Detrás del maltrato animal, se esconde la psicopatía
El envenenamiento de ocho perros en una casa de Mérida, evidenció una vez más la falta de empatía a personas y animales. Hasta el momento, no existe una sola sentencia por maltrato animal en Yucatán.
Por Claudia Arriaga.
Mérida, Yucatán, 19 de agosto del 2020.- Los ocho perros de Beatriz Padilla y Felipe Pompeyo fueron envenenados hace unos días en el techo de su casa, en la colonia Jardines de la Nueva Mulsay. La pareja desconoce la razón, se limitó a calificar el hecho como un acto de maldad pura, pues nadie entró a robar ni tampoco hubo daño al predio.
Y aunque uno de sus vecinos de la cuadra relacionó el evento con un presunto ladrón que intentó ingresar a su hogar, no están seguros de que se trate de una venganza en contra de sus mascotas.
“El que lo hizo no tiene sentimientos, un animal no se puede defender. Mi esposo está mal porque él los atendía, la vivencia de verlos cuando subimos es feo, todos eran hermanos”, explicó Beatriz.
Para el investigador y docente de la Facultad de Psicología, Paulino Dzib Aguilar, una persona puede lastimar a un animal por diferentes razones. Podría ser en reemplazo hacia su verdadero objetivo, en este caso sus dueños o porque presenta una psicopatía y se trata de un trastorno neurológico.
“Muchas personas maltratan a los animales porque es una referencia de a quien quieren realmente lastimar, es una agresión desviada. Y la psicopatía es la falta de empatía a personas y animales, y allí es donde verás que torturan animales. No tienen esa capacidad de sensibilizarse, esta categoría es válida para gente de la ciudad y el pueblo”, explicó.
En el caso de esta familia, seis de los perros eran de una misma camada, una era la madre y el otro su padre adoptivo, la pareja se sentía segura en su hogar y los animales tenían una buena vida.
Su dueño, Felipe, aún sigue incrédulo de los hechos, pues aseguró que en 24 años de vivir en el rumbo jamás había tenido problemas con nadie. Él encontró a los perros cuando fue a darles su comida. Nunca olvidará la escena, todos estaban tirados con espuma en la boca.
Beatriz piensa que simplemente se trató de una persona que odia a los animales. “Creemos que fue alguien ajeno al rumbo, desgraciadamente ningún vecino lo vio. No le hacían daño a nadie y sí, sí ladraban cuando veían un extraño, pero no eran agresivos”, comentó.
En el lugar junto a sus mascotas encontraron una bolsa con carne molida, que creen tenía veneno y aunque la policía acudió al domicilio, los desalentaron a poner la denuncia con la excusa de que estos casos nunca se resuelven.
Y efectivamente, como afirmaron los oficiales que acudieron a la casa, hasta el momento no existe una sola sentencia en Yucatán por maltrato animal. Todos los actos de crueldad siguen impunes.
En este sentido, el doctor Paulino Dzib señaló que, de llevarse algún caso ante la justicia, él o la jueza encargada deberá realizar todas las valoraciones psicológicas necesarias para encontrar los motivos escondidos para lastimar a un animal o cometer actos de zoofilia.
“La ley debe discernir de donde se origina el maltrato, podría ser un trastorno psicopático o es un rasgo de expansión a su malestar, de una persona que pasa mucho tiempo sola y reclaman afecto y al no recibirlo se frustra, genera ira y se va sobre los animales”, comentó.
Además, agregó que en el interior del estado la zoofilia es algo recurrente, pero de lo que se habla poco y podría ser porque quien la comete le faltan capacidades sociales.
Cabe recordar que en los últimos cinco meses, Haz Ruido ha reportado cuatro casos de zoofilia en Tekax, los cuales han sido denunciados ante las autoridades y continúan en investigación. (Foto de Lorenzo Hernández)