Monjas abandonaron a un adulto de 88 años en la calle
Las religiosas del Centro de Promoción Humana Integral sacaron al señor Crescencio con todo y silla de ruedas, lo dejaron en el sol y sin cubrebocas. Vecinos piden al DIF de Yucatán que investigue al albergue.
Por Claudia Arriaga.
Mérida, Yucatán, 6 de abril del 2021.- El señor Crescencio Edmundo Sosa Hidalgo tiene 88 años y el viernes pasado las misioneras de Cristo Resucitado, que operan el Centro de Promoción Humana Integral, lo sacaron a la calle. Por tal razón, el adulto mayor fue resguardado por los vecinos de la Colonia Guadalupana hasta el sábado por la tarde que, personal de la Unidad Especializada para la Prevención de la Violencia Familiar y de Género (Uniprev) fue a buscarlo para trasladarlo a otro refugio.
María, una de las vecinas que lo auxilió, explicó que él estaba en la puerta del albergue, pero no podía avanzar debido a que está en una calle sin pavimentar.
“Lo sacaron en sillas de ruedas y como es una calle no pavimentada se quedó afuera, tenía rato en el sol y le pidió a una vecina que lo acerque a la calle pavimentada. Hasta sin cubrebocas lo sacaron, solo con su acta y documentos de cuando estuvo internado en el O’Horán. Él tuvo una cirugía de cadera y como nadie lo fue a reclamar, estuvo dos años con las monjas hasta ese día”, relató.
Llama la atención que según lo expuesto por la vecina no es la primera vez que las monjas de esta congregación dejan a su suerte a los adultos mayores, por lo que esperan que en esta ocasión el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) Yucatán inicie una investigación tras el reporte.
“La madre dijo que lo sacaron porque platicaba mucho con una muchacha y ella pensó un probable abuso, pero es mentira, el señor está en silla de ruedas, no se puede mover, es ilógico, se la pasa dormido”, enfatizó María, quien además criticó lo incongruente de las acciones de las religiosas en Semana Santa.
“Está mal dejar a una persona a su suerte y más en ese día tan especial para los católicos que supuestamente predican las buenas acciones”, lamentó.
Crescencio aseguró a quienes lo ayudaron, que al igual que los demás huéspedes del Hogar Cristo Resucitado, fue violentado física y verbalmente por las monjas. Por eso pidió no regresar nunca más con ellas.
A pesar de tener casi 90 años, es un adulto mayor que razona y se encuentra bien de sus facultades mentales y María sostuvo que su única discapacidad es que no puede caminar. Por ahora su deseo es reunirse en Cozumel con sus familiares, por lo que está intentando localizar a Marlene Novelo Sosa, Gabriela Villanueva y Teresa Sosa Ventura.
María y los vecinos le darán seguimiento al caso de este adulto mayor para saber en qué lugar lo resguardaron las autoridades.