Carmela, sin trabajo ni dinero para costear la recuperación de su hijo
Su hijo Jaime estuvo a punto de fallecer debido a una peritonitis aguda y tuvo que ser intervenido de emergencia. Ella era trabajadora del hogar y no cuenta con prestaciones.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 11 de enero del 2020.- El pasado 30 de diciembre, Jaime Ariel Chay Cetina de diez años de edad estuvo a punto de fallecer debido a una peritonitis aguda. Originalmente, sería trasladado al Hospital General Agustín O’Horán en Mérida, pero fue intervenido de emergencia en el nosocomio de Tekax, ya que no había camas disponibles para recibirlo y su vida estaba en riesgo.
Su madre, la joven Carmela Cetina May, era trabajadora del hogar y en ese momento se encontraba en la capital yucateca. Ella pernoctaba en la casa donde laboraba y solo tenía salidas autorizadas los fines de semana. Desesperada, viajó para encontrarse con su hijo.
“Yo estaba en Mérida esperando que me digan que venían en camino porque lo iban a turnar al O’Horán , pero no había cama. Me marcaron y me dijeron que tenía que ir a firmar la autorización. El doctor se arriesgó a operarlo porque no era la persona ideal, me comentó que tendría que ser un especialista en niños, pero era una urgencia y se lo agradezco, hay doctores que no le iban a tomar importancia”, detalló.
El pequeño presentó las primeras molestias desde el 24 de diciembre, al día siguiente ya no podía pararse de su hamaca por el dolor. Carmela pensó que era una forma de manifestar su enojo porque no pudo pasar la navidad en casa junto a él por su empleo.
Aunque le pidió ayuda a su hermano, éste no accedió a llevar al niño con el médico, le reprochó que era su obligación. Por fortuna, la familia de su difunto esposo aceptó apoyarla y el 29 de diciembre que fueron a la consulta se dieron cuenta de la gravedad de su estado.
Carmela tiene 35 años, vive en el municipio de Akil y ganaba 3 mil pesos quincenales como trabajadora del hogar. Tampoco tiene casa propia y después de la muerte de su esposo hace casi tres años, su hermano y mamá le permitieron quedarse en un cuarto con su hijo.
Y justo cuando pensó que las cosas mejorarían, se complicó la recuperación de Jaime, ya que cuando lo operaron su apéndice ya había explotado. “Sí quisiera regresar a trabajar porque necesito el dinero pero ¿quién cuidará a mi hijo? Mi jefa me dijo que podría llevarlo a Mérida, pero no puedo arriesgarlo, el niño tiene una herida abierta. Me dijo el doctor que no puede estar mucho tiempo acostado, sentado, ni caminar mucho”, comentó.
Su prioridad es la vida de su hijo, a quien describió como su única razón para salir adelante. Carmela tiene apenas tres meses en su empleo, antes vendía cenas en su casa y pasaba todo el día con Jaime, pero con la pandemia del Covid-19 bajó mucho la venta.
Por momentos se siente angustiada y es la solidaridad de las personas que la ayudaron que la mantienen fuerte.
“El mismo doctor que lo operó sigue viendo su caso, de hecho, le regaló 150 pesos para su juguete porque le comentó (Jaime) que no llegó Santa. La verdad hay gente que me apoyó, han traído mercancía y mi hijo se pone feliz, me dijo ´mamá, la gente me ama´. Yo dejé de creer en Dios cuando murió mi marido, pero hoy salvó la vida de mi hijo y sé que existe”, puntualizó.
Las trabajadoras del hogar invisibles para el sistema
Cabe mencionar que Carmela no cuenta con seguro social ni prestaciones, como muchas mujeres que son trabajadoras del hogar, no dispone de las facilidades para poder permanecer con su hijo y conservar su empleo.
En México, desde el 2019 es obligatorio afiliar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a las empleadas del hogar. Sin embargo, hasta noviembre del año pasado, a nivel nacional en la segunda fase del Programa Piloto de Trabajadoras del Hogar solamente se registraron a 26 mil 193.
Y en Yucatán, 56 mil 256 personas se dedican al trabajo doméstico y de esta cifra, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) detalló que 45 mil 339 son mujeres y el resto hombres.
Si Carmela contará con este beneficio, además de que Jaime pudo ser operado en una clínica del IMSS, también podría acceder a los 25 mil pesos del Crédito Solidario que otorga el gobierno federal por la emergencia sanitaria del coronavirus. Y tal vez, tendría menos preocupaciones ante la incertidumbre de cómo pagar los medicamentos y los traslados de Akil a Tekax, pues entre cada vuelta gasta 260 pesos en el taxi.
*Carmela necesita apoyo económico para la recuperación de su hijo, si deseas cooperar puedes hacerlo a la cuenta 166916012999242076 o comunicarte con ella directamente al celular 9993508775