Granjas porcícolas también contaminan el aire de Yucatán: Semarnat
Se han detectado elementos como amoniaco y ácido sulfhídrico, generados principalmente por la descomposición de las excretas y la dieta de los cerdos de esas fábricas.
Por Itzel Chan
Mérida, Yucatán, 18 de abril de 2023.-La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha confirmado de manera reciente que el establecimiento de granjas porcícolas en Yucatán sí propicia la contaminación del aire, ya que se detectan elementos como amoniaco y ácido sulfhídrico.
A partir del dictamen y diagnóstico ambiental nombrado ‘De la actividad porcícola en Yucatán’, fue posible conocer que la contaminación del aire por la ubicación de granjas porcícolas se genera principalmente por la descomposición de las excretas y la dieta de los animales.
En el documento, la Semarnat también confirma que la presencia de estos agentes contaminantes en el aire sí afectan directamente la salud de las personas que habitan en los alrededores.
Las emisiones de ácido sulfhídrico (H2S) y Amoniaco (NH3), además de contribuir a la contaminación del aire que respiran las personas, igualmente genera la eutrofización del agua y la acidificación del suelo.
Otra información que fue obtenida mediante este estudio es que se han detectado 26 municipios con condiciones críticas por la contaminación del agua que presentan.
Sobre todo, el agua en estos municipios presenta una cantidad de nitrógeno que es generado por los cerdos y que rebasa dos veces la capacidad de renovación del agua.
“Los cenotes presentan indicios de contaminación por materia orgánica fresca en gran medida por fuentes difusas de aguas residuales pecuarias, de ahí la presencia principalmente de nitrógeno amoniacal y concentraciones elevadas de E. Coli, indicativo de contaminación difusa de excretas de seres vivos de sangre caliente”, se lee en el informe.
Esto quiere decir que son principalmente las heces fecales de los cerdos las que generan agentes de contaminación.
Fue detectado también que las pocas granjas porcícolas que cuentan con plantas de tratamiento de aguas residuales se rigen por la Norma Oficial Mexicana (NOM)-001-1996, es decir, con 27 años de antigüedad. Esto ha generado que el tratamiento que se le da al agua no sea del todo eficiente y entonces se identificaron altas concentraciones de nitrógeno y fósforo.
Esta situación propicia el crecimiento acelerado de algas que impiden por completo la oxigenación de los cuerpos de agua, lo cual arrasa con la existencia de seres vivos.
Un ejemplo de los cenotes más dañados por esta razón es el X`tojil, en Cuzamá, donde la contaminación ya es evidente.
Para el aprovechamiento de aguas en las granjas, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó 205 títulos que corresponden a 343 permisos de descargas, los cuales estarían distribuidos entre el 30 por ciento de 507 granjas.
Los municipios en los que se ha registrado mayor número de granjas son Mérida, Izamal, Tizimín, Acancéh, Tetiz, Ticul, Telchac, Tixkokob y Motul.
Además, hay granjas en 53 municipios que forman parte de la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes y otras tres están dentro del Área Natural Protegida (ANP) Reserva de la Biosfera Ría Lagartos.
De acuerdo con cifras del 2022, la industria porcícola mexicana tiene un valor de 62 mil millones de pesos.