Hospital O´Horán atormentó a niño de cuatro años
Denuncian negligencia y violencia médica en contra de Niko, un niño extranjero a quien lo indujeron a coma durante tres días luego de un mal diagnóstico.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 11 de julio de 2024.-Desde hace 15 meses, Euphorie y su hijo Niko viven en Yucatán. Son originarios de Texas, Estados Unidos y nunca se imaginaron sufrir una historia de terror en el Hospital Agustín O´Horán, como las que padecen cientos de pobladores locales y de escasos recursos en ese lugar todos los días.
La mujer relató a Haz Ruido que el pasado 23 de junio encontró inconsciente a su hijo de cuatro años de edad, por lo que lo llevó de urgencia al hospital T1 del IMSS, en donde un médico indicó que probablemente sufrió convulsiones por alguna infección o lesión en el cráneo, por lo que necesitaban que se realizará una tomografía computarizada.
Sin embargo, como en ese nosocomio no cuentan con ese equipo tecnológico, el niño fue trasladado en ambulancia al Hospital O ‘Horán, en donde vivió un verdadero calvario.
Euphorie contó que la primera irregularidad fue que Niko fue sedado en ese hospital en contra de su voluntad para hacerle la tomografía. Al final, el estudio arrojó que no presentaba anomalías.
Posteriormente, un pediatra le indicó que el menor tenía que ser intubado durante tres días, es decir, inducido al coma, y que tomara antibióticos durante dos semanas. Sin embargo no explicó sus razones, a pesar de que los análisis de sangre aplicados previamente en el IMSS mostraron que no tenía ninguna infección.
Y siguieron las irregularidades. Como Niko tardó en despertar de la sedación, la doctora Diana, jefa de Pediatría de la sala de Emergencias, señaló que necesitaban ponerlo en coma de inmediato porque su fuerza vital se iba.
Al día siguiente se confirmó que el niño no presentaba ninguna anomalía neurológica, por lo que la mujer pidió que lo despertaran del coma porque no había ninguna razón para mantenerlo así. Fue entonces que las enfermeras tomaron una actitud hostil y señalaron que tenía que seguir en ese estado tres días “por protocolo”.
Debido a que Euphorie no domina el español, pidió apoyo a su amiga Patty para que la acompañara al hospital para que le tradujera los reportes médicos, pero el personal de seguridad no le permitió pasar porque traía vestido y sus hombros estaban descubiertos. Una persona le prestó una chaqueta y por fin las dejaron pasar.
“Creo que la seguridad recibió instrucciones de no dejar que nadie volviera conmigo porque les cuestioné cuáles eran los beneficios de tener a mi hijo intubado durante tres días”, declaró.
Luego fue atendida por el doctor Carlos García, del área de Urgencias, a quien le explicó que no creía que Niko tuviera convulsiones y le pidió que por favor no lo vuelva a inducir al coma sin su consentimiento. Él respondió que haría lo que quisiera sin su permiso.
También aseguró que estaban tratando a Niko por meningitis, pero Euphorie le precisó que estaba vacunado contra esa enfermedad. Sorprendido, se limitó a decir que quizás tenía una infección cerebral, por lo que necesitaban conocer los resultados de otros estudios.
Pasaba el tiempo y el estado de salud del niño se complicaba. Cuando la mujer regresó a su casa en la noche, el martes 26 de junio, se percató de que en su cajón de medicinas estaba abierta y manipulada la caja de Sleep Aid que utiliza para las alergias.
“Supe de inmediato que Niko la abrió. Tiene la costumbre de pasar por los cajones en busca de bocadillos. Nunca antes había entrado en el cajón de la medicina”, confesó.
Al día siguiente volvió al hospital para alertar al doctor Carlos de su descubrimiento, pero él la ignoró y puso los ojos en blanco. También le informó que Niko resultó negativo para una infección bacteriana, pero que tenía una «pequeña infección», sin especificar en dónde.
Pese a esos resultados, le siguieron aplicando medicamentos e incluso le aplicaron una punción lumbar sin el consentimiento de su madre.
«Traté de darle la medicina de Sleep Aide al doctor para que considerara que eso fue lo que le hizo mal a mi hijo, pero no lo tomó. Yo quería que le quitara a Niko todos los medicamentos porque no era necesario, el diagnóstico fue incorrecto desde el principio. Creo que sabía que por esa negligencia sería despedido y posiblemente expulsado del hospital”, señaló
En la visita siguiente en Urgencias, la mujer notó que Niko ya estaba empezando a despertarse y que respondía a su voz, moviendo los brazos y las piernas. Sus ojos estaban cerrados con cinta adhesiva, por lo que le pidió a una enfermera que se las quitara. El doctor Carlos miró a lo lejos y ordenó que la retiraran del lugar.
“Me pidieron que me fuera a pesar de que le expliqué que mi bebé va a tener mucho miedo de despertar en un hospital lleno de extraños, hablando un idioma que no conoce. No se me permitió quedarme”, lamentó.
Luego le informaron que a Niko le pusieron otro sedante para ayudarlo a dormir. “porque se estaba moviendo demasiado”. Euphorie no entendía por qué optaron por sedar a un niño que se estaba despertando del coma. Además le ataron una muñeca y sus puños y lo sujetaron a una cama.
“Me disgustó ver a mi hijo atado como un animal mientras salía de la intubación. No dije nada porque no quería que el personal fuera rencoroso”, declaró.
El jueves 27 de junio la orina del catéter se derramó por toda la cama, por lo que la madre levantó al niño, a pesar de que el personal de enfermería se opuso. Fue entonces que él mostró su pulgar hacia abajo en señal de que lo estaban maltratando, y también apuntó a una enfermera y gritó “ella” para acusarla.
Para el día siguiente, ya presentaba fiebre y escalofríos. No quería despegarse de su madre y no dejaba de quejarse del dolor, pero sobre todo estaba harto de tomar medicamentos para las convulsiones y las infecciones que no padecía.
La mujer solicitó su alta voluntaria, a pesar de que seguían las intimidaciones del personal médico. Lo abrazó y salió del O´Horán, sin importarle que incluso el personal de seguridad intentó evitarlo.
Actualmente, Niko todavía se está recuperando luego de que lo mantuvieron en coma por tres días. Está aprendiendo a caminar de nuevo. Se siente frustrado y a menudo llora en silencio por no poder moverse como solía hacerlo.
Un neurólogo le hizo estudios y declaró que Niko nunca tuvo ni tiene convulsiones o anomalías cerebrales.
Es decir, el personal del Hospital O´Horán fue negligente, realizó un mal diagnóstico, cometió violencia médica, recetó medicamentos incorrectos y atormentó a un niño de apenas cuatro años de edad.