En Yucatán, el enemigo es el negro, el prieto, el pobre

En las últimas semanas han asegurado a cerca de 400 personas migrantes en la entidad, como parte de las políticas migratorias de nuestro país que están ligadas al racismo. Persiguen y discriminan a personas que, desde el punto de vista de las élites, no pertenecen a la nación, porque no comparten los mismos ideales y no se ven igual a ellos.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 12 de mayo de 2023.- El fundador y director de la asociación Racismo MX, José Antonio Aguilar, sostuvo que debido a las políticas migratorias tan duras y militarizas ligadas al racismo que se implementan en nuestro país, las personas en situación de migración se ven obligadas a buscar nuevas rutas, por eso este fenómeno ha llegado a Yucatán.
Aunado a esto, el flujo natural migratorio ha aumentando y va a seguir aumentando, porque el orden social y económico de los países no ha cambiado, por el contrario, la desigualdad y la pobreza se ha agudizado mucho más.
“No sólo buscan llegar a Estados Unidos, también buscan opciones (de trabajo) en nuestro país y eso no hace que dejen su estatus irregular, pero sí hace que busquen otros lugares, como la Península de Yucatán”, señaló al preguntarle su opinión sobre esta “ola de personas migrantes” que ha llegado en nuestra entidad.
Como hemos informado, en los últimos dos meses, cerca de 400 personas migrantes de países como laIndia, Brasil, Vietnam, Guatemala, Haití, República Dominica, Cuba y El Salvador, han sido aseguradas y criminalizadas en Yucatán. En su búsqueda de nuevas rutas para llegar al Norte global, se encontraron con autoridades locales que los persiguen, que colocan retenes policiacos para impedir su ingreso y que usan drones para “cazarlos” en el monte.
Al respecto, el activista dijo que, luego de varias investigaciones que realizó la asociación que dirige, se han dado cuenta que el muro que pretendía construir el expresidente norteamericano Donald Trump en realidad es México. Es decir, se convirtió en ese muro, entonces muchas personas en movilidad que llegan a nuestro país ya no pueden pasar y tampoco pueden regresar. Las políticas migratorias se endurecieron.
“No por nada se llenan las estancias migratorias, que no son albergues, son como cárceles y además se les persigue en un contexto donde hay una Guardia Nacional militarizada y, por lo tanto, las violaciones a derechos que de por sí ya existían por parte de los cuerpos de seguridad, ahora se hacen extensivas a las personas migrantes”, recalcó José Aguilar.
Declaró que se tratan de políticas restrictivas que México sigue al pie de la letra para convertirse en el muro y, por supuesto, están ligadas al racimo. Eso se está reflejando en Yucatán, cuya sociedad históricamente se ha caracterizado por ser racista y xenófoba, como se ha documentado desde los tiempos de las haciendas henequeneras y de la Casta Divina que oprimía y explotaba a las personas indígenas mayas.
“Toda esa persecución que estamos viendo tiene que ver con lo que dicen varios intelectuales decoloniales: en los Nortes hay Sures y en los Sures hay Nortes. La elite meridana son como un Norte dentro del Sur global”, apuntó.
Abundó que la narrativa de criminalizar a los migrantes impulsada y heredada por Trump, se replica en otras élites y en la de Mérida no es la excepción. Por eso persiguen y discriminan a personas que desde su punto de vista no pertenecen a la nación, porque no comparten los mismos ideales y no se ven igual a ellos, como seguramente sucedió con las personas de la India y Brasil, quienes en su mayoría eran negras.
“Y encima de su estatus de pobres y de racializadas, son personas extranjeras, entonces son el enemigo natural. Esas narrativas se adaptan en todas las élites y, en el caso de Mérida, por su historia, no ha sido difícil de adaptarlo, es decir, pensar que el enemigo es el negro, el prieto, el racializado, el pobre”, insistió.
