Asesinato de niño en Kanasín, reflejo de la normalización de la violencia
Con sólo cuatro años, su padrastro lo agredió sexual y físicamente durante meses.
Una vez más, queda en evidencia que el maltrato infantil es invisible en Yucatán.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 28 de julio de 2020.- A inicios de julio, un niño de cuatro años de edad fue asesinado por su padrastro en una vivienda de Kanasín. Durante meses, había sido víctima de violencia física u sexual, hasta que su cuerpo no soportó las lesiones y falleció.
Su hermano de seis años también sufrió los mismos abusos por parte de dicho sujeto, quien era el responsable de cuidarlos. Ambos vivieron