Felinos y primates cazan paletas congeladas para mitigar el calor
Los animales no sólo se refrescan, ya que con estos juegos de paletas el cuerpo técnico de los zoológicos de Mérida puede monitorear sus condiciones físicas para saber si están lesionados o enfermos, además de observar cómo se estuvieran comportando en la naturaleza.
Por Herbeth Escalante y fotos de Lorenzo Hernández
Mérida, Yucatán, 6 de mayo de 2022.- Ante las altas temperaturas que suelen superar los 38 grados en Yucatán, los leones, jaguares, tigres, pumas y ocelotes pasan horas cazando paletas congeladas para poder refrescarse y mitigar el calor.
Los grandes felinos que habitan los parques zoológicos Animaya y El Centenario, que opera el Ayuntamiento de Mérida, disfrutan de estas paletas heladas hechas de carne de pollo, de conejo y sangre que les permiten resistir el clima sofocante.
“Se tratan de paletas del tamaño de una cubeta, que también cuentan con vitaminas y minerales, así como con especias y menta de hierbas para que con esos olores puedan activar su sentido animal que en un zoológico por lo general no se despierta”, explicó Arturo Antuña Silveira, subdirector de Servicios Generales del Municipio.
En esta temporada de calor, también los primates de esos parques, como los monos araña y aulladores, se regocijan de sus paletas elaboradas con verduras y frutas como melón, sandía, plátano y papaya.
“Una vez que empiezan las altas temperaturas, realizamos una serie de actividades para que jueguen y mitiguen el calor en ambos zoológicos, las cuales nos permiten estimular su estado salvaje”, abundó el funcionario.
En las jaulas, los jaguares se abalanzan hacia las paletas y las empiezan a sacudir con sus garras, como si se trataran de sus presas; mientras que los monos aulladores se las ingenian para jalarlas de un extremo a otro para romperlas y comer las frutas que están adentro.
Pero los mamíferos no sólo se refrescan, ya que con estos juegos el cuerpo técnico de los zoológicos puede monitorear sus condiciones físicas para saber si están lesionados o enfermos, así como observar cómo se estuvieran comportando en la naturaleza.
“Permite que los veterinarios y biólogos puedan analizar sus movimientos y actividad física, por ejemplo, si al momento de agarrar la paleta o sacarla no quieren usar una pata o están cojeando, o tal vez checar sus mordiscos y revisar sus dientes. De esta manera conocemos sus conductas para tomar decisiones en cuanto al cuidado de su salud”, apuntó Arturo Antuña.
Otras actividades que se implementan en Animaya y El Centenario es la creación de grandes charcas con agua y tierra para que los felinos se puedan revolcar, como si estuvieran en sus hábitats, para prácticamente refrescarse y quitarse parásitos de la piel.
Acuden a esas áreas de manera intuitiva como lo harían en la naturaleza salvaje para literalmente estar en su lodo.
Con estas actividades, no sólo se garantiza que los inquilinos de los zoológicos de Mérida están bien cuidados en espacios amplios y apropiados, sino que se les estimula sensaciones de la vida salvaje y se cambia esa percepción de que sólo están encerrados dando vueltas en las jaulas.