Mérida, séptimo municipio con más agresores de mujeres
El Banavim destaca que el tipo de violencia más ejercido contra las yucatecas es la psicológica, la cual consiste en maltratos como gritos, insultos, amenazas, prohibiciones, intimidación, entre otras.
La capital yucateca se sitúa por encima de sitios como Culiacán, Chihuahua, Cuernavaca y León en ese rubro.
Por Redacción
Mérida, Yucatán, 26 de diciembre de 2019.- De acuerdo con el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim), Mérida es el séptimo municipio a nivel nacional con mayor número de agresores de mujeres, con siete mil 631 registrados de 2007 a 2019.
Según esa herramienta de la Secretaría de Gobernación (Segob), la capital yucateca supera a demarcaciones como Tlaquepaque, con cinco mil 318, y Tonalá, con tres mil 999, ambas de Jalisco; Culiacán, Sinaloa, con tres mil 693; Chihuahua, Chihuahua, con tres mil 565; Cuernavaca, Morelos, con tres mil 540; así como Irapuato y León, en Guanajuato, con mil 938 y mil 757, respectivamente.
El Banavim destaca que el tipo de violencia más ejercido contra las yucatecas es la psicológica, la cual consiste en maltratos como gritos, insultos, amenazas, prohibiciones, intimidación, indiferencia, abandono afectivo, celos patológicos, humillaciones, chantajes y manipulación, entre otras conductas.
Mientras que la modalidad que más se manifiesta es la familiar, es decir, abusos u omisiones que buscan someterlas de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual. Generalmente, es cometida por un agresor que tenga o haya tenido relación de parentesco o de pareja con la víctima.
El reporte Derechos humanos en contexto: Aproximaciones para el fortalecimiento de la sociedad civil, elaborado por la organización no gubernamental Elementa DDHH, destaca que las agresiones contra las yucatecas son ejercidas, principalmente, en la esfera privada, por lo que el miedo les impide buscar ayuda durante mucho tiempo.
En cuanto a los agresores, el mencionado documento subraya que en Yucatán “no se observan medidas para entender los orígenes de la violencia y los pasos para transitar hacia masculinidades no violentas”. También se señala que el reto para las autoridades es abordar este tema como una problemática social.