Carolay acudió a entregar un pedido y Andrés intentó violarla y matarla
La joven, quien se dedica a la venta de productos de belleza, fue atacada por su vecino. “Le rogué que me soltara, le dije que tengo una hija que me espera en casa. Yo dependo de esto y no es justo que por hacer mi trabajo crean que pueden abusar de mí”, relató.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 4 de junio del 2021.- Para ganarse el sustento, Carolay García Perera de 20 años de edad se dedica a la venta de productos de belleza y cosméticos. Como muchas mujeres entrega los productos a domicilio o en algún punto intermedio. Nunca pensó que llevar un pedido le podría costar la vida, pues un individuo intentó violarla y matarla. Ella asegura que fue víctima de feminicidio en grado de tentativa.
El miércoles 2 de junio, alrededor de la 1 de la tarde, acudió a casa de Andrés C., conocido como “Loro”, a entregarle una mascarilla. Él la sometió de los brazos, la arrojó a un colchón e intentó asfixiarla cuando se negó a darle un beso.
“Pasé para dejarle el pedido y me intentó besar a la fuerza, le dije que no quería. Me sostuvo de los brazos, me tiró a un colchón y empezó el forcejeo, me levantó la blusa y le pedí que se calme, que yo no quería y me gritó que me calle y que lo besara, le pedía que me suelte. Me empezó a ahorcar y colocó sus dedos dentro de mi boca. Le rogué que me soltara, le dije que tengo una hija que me espera en casa. Yo dependo de esto y no es justo que por hacer mi trabajo crean que pueden abusar de mí”, relató.
Carolay conoce a Andrés desde pequeña, es su vecino, viven a una calle de distancia en la colonia Miguel Hidalgo. No sospechó que existiera riesgo en ir a su casa a entregarle una mascarilla.
“Yo fui a su casa porque es mi vecino, nunca pensé que pasaría algo y menos a la 1 de la tarde, ya no estamos seguras a ninguna hora. No digo que todos sean así, pero me di cuenta que Mérida no es lo mismo que antes”, detalló.
Andrés soltó a la joven cuando notó que no podía respirar, en ese momento Carolay aprovechó para darle un pequeño empujón y liberarse. Por su mente sólo pasaba qué habría ocurrido si llevaba a su hija de dos años consigo.
En casa le platicó a su familia lo que ocurrió y de inmediato llamaron a las autoridades de seguridad. Uno de los oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) le sugirió poner su denuncia en la Fiscalía General del Estado (FGE), la cual quedó asentada en la carpeta de investigación 333/2021.
Sin embargo, tiene temor de las represalias, pues los vecinos le comentaron que el padre de Andrés es comandante de la SSP. De hecho, en la primera llamada de auxilio junto con los oficiales llegó la madre del agresor, quien la acusó de mentirosa y alegó que su hijo no sería capaz de atacarla.
Carolay tiene secuelas emocionales y psicológicas, no ha podido conciliar el sueño y en tanto su agresor sigue libre, regresó a su casa y continúa atendiendo la carnicería de su familia como si nada.
“Causa mucha ansiedad, cada vez que intento dormir siento que me estoy ahogando como cuando metió sus dedos en mi boca. Mis manos están todo el tiempo frías, tengo miedo que le hagan daño a mi hija ¿Qué pasaría si toman venganza? Pero tampoco quiero dejar esto así, porque es un riesgo y tampoco quiere que le pase algo a ella más adelante”, sostuvo.
Carolay tuvo que enfrentarse a críticas, pues hay quienes la señalan por ir a la casa de Andrés y otros por cómo se viste. “Nada les da el derecho de violar o juzgar a una mujer por cómo se vista o sí está sola”, puntualizó.