Flor se enfrentó a un nuevo sistema de explotación laboral en la pandemia
Hay personas que intentan aprovecharse de la difícil situación económica para pagar míseros sueldos por extensas jornadas a las trabajadoras del hogar de Yucatán.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 30 de marzo del 2021.- Desde hace 30 años, la señora Flor Chan Bustillos se dedica al oficio de trabajadora del hogar. La necesidad de sacar adelante a sus tres hijos e hija, tras separarse de su pareja, fue lo que la impulsó a buscar empleo de casa en casa. Ahora, con la pandemia del Covid-19, se enfrentó a un nuevo sistema de explotación.
Flor aseguró que en todas las viviendas en donde trabajó tuvo una buena relación con sus jefas y jefes, pero con el inicio de la contingencia sanitaria en el 2020, todo cambió. No solo se quedó sin empleo, sino que cuando retomó parcialmente sus actividades se encontró con prácticas de explotación laboral.
Las personas que la contactaban por recomendaciones para realizar labores de aseo le ofrecían entre 200 y 250 pesos por día, en un horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Además debía limpiar, cocinar, lavar, planchar, cuidar el jardín, solo por mencionar algunas cosas que le exigían.
“No acepté porque incluso algunos querían que me quede a dormir. Y fue desde que inició la pandemia que dejé de trabajar, las nuevas personas que me hablaron querían pagar muy poco por muchas horas. Les diría a quienes tienen dinero que no abusen e intenten hacer lo que les da la gana con una. Te quieren pagar poco y que una haga todo”, explicó Flor.
El trabajo que esta madre de familia realiza es tan importante como muchas otras profesiones. De hecho, este martes 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, que busca visibilizar la situación de discriminación en las que muchas se encuentran y reconocer la labor que tienen en la dinámica social.
Flor no solo es una mujer trabajadora, es jefa de familia. Su hija más pequeña tiene 11 años y aún depende de ella para casi todas sus actividades. Así que, en cuanto termina su jornada del día, en una de las tres casas en donde asiste, va de inmediato a reunirse con ella para ayudarla con la tarea.
Como muchas trabajadoras del hogar, Flor no cuenta con seguridad social, prestación que a partir del 1 de abril será obligatoria. En Yucatán, hasta el mes de febrero, sólo había 720 trabajadoras y trabajadores inscritos ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)