Comercio sexual infantil, realidad en la Península
Las víctimas son traídas de otros países pero también se ha detectado a menores de origen maya, quienes son explotados en puntos turísticos.
Por Redacción.
Mérida, Yucatán, 14 de mayo de 2019.- La actividad turística en la Península de Yucatán genera una importante derrama económica y empleos formales pero, debido a que es un sector tan amplio, también trae impactos negativos a la sociedad y uno de los más dolorosos es la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes, una realidad en esta región.
Así lo indicó la presidenta de la Red ECPAT-México, Norma Negrete Aguayo, quien señaló que las víctimas de este delito pueden observarse en centros nocturnos, cruceros, colonias, en las principales zonas turísticas e incluso sigue vigente la práctica de “ofrecerlas” en catálogos, principalmente en Quintana Roo.
“No hablamos de turismo sexual porque no es un nicho del turismo, hablamos de explotación sexual comercial, por lo que todos, sociedad civil, gobiernos y el sector empresarial, debemos estar articulados en la atención, prevención y combate de ese crimen”, señaló en entrevista.
Indicó que de acuerdo con un diagnóstico realizado por las asociaciones que dirige en el estado vecino, descubrieron que este problema se va diversificando, al grado que incluso hay víctimas varones menores de ocho años de edad.
“Las niñas, niños y adolescentes son traídos a esta región a través de la trata de personas de otros países, como Brasil, Cuba, Colombia y lastimosamente cada vez vemos más población venezolana”, explicó previo a su participación en la Semana de la Diversidad Sexual que organiza la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Pero, recalcó Negrete Aguayo, también han detectado víctimas de población nacional residente, es decir, hijas o hijos de padres que laboran en la industria sin chimeneas. Incluso, infantes y adolescentes de origen maya están siendo explotadas sexualmente.
“Esto nos pone en alerta, no podemos decir que este delito se concentra o suscribe en un polo turístico en particular como Cancún o la Riviera Maya, es un problema de la región, porque quienes llegan a esos espacios en busca de trabajo han sufrido deterioros en la red familiar o social; por ejemplo, laboran en jornadas con horarios muy extensos, lo que les imposibilita poner cercos de protección a sus hijos”, sostuvo.
Añadió que en Yucatán no han realizado un diagnóstico sobre la situación de la explotación sexual comercial infantil, pero insistió que debido al flujo migratorio hacia Quintana Roo por cuestiones laborales, habría niñas, niños y adolescentes del estado víctimas del delito.
La activista enfatizó que es necesario generar entornos protectores ante este delito, que contemple que las y los menores puedan identificar situaciones de riesgo, sobre todo en las redes sociales, pues debido al uso poco reflexivo del internet éste es empleado por la mafia de explotación sexual para engancharlos.
Además, para combatir este flagelo también han requerido el apoyo del sector hotelero y restaurantero de Quintana Roo, para que incrementen sus filtros que permitan detectar situaciones de vulnerabilidad y riesgos latentes para la infancia.
De igual manera, crear protocolos de actuación por parte de diferentes instancias dedicas a la protección de los derechos de la niñez para poder rescatar a las víctimas de este lamentable crimen.