El mundo y el lenguaje se transforman: Respetar la identidad de las personas no cuesta nada
“Si una persona de género no binario te está pidiendo que le llames de una forma y tú decides no llamarla así, la estás agrediendo. Y hacerlo en aras de “defender” el lenguaje, sigue siendo una agresión, además de que ese es un argumento rebasado”, explicó la psicoterapeuta Regina Carrillo.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 31 de agosto de 2021.- Hace unos días se hizo viral en redes sociales el caso de una chique que en plena clases entró en crisis porque un joven le dijo “compañera” en vez de “compañere”. Lamentablemente surgieron burlas y agresiones, así como críticas al lenguaje inclusivo, pero también surgieron posturas que invitan a reflexionar sobre la importancia de respetar las identidades de género de todas las personas.
Al pedirle su opinión sobre este tema, la psicoterapeuta y docente universitaria, Regina Carrillo Valenzuela, señaló que lo primero que hay que poner sobre la mesa es que respetar las identidades no cuesta nada y sí es un gesto que ayuda a la persona que siente que pertenece a una de éstas.
“Estaremos respetando la identidad de la persona que la sostiene para relacionarse con el mundo y presentarse frente a otras”, abundó.
Dijo que tal vez para las personas cisgénero es algo que nunca se habían preguntado o entrado en crisis, pero tenemos que pensar que a partir de nuestra identidad es cómo nos relacionamos con los demás y somos tratados.
“Y la realidad es que no todas las personas se identifican con las categorías sexo-genéricas tradicionales de masculino y femenino, porque al final esas categorías son sociales, se construyeron socialmente, porque la sexualidad no es una dimensión biológica nada más, ni física ni genital… abarca muchas, como la relacional, la psicoemocional, la que tiene que ver con la identidad, la erótica, la social, la de expresión, entre otras”, explicó Regina Carrillo.
En este caso en particular, la psicoterapeuta recordó que la persona en cuestión se identifica con el género no binario, es decir, no se percibe totalmente masculino o femenino. Por tal razón, hay que respetar si pide que se le enuncie con el pronombre “elle”.
“Si una persona te está pidiendo que le llames de esa forma y tú decides no llamarla así, la estás agrediendo. Y hacerlo en aras de “defender” el lenguaje, sigue siendo una agresión, además de que ese es un argumento terrible y rebasado”, agregó.
De hecho, recordó que el lenguaje se va transformando con el mundo, por lo que los que critican esos cambios en realidad sienten miedo de que ahora las cosas sean distintas, pero tienen que entender que eso es inevitable.
Sostuvo que la única forma de defender el lenguaje es apropiándosela, cambiándola y usándola a nuestro modo, porque si permanece estática, morirá.
Además, recalcó que el lenguaje inclusivo no es una imposición, a nadie se le exige que hable en clave “todes” o con la “x”, lo único que se pide es que si una persona manifiesta que necesita ser nombrada de esa forma, que se le respete.
“Quien muestra resistencia a esas transformaciones no está defendiendo el lenguaje, dicta mucho de eso. Tampoco está defendiendo ´el verdadero lenguaje inclusivo´, porque ni hablan el lenguaje de señas ni escriben en Braille, es más, ni siquiera les interesa y muchas veces no son temas que tengan pendiente, salvo cuando salen casos como éste. Su postura es discriminatoria porque instrumentalizan las causas de las personas con discapacidad para tirarle odio a una causa con la que no están de acuerdo. Se resisten a las transformaciones desde una postura discriminatoria”, finalizó.