En la pandemia, financieras aprietan a deudores y exponen a cobratarios
Sin importarle la delicada situación económica de las familias yucatecas, empresas como Sopori siguen cobrando en la actual emergencia sanitaria.
Además, los cobradores motorizados están preocupados, pues corren el riesgo de contagiarse porque están trabajando en la calle, visitando los predios de los deudores.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 10 de abril de 2020.-La situación económica en Yucatán se ha agudizado con la pandemia del Covid-19, pero eso no le importa a las empresas financieras que siguen cobrándole las deudas a sus usuarios todos los días, además de que obliga a sus cobratarios motorizados a salir a la calle con el riesgo de que se contagien.
Una de esas empresas es Sopori, que incluso ha pedido a sus empleados que salgan a trabajar sin el uniforme oficial, para evitar que sean detectados por las autoridades, pues asumen que su labor no necesariamente es prioritaria en estos momentos de contingencia.
“No tienen ninguna consideración con nosotros, pues nos ponen a cobrar a la gente, ir a sus casas, y eso es un riesgo para nosotros, alguien nos puede contagiar de coronavirus”, señaló uno de los trabajadores de esa financiera, quien pidió el anonimato para evitar represalias
Los cobradores recorren las calles de Mérida y de los municipios del interior del estado para tratar de recuperar la cartera de las financieras, pero la realidad es que actualmente mucha gente no tiene dinero para devolver los préstamos.
“No tiene sentido que nos estén exponiendo de esa manera, no entienden que ahora la gente no cuenta con recursos a causa de la crisis de salud… lo único que va a suceder es que alguien se enferme”, indicó otro de los entrevistados.
De hecho, hay un fuerte rumor de que uno de sus compañeros cobradores se contagió de alguna enfermedad respiratoria y que incluso está entubado en un hospital. “No sabemos si le dio Covid-19 o es una neumonía atípica, pero sí estamos preocupados que nos pase lo mismo”, recalcó.
Por lo pronto, precisaron que la sede poniente de Sopori, que se ubica en la avenida Canek, tiene cerradas sus puertas, pero los cobradores -prácticamente a escondidas- ingresan por la parte trasera del lugar para entregar el dinero que logran recaudar.
Lo mismo está sucediendo con otras empresas financieras e incluso con el propio Banco Azteca, que sin importarle la salud de sus colaboradores -ni mucho menos la situación económica de sus clientes-, los siguen mandando a los predios a cobrar, lo que representa un riesgo de contagio comunitario.
No los dejan pasar en los municipios
Precisamente porque la población se ha visto afectada económicamente en la actual emergencia sanitaria del Covid-19, varios municipios yucatecos han optado por no permitir el paso de los cobratarios motorizados de las financieras.
Tal es el caso de Dzidzantún, en donde el alcalde Ismael Aguilar Puc ordenó que se prohibiera la entrada de los cobradores de esas empresas, para cuidar la economía de las familias por la contingencia.
“Pero lo que está pasando es que muchos cobratarios buscan la vuelta, se van por otra lado, ubican otros caminos y entran al pueblo, pues las financieras los presionan mucho para cobrarle a la gente”, señaló una de las fuentes anónimas.
Los propios cobratarios reconocen que si las financieras no echan reversa condonando algunos pagos o permitiendo a sus clientes pagar después, o si las autoridades no toman cartas en el asunto, esta situación puede generar un conflicto social mayor, pues está en juego tanto la salud de las personas como su economía.