El estupro está tan normalizado en Yucatán, que las autoridades callan
En las redes sociales de la SSP se dan a conocer casos de niñas y adolescentes que desaparecieron durante varios días y que fueron localizadas con hombres mayores de edad. Pero nadie sabe si dichos sujetos son investigados por la comisión de algún delito sexual.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 21 de diciembre de 2020.- Una niña de apenas 11 años de edad salió de su casa en Maní en el mes de julio pasado y, luego de cuatro días de estar desaparecida, fue localizada en Champotón, Campeche. Estaba con un hombre de 28 con el que se relacionaba en Facebook.
Una adolescente de 16 años se escapó de su hogar en octubre y durante cuatro días no se supo nada de ella. Se activó la Alerta Amber y las autoridades la encontraron en la comunidad de Becanchén, en Tekax, en el domicilio de un sujeto de 28.
En noviembre, una menor de 15 años decidió salirse de la vivienda familiar en el municipio de Kanasín y desapareció seis días. Cuando la Policía la encontró, confesó que se reunió con un adulto al que conoció a través de las redes sociales.
Estos tres casos fueron dados a conocer por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en sus cuentas oficiales y a través de comunicados de prensa. Afortunadamente, las chicas aparecieron con vida y estaban bien de salud, pero nadie dice nada de los adultos con los que estaban. Tampoco se informa si los están investigando por algún delito.
Las redes sociales arden y los internautas acusan a las adolescentes de “escaparse con el novio”, de ser unas “calenturientas” y desconsideradas, que estaban “gozando” mientras su familia sufría. Pero nadie cuestiona a los mayores de edad con los que se quedaron durante varios días.
Bajo la premisa de que con total consentimiento las menores tuvieron algún tipo de relación con esos adultos, las autoridades yucatecas no indagan sobre la posible comisión de delitos sexuales.
En el artículo 311, Capítulo III del Código Penal del Estado, se establece el delito de estupro, el cual consiste en la cópula con la persona mayor de 15 y menor de 18 años de edad, obteniendo su consentimiento por medio de engaños.
La ley también establece que quien cometa estupro será castigado con la pena de uno a seis años de prisión. También se castigará con cárcel a la persona que, sabiendo de la comisión de este delito, no acuda a la autoridad competente para denunciar el hecho.
Pero al menos en los tres casos expuestos en este reportaje y que la Policía Estatal dio a conocer en sus redes sociales, se desconoce si se abrió alguna carpeta de investigación o se imputó a los hombres por dicho delito u otros.
Al respecto, la directora del Centro de Criminología del Sureste, Silvia Verónica Franco May, opinó que lamentablemente en la sociedad yucateca está normalizado el estupro y no se denuncian estos casos. Es parte de una cuestión cultural en la que se sigue cosificando a las mujeres.
“Son muy comunes este tipo de relaciones entre un hombre mayor de edad con una menor de edad. Esto te habla de lo normalizado que están los roles y los estereotipos de género en el sentido de que ´el hombre llega hasta donde la mujer quiere´. Si una niña de 15 tiene una relación con un adulto de 30, la gente no ve que haya algún problema, pues argumentan que ella así lo quiso”, abundó.
La psicóloga explicó que en estos casos los hombres se aprovechan de la inmadurez emocional y sexual de las adolescentes para tener relaciones con ellas. “La ven como un objeto sexual, esto evidencia la cosificación de las mujeres y nuestra cultura lo permite”, insistió.
Además, puntualizó, ellas son señaladas por la sociedad como las “provocadoras” para justificar al agresor, y no se cuestiona la responsabilidad del hombre mayor de edad. Está tan arraigado en nuestra cultura, que ni siquiera se toma en cuenta que estaría cometiendo un delito.
“La sociedad tendría que ver hacia allá. Si la gente exige que se detenga al borracho que está orinando en la vía pública, ¿por qué no hay la misma indignación cuando un hombre mayor anda con una chica menor?”, ejemplificó Franco May.
La especialista recordó que los hombres, al ser mayores de edad, cuentan con todos los derechos y obligaciones que mandatan las leyes, por lo que tienen que hacerse responsables de sus actos. Pero pareciera que en Yucatán todos callan cuando una niña es manipulada para satisfacer el apetito sexual de un adulto.