En ese sentido, recalcó que en los operativos que lleva a cabo la Policía de Yucatán seguramente se replican las políticas migratorias plagadas de racismo, como las revisiones aleatorias en donde el marcador racial es determinante: el fenotipo y el color de piel.
“No olvidemos que las élites políticas coinciden con la élites económicas, y en todos lados tienen un pie en el poder político, entonces la criminalización de las personas migrantes se convierte en una política pública.”, advirtió.
Persecuciones, hasta con drones
En uno de los más recientes operativos anti-migrantes, ocurrido entre el 14 y el 15 de abril en el municipio de Seyé, la SSP aseguró a 82 personas extranjeras que fueron abandonadas en un basurero. Ante la presencia policial, algunos de los hombres intentaron seguir su camino en el monte.
A través de un comunicado, la corporación policiaca detalló que al detectar que algunas de estas personas se internaron en el monte, realizaron sobrevuelos de drones para ubicarlas y retenerlas.
La SSP circuló fotografías tomadas con las cámaras termográficas de esos artefactos en los que se observan los cuerpos de dichos hombres en la oscuridad. Parecían imágenes de una “cacería” de las películas de guerra.
Según el Gobierno del Estado los seis drones que compraron a través de Yucatán Seguro, un programa que partió de un empréstito de 2 mil 600 millones de pesos para infraestructura y equipo policiaco, servirían para misiones de vuelo para labores de reconocimiento aéreo en lugares y situaciones de alto riesgo o difícil acceso. ¿La presencia de personas migrantes representa una situación de alto riesgo para la sociedad yucateca?

“Eso de los drones fue muy desafortunado, como si hubiera una situación de guerra interna. No siempre vemos que los usen cuando hay pobladores (de comunidades yucatecas) desaparecidos en el monte o de personas que se encuentran actualmente en situación de desaparición, no vemos esa búsqueda. Aquí lo que sucedió fue una persecución e incluso es bien visto por la gente, porque piensan que están localizando criminales”, sostuvo Rosa Elena Cruz Pech, historiadora y activista del Centro por la Justicia, Democracia e Igualdad (CEJUDI).
Criticó que prevalece la narrativa de que esas personas ponen en riesgo a la población y que por eso hay que accionar la tecnología de seguridad para capturarlas. El hecho de difundir las imágenes de los aseguramientos, dijo, es como si fueran un acto heroico en el que la policía contuvo una amenaza.
La activista señaló que en gran medida la narrativa de criminalización viene de la xenofobia que impera en Yucatán, en ese miedo hacía las personas extranjeras que las consideran delincuentes. El problema radica en que desde el Estado surge este discurso que alimenta el odio hacia las personas migrantes.
“Desafortunadamente la xenofobia no es algo nuevo, no es algo que se detonó por esta situación y la migración tampoco es algo nuevo, es algo que ha existido en toda la construcción de la historia de nuestra nación. En el momento en que nos volvimos mexicanos y arropamos esa identidad, empezamos a negar lo que no viene de acá, nos dan miedo las personas que vienen desde otro lugar y eso nos impide empatizar y preguntarnos cuál es el verdadero problema, qué está detrás de esta migración forzada”, puntualizó.
Rosa Elena Cruz indicó que hace falta cuestionarnos por qué las personas de países tan lejanos pasan por Yucatán, por qué salieron de sus casas, cuáles son los conflictos sociales que enfrentan, qué está pasando con la hambruna, con la pobreza extrema y los conflictos de guerra. Se necesita empatizar con las razones por las cuales están buscando otras oportunidades.
“Hay que preguntarnos por qué migran, pero por el contrario, surge el racismo y la xenofobia, porque se les está señalando como criminales y como personas que que nos dan miedo, sólo porque tiene tonalidad morena y vienen del Sur global, Porque bueno, si fueras extranjeros de Canadá o de otros países de Europa, no los verían como migrantes, sino como turistas”, finalizó. (Este reportaje se publicó también en Pie de Página. Para leerlo completo, entra a este link)