga afectando la vida de cientos de mujeres.
“También ha habido feminicidios, a una muchacha de por mi casa la mataron y la tiraron al monte. Nosotras no tenemos la culpa de la maldad de los hombres, quienes nos golpean y estropean sólo por el hecho de ser mujeres”, comentó Génesis.
Por su parte, Margarita señaló que en las pláticas que han organizado con profesionales en el tema de género en sus salones de clase, entendieron que todas estas situaciones suelen callarse, lo que provocan que cada vez más mujeres sean violentadas por sus propias familias. “Eso no está nada bien, nadie merecer ser maltratada”, enfatizó.
La maestra Gladys Pinto Gómez, quien acompaña a estas niñas en el proyecto “Volando libres”, explicó que durante mucho tiempo se normalizó la violencia en la escuela, por lo que no todos entendían que son agresores o víctimas.
“Consideraban normal el dar una nalgada, empujar, jalar el cabello, lo consideraban un juego o una broma, por eso ahora, ellas, como agentes de cambio, están visibilizando que muchas han sido violentadas y que deben detenerse las agresiones”, declaró.
Hace poco, como parte de sus actividades para identificar los diversos tipos de violencia que enfrentan, las y los alumnos denunciaron de manera anónima a través de cartas, que dejaron en buzones, lo que han sufrido en sus propias casas. Fue un momento difícil para todos los presentes, porque salió a la luz que alguien había sido víctima de violación.
La profesora dijo que con el actuar de estas cinco alumnas se está visibilizando un serio problema en Kanasín, porque si se sigue negando la realidad es como si no existiera y lo único que provocará es que la violencia y los delitos sigan aumentando.
Actualmente, las niñas están trabajando en crear un decálogo para la convivencia para que en su plantel ya no haya violencia, así como un protocolo para que todas y todos sepan qué hacer para denunciar las agresiones por parte de sus compañeros, maestros o directivos. Lo importante, recalcaron, es difundir la cultura de la prevención y la denuncia.
La maestra señaló que la iniciativa “Volando libres” originalmente tuvo el propósito de participar en el concurso nacional “Somos el cambio”, pero ahora se está posicionando como un proyecto que seguramente se seguirá implementando con las nuevas generaciones y replicando en otros planteles.
“Ellas son líderes, están moviendo a sus grupos y a su escuela, son esa voz para hacer muchísimos cambios, por lo que la idea es replicar todas estas actividades en el resto de escuelas de Kanasín y que las nuevas generaciones se sumen, para llevarlo afuera, en su vida cotidiana, en el futuro”, abundó la maestra Gladys Pinto. (Publicado también en El Heraldo de México)