Los chinos viven entre los mayas desde hace dos siglos
En el libro El dragón y la ceiba, el investigador Luis Ramírez aborda las migraciones de la población china en Yucatán y cómo fue invisibilizada por la xenofobia, entre otros factores.
Por Lidia Pérez
Mérida, Yucatán, 15 de enero de 2022.-El libro El dragón y la ceiba. Chinos en el país de los mayas. Siglos XIX a XXI fue presentado anoche por su autor Luis Alfonso Ramírez Carrillo, sociólogo e investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), quien abordó la historia de la migración china a nuestra entidad durante dos siglos.
En el marco del Mérida Fest 2022, el investigador explicó que la invisibilización de la herencia china o la aculturación se debe principalmente a dos causas: a la buena asimilación de la cultura maya y la xenofobia.
Los migrantes chinos que llegaron en su mayoría eran hombres solteros y se casaron con mujeres mayas, adoptaron su cultura y tuvieron descendientes. Además, físicamente había muchas similitudes, por lo que era difícil determinar la ascendencia de los “chinos mayas”.
En cuanto a la xenofobia, el autor mencionó que al igual que muchos mayas, los chinos tuvieron que cambiar sus apellidos. En el libro se mencionan algunos apellidos de origen chino que comúnmente se tiene pensado que son mayas como Yam, Chan, May y Chi.
El autor explicó que durante este lapso se presentaron cuatro olas que corresponden a distintos momentos de arribo de población china a Yucatán. El primero fue durante la Guerra de Castas: Una embarcación con chinos llegó a Belice para trabajar en los campamentos madereros, pero las condiciones laborales eran inhumanas por lo que se rebelaron y escaparon a la Península.
Llegaron a Chan Santa Cruz y ahí fueron recibidos por la comunidad maya, se mezclaron con sus habitantes y participaron en la elaboración de pólvora y municiones para la guerra.
La segunda gran migración se observó entre 1892 y 1930 con la llegada de un grupo de obreros chinos contratados para trabajar en las haciendas henequeneras. El sociólogo relató la historia del empresario chino King Wing quien se dedicó a la contratación de mano de obra china.
Wing quedó encantado de la vida en Mérida y decidió quedarse aquí e incluso fue bautizado para poder casarse con una mujer yucateca llamada Florentina, con quien tuvo familia.
Ramírez también comentó que el empresario tuvo la idea de usar los ejidos abandonados tras la guerra para traer a personas chinas y formar una ciudad. Aunque su propuesta llegó al Congreso del Estado, fue rechazada por falta de confianza e imprecisión de la propiedad de los ejidos.
El tercer grupo llegó por cuenta propia, especialmente entre 1903 y 1930, atraído por las riquezas del henequén. Los chinos decidieron venir para poner negocios como tiendas de abarrotes y lavanderías.
Su participación política era tan notoria que formaron asociaciones civiles como la “Liga de Trabajadores Chinos” y aportaron un contingente y dinero cuando México declaró la guerra a las naciones del Eje 22.
El sociólogo contó que en un libro que encontró en Nueva York que habla sobre la aportación militar de China en Latinoamérica, halló una foto en donde se ve a un grupo de personas chinas vestidas con traje militar desfilando el 20 de noviembre en torno a la “Plaza Grande” de Mérida. Esto afirma el grado de participación ciudadana que llegaron a tener los migrantes chinos.
Además, Luis Ramírez resaltó que el tercer idioma más hablado, después del español y el maya, era el chino. Incluso llegó a haber un “China Town” y un “Casino chino” localizado en la calle 56 del Centro, el cual fue clausurado porque era considerado por las autoridades “perjudicial para la moral” debido a que las personas se reunían ahí para jugar y fumar opio.
Otro hecho que confirma la presencia de personas chinas en Yucatán es el Teatro Regional. Ramírez Carillo mencionó al “Chino Herrera” y cómo este personaje satírico era una representación de los “chinos yucatecos”.
Finalmente, la cuarta ola se refiere a las nuevas migraciones o más recientes. El autor mencionó que a diferencia de antes, ahora los chinos no vienen en busca de trabajo, sino más bien a invertir mediante el establecimiento de maquiladoras.
También mencionó que su libro puede servir como indicio para realizar más investigaciones y conocer directamente las historias de las familias yucatecas con ascendencia china. De manera que al igual que se ha logrado el reconocimiento de la herencia libanesa y coreana en Yucatán, también se pueda reconocer la herencia china.
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