Después del feminicidio de Érica, su familia intenta reconciliarse con la vida
“Día a día tratamos de superarlo, nos ponemos tristes un momento cuando recordamos cómo venía a la casa y platicábamos; mi esposa se pone a llorar y le digo ´llórala, es mejor para que no te aguantes el dolor´», relató su padre, Carlos Cetz.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 12 de noviembre del 2020.- Ya se cumplió un mes del atroz feminicidio de Érica Anahí Cetz Dzul, la joven del municipio de Huhí cuyo cuerpo fue encontrado sin vida cerca de la carretera que conecta a Sotuta. Hoy, su familia trata de recuperarse, seguir el camino, pero nunca olvidarse de ella.
Su padre Carlos Cetz Echeverria declaró que a pesar de extrañarla todos los días, no guarda rencor a la familia de Francisco, el feminicida de su hija, pues intenta enfocarse en reconciliarse con la vida y dejar el odio a un lado para seguir adelante.
“No tengo rencor a ellos y no tengo por qué odiarlos, no tuvieron la culpa, fue su hijo quien mató a mi hija. A mi esposa le hablo y le digo que hay que aceptarlo, no digo que olvidarla, porque eso no pasará jamás”, comentó el afligido hombre.
Érica tenía 24 años cuando fue reportada como desaparecida, sus familiares y amistades pasaron 26 días sin conocer su ubicación. Su expareja, Francisco, fue la última persona con la que la vieron. Él se suicidó al día siguiente de haber sido requerido por las autoridades, pero nunca reveló el paradero del cuerpo de la joven.
El dictamen del Servicio Médico Forense (Semefo) informó que la causa de la muerte de Érica fue asfixia mecánica. Sin embargo, la familia aún espera más resultados para descartar la participación de otras personas en el crimen.
“Día a día tratamos de superarlo, nos ponemos tristes un momento cuando recordamos cómo venía a la casa y platicábamos; mi esposa se pone a llorar y le digo `llórala, es mejor para que no te aguantes el dolor´”, relató Carlos Cetz.
Al intento por recuperar los ánimos se suma la lucha por salir adelante. Carlos se quedó sin empleo debido a que faltó el mes que duró la búsqueda de su hija. «Ahora, salgo a chapear y busco 80 o 100 pesos y es lo que comemos. Mis hijos nos ayudan, nos mandan a veces un poco de comida o nos invitan, pero ellos también tienen sus propios gastos y sus hijos”, relató.
El sepulcro de Érica fue posible gracias a que la familia contó con apoyo de las autoridades y de la población. Carlos señaló que el ataúd lo donó la autoridad estatal y el ayuntamiento de Huhí pagó los gastos funerarios.
Actualmente, don Carlos se encuentra en la búsqueda de empleo para poder salir adelante junto con su esposa. “Yo trabajo en mano de obra, mantenimiento, no necesito mucho, solo somos mi esposa y yo”, puntualizó.