Chichén Viejo, una zona exclusiva de la élite maya
Avanzan los trabajos arqueológicos en ese espacio, para que pronto el público pueda conocer la estructura en forma de tortuga, los Palacios de la Luna, de los Falos y del Caracol, entre otros.
Por Guillermo Castillo
Fotografías de Lorenzo Hernández
Tinum, Yucatán, 11 de febrero de 2023.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán dio un recorrido a una zona que permanece cerrada a los turistas desde hace años y que empezó a trabajarse arqueológicamente a profundidad hacia finales de la década de los 90: Chichén Viejo, que puede ser entendido como un lugar exclusivo en donde vivió un gobernante maya de la dinastía de los Cupules.
Si bien el corazón de la vida religiosa, política, económica y civil de Chichén Itzá se desarrolló en el sitio prehispánico abierto al público, esta fue solo una parte de un total de 30 kilómetros cuadrados en los cuales aún se empieza a entender, explicó el arqueólogo e investigador José Francisco Javier Osorio León.
El experto explicó que el Centro Ceremonial de Chichén Itzá se empezó a explorar hace 100 años, debido a la envergadura de lo que ahora está abierto al público. En contraste, dijo que Chichén Viejo se empezó a explorar a profundidad hacia finales de la década de los 90, no obstante, los hallazgos han sido notables.
Chichén Viejo se encuentra unos kilómetros selva adentro de donde se encuentra el Observatorio del centro ceremonial, la entrada del estilo de la región hace alusión de las fauces de una gran serpiente, de acuerdo con lo explicado por el personal del INAH.
Osorio León detalló que el espacio era custodiado y no cualquier habitante tenía la posibilidad de entrar, únicamente el gobernante, de quien no se sabe su nombre, pero que de acuerdo con la iconografía encontrada en el lugar pertenecía a la dinastía de los Cupules. De igual manera se permitía el ingreso a su familia, su séquito, incluyendo sirvientes.
El especialista del INAH abundó que en la parte Norte de Chichén Viejo se desarrollaba el epicentro de la vida religiosa, y en este punto hay una estructura en forma de tortuga. Se puede observar con claridad la forma del cuerpo, su cabeza -que apunta al Oriente- y su cola.
Se cree que este animal referido en el Popol Vuh era importante para el señor de las tierras y de acuerdo con la cosmogonía maya, era el lugar de donde nacía el dios del maíz, a quien veneraba la clase gobernante.
No lejos de este lugar se encontró un entierro con los resto de cinco personas, por lo que se cree que se trató de algún gobernante del lugar con algunas personas de su séquito o familiares. Ahí está una estructura en forma de nicho con un Chac Mool, que según la tradición vigilaba el descanso de quienes harían el viaje al inframundo maya.
Son varias estructuras que forman parte de esta parte de Chichén Viejo, sin embargo, destacan los edificios denominados como: el Palacio de la Luna, en el cual han logrado excavar unas columnas y se trata de recuperar el techo colapsado; el Palacio de los Falos, en el cual se puede apreciar grabados en su fachadas; y el Palacio del Caracol, el cual se cree que fue la estructura principal, debido a que en su frente se puede ver un personaje con atavíos, y probablemente es la morada de quien gobernó este espacio.
Chichén Viejo abarcó un periodo amplio, pues existe evidencia de estilos que van del 830 al 1,300 de la Era Común. Fungía como una unidad habitacional exclusiva de alguna persona con alta jerarquía social, en donde también convivían con su servidumbre, además de contar con sartenejas para almacenar agua y un centro urbano vivo, cercano de su centro ceremonial.
Se espera que con los avances, intervenciones, salvamentos y reconstrucciones, pronto se abra al público en general para que tenga conocimiento de la vida de los mayas de ese entonces.
Por el momento, muchos de los trabajadores que participan en la restauración de los vestigios son pobladores de pueblos originarios, quienes hablan su lengua materna y están dando una nueva vida a esta zona arqueológica.