La granja seguirá cerrada, hasta que David le gane a Goliat
“Si reventamos tres voladores, ahorita vas a ver cuánta gente va a subir. Nuestra lucha es pacífica y estamos unidos”, advirtió un poblador en el campamento en Sitilpech, mientras el olor del café se sobreponía al del excremento de cerdo.
Por Rodrigo Díaz Guzmán y Juan Manuel Contreras
Izamal, Yucatán, 23 de febrero de 2023.- Problemas cutáneos, desmayos y afectaciones a sus cultivos -con sus subsecuentes consecuencias económicas- han sido el azote de la comunidad de Sitilpech, comisaría de Izamal, desde que se instaló la megagranja porcícola Kancabchén II.
Desde que los puercos regresaron a la comunidad, sus habitantes viven un ambiente en el que impera la zozobra y un fétido olor: Son más de 50 mil cerdos de producción -con su empresa e instituciones- contra mil 600 habitantes.
La distancia de las luces de Mérida permitía que la comunidad observe -y goce- cabalmente la presencia de las estrellas que desde hace pocos días se confunden con las hélices de los drones que las autoridades han dispuesto para vigilarles: “Ya ni en ellas (las estrellas) podemos confiar”, lamentó uno de los pobladores.
El bloqueo derivado de la consigna “Por nuestra agua, suelo y aire libre de contaminación” se interrumpió el pasado sábado 18 de febrero, cuando pobladores, incluso menores de edad, sufrieron los embates de un operativo policiaco.
El pasado 18 de mayo del 2021, el Juez Primero de Distrito concedió́ la suspensión definitiva de la granja porcícola Kancabchén II, hoy en funcionamiento; y aunque actualmente no hay policías situados directamente en el campamento, durante un recorrido se pudo constatar que los uniformados rodean el poblado desde nuevas trincheras.
Para conocer Sitilpech, primero hay que llegar a Izamal -condecorado desde 2002 como Pueblo Mágico- y abordar un taxi colectivo con destino a esa comisaría impregnada por el apeste de Kekén. El bloqueo despierta las alarmas de los transportistas que, en varias ocasiones, se limitan a dejar a su pasaje a un kilómetro del mismo. Es preciso caminar.
Las y los involucrados con este conflicto social, se solidarizan con quien camina y ofrecen “aventón” a sabiendas de la difusión que se dará a la lucha que emprenden contra la granja del consorcio, la cual está incidiendo negativamente en su manera de existir.
Como era de esperarse, en la población de Sitilpech hay cierto recelo hacia los trabajadores de los medios de comunicación. Esto, a razón del enfoque que varios de ellos han procurado a sus exigencias, criminalizándolas. La desconfianza se disipó luego de un intercambio de palabras e intenciones.
Un ambiente tenso, no exento de alegría, se vive en el campamento/bloqueo ubicado a la entrada del complejo en el que habitan miles de cerdos americanos, cuyas excretas merman la calidad de vida de los niños, las niñas y toda la población.
La logística con pirotécnica
Manifestantes informaron que fueron más de 150 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) los que se enfrentaron 500 pobladores alertados mediante los mismos “voladores” que emplean en las celebraciones de sus fiestas patronales, método de aviso que se han visto en la necesidad de optimizar en los últimos días, con éxito.
“La policía cruzaba, se paraba a tomar fotos y estudiaba cómo iban a trabajar. Entraban y salían por acá; pero golpearon a las mujeres a las 3 de la mañana amaneciendo el 18 (de febrero). Los empleados (de la granja) se burlaron de lo que pasó. Nosotros no nos burlamos de nadie”, aclaró un poblador entre las lonas del campamento.
“Si reventamos tres voladores, ahorita vas a ver cuánta gente va a subir. La policía nos debe cuidar, nuestra lucha es pacífica; no estamos agrediendo a nadie, pero si nos agreden, el pueblo va a reaccionar. Estamos unidos”, advirtió de madrugada, mientras el olor del café se sobreponía al del excremento de cerdo y una señora llegaba con una olla de arroz con leche.
Fueron tres los celulares los que, según los pobladores de Sitilpech, agentes de la SSP decomisaron de manera arbitraria. Para ellos, fue robo. Además, denunciaron ante los medios el bloqueo de la señal de los aparatos a fin de apagar sus voces: “Vinieron a lo que vinieron”.
El operativo, relataron, tuvo una duración de 40 a 50 minutos tras los cuales el comandante -cuyo nombre desconocen- ordenó el retiro de las unidades.
‘Hay más cerdos que personas en el pueblo’
Las personas entrevistadas se reconocieron solas ante la lucha contra la empresa que, desde su percepción, está coludida con las autoridades: “Ni el comisario, ni el presidente municipal, nadie en absoluto. El pueblo se ha levantado y estamos luchando desde el inicio”, recalcaron.
En ese tenor, reiteraron que su protesta es pacífica y que lo único que buscan es que sus familias se bañen con agua limpia y cesen los estragos que la granja porcícola ha acarreado a sus cotidianidades desde el inicio de su operación.
El complejo, recordaron, se reabrió a principios de febrero tras nueve meses cerrado. Fue un cambio de Juez al que, sospechan, se le facilitó dinero para autorizar su reapertura: “Que venga a sentir el apeste de acá”, invitaron.
Los cenotes, remarcaron, tienen venas que se conectan, lo que propicia que las excretas de los cerdos contaminen el agua con la que se bañan las familias y lavan las frutas con las que se alimentan y esto resulta en enfermedades.
“Hay más cerdos que personas en el pueblo”, condenaron; al igual que el hecho de que los animales no sean para consumo local. No hubo acuerdos, dijeron, con la población por parte de Kekén para la apertura. Nunca les consultaron: “Fue un secreto a voces”.
Los esfuerzos de la gente de Sitilpech y organizaciones sociales como Kanan Derechos Humanos lograron cerrar la granja en el 2021, mas hoy su movimiento está más fuerte que nunca. Son constantes las muestras de apoyo tanto en lo material como en lo inmaterial de la comunidad al bloqueo.
En Sitilpech, aseguran, no cesará el bloqueo hasta que se solucione el problema ambiental y de salud que hoy corrompe su dinámica social. Por lo pronto, el café seguirá disipando el olor del excremento; y la granja continuará cerrada hasta que David le gane a Goliat.
Llegan a un primer acuerdo
Luego de que un mando de la SSP adscrito a la Policía Estatal de Investigación (PEI), se apersonara al sitio para entablar un diálogo con las y los pobladores de Sitilpech, se llegó al acuerdo de cesar el bloqueo de la granja durante ocho días.
Esto, se supo, con la promesa del desmantelamiento y clausura de la planta. Según el consenso, durante los próximos ocho días se permitirá la entrada de dos unidades con alimento para los cerdos, así como una de Diesel para el abasto de la planta de energía.
De incumplirse los acuerdos, la comunidad de Sitilpech regresaría a realizar el bloqueo el próximo 2 de marzo.