Engrosan 73% presupuesto del Tren Maya mientras la población indígena recibe migajas
La ineficacia en la planeación por parte del Estado, así como su falta de voluntad política para respetar los derechos colectivos de los pueblos originarios, provocaron que ahora se tengan que cambiar las rutas del Tren y por lo tanto aumentaron los costos.
Al final, nos quedaremos con un megaproyecto demasiado costoso, pero sin dinero para ofrecer servicios como salud y educación de calidad para las comunidades indígenas de Yucatán.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 13 de septiembre de 2021.- Activistas y académicos criticaron que mientras el Gobierno federal pretende dotar de 62 mil 942 millones de pesos al Tren Maya para el próximo año, la población indígena de Yucatán sigue padeciendo ante la falta de recursos económicos para la salud y la educación, además de que los campesinos y ejidatarios únicamente están recibiendo migajas de este megaproyecto.
Como se sabe, en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) contempla un aumento de recursos del 73.4 por ciento para esta obra con respecto a lo ejercido en este 2021, que fue de 36 mil 288 millones.
Al respecto, el historiador y habitante de la comunidad de Kimbilá (Izamal), Ezer May May, catalogó el actuar del Estado como cínico porque le sigue inyectando mucho dinero a este proyecto con el argumento de que brindará desarrollo a una región que durante años fue abandonada, cuando en realidad no abonará al bienestar de la población maya.
“Le siguen dando mucho dinero a este megaproyecto, pero los servicios de salud van a seguir mal en los pueblos, porque no existe un plan para fortalecer este sector, que es lo que más se necesita ahora. Además, el Gobierno pretende chantajear al pueblo, pues dice que primero necesitan que se construya el Tren para después darle servicios públicos a la gente”, lamentó.
Sostuvo que el panorama es triste, ya que al final nos vamos a quedar con un tren demasiado costoso, pero sin dinero para ofrecer servicios como salud y educación de calidad para las comunidades indígenas de Yucatán y el sureste del país.
De igual forma, explicó Ezer May, los únicos que se están beneficiando con el engrosamiento del presupuesto de la obra son los operadores del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), así como los abogados y contratistas que emplean, mientras que los ejidatarios y campesinos de las comunidades por donde pasará el ferrocarril sólo reciben migajas.
“Por ejemplo, en Kimbilá, en donde yo vivo, a los ejidatarios se les dio 5 mil pesos a cada uno por sus tierras, en donde se pretende construir una estación. Se tratan de migajas, como en los sexenios pasados”, recalcó.
El investigador explicó que el aumento del presupuesto para el Tren Maya es consecuencia de la ineficacia en la planeación por parte del Estado, así como de su falta de voluntad política para respetar los derechos colectivos de los pueblos originarios. Como se sabe, muchos pobladores están en contra de la obra y han promovido juicios de amparo, lo que obligó a Fonatur a cambiar las rutas, principalmente en Mérida y Campeche.
Enfatizó que esa es la molestia del director de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, quien hace unos días arremetió en contra de las organizaciones que se oponen y las tildó de ser de “extrema derecha”. Como estos grupos metieron amparos, esa dependencia tuvo que hacer cambios y éstos elevan los costos.
En ese punto, abundó que las empresas contratadas para construir el Tren seguramente elevaron sus precios al constatar que hay riesgos de pérdidas económicas por la fala de certeza de cumplir con los tiempos convenidos tras los juicios de amparo.
“Los cambios de ruta implican doble trabajo y por lo tanto, el doble de recursos, aumento del número de visitas a las comunidades, nuevas asambleas ejidales y negociaciones, y lo pagos que le hacen a los actores locales que les ayudan. Eso va engrosando el presupuesto”, indicó Ezer May.
Por su parte, Pedro Uc Be, integrante de la Asamblea Maya Múuch Xíinbal, consideró que la decisión de elevar de esa manera el presupuesto al Tren Maya es un acto violento en contra de las comunidades originarias de Yucatán, ya que éstas seguirán empobrecidas.
Dijo que ha quedado muy claro que este Gobierno ha decidido usar todo el recurso económico del país para destruir lo poco que le queda al pueblo maya de la Península, ya que en la medida en que trabaja en la construcción del Tren, también golpea y trata de restarle fuerza a la resistencia de los pobladores originarios.
“Lamentamos esta decisión del presidente de seguir aumentando el presupuesto a ese proyeco, que no es del interés de los pueblos indígenas que dice defender y apoyar. Ese proyecto se está llevando muchísimo dinero y vemos como en el tema de la educación o de salud no se le está destinando más dinero”, criticó.
Pedro Uc puso como ejemplo que en este regreso a clases muchas escuelas siguen sin agua potable, además de que las instalaciones se encuentran en malas condiciones y oxidadas. Además, el sector salud sigue en completo abandono en las comunidades mayas en la actual pandemia de Covid-19.
“La gente de nuestros pueblos está abandonada porque el gobierno federal le está dando prioridad a sus megaproyectos, los cuales además dañan el medio ambiente, al patrimonio cultural, las formas de organización de los pueblos indígenas y a nuestra seguridad”, sostuvo.
El activista lamentó que la Cuarta Transformación prácticamente está convirtiendo a la Península de Yucatán en una población precarizada con sueldos de fábricas en donde las personas trabajan casi como esclavos. Dijo que se convertirá en un corredor industrial para beneficiar los intereses globales de la iniciativa privada.
Pedro Uc criticó que pareciera que este gobierno no tiene recursos para hacerle frente a graves problemas de México como la salud y las afectaciones de fenómenos naturales, pero sí para la “tiradera de dinero” en un Tren.
“Este aumento de presupuesto es un acto violento para los pueblos indígenas que seguirán empobrecidos”, finalizó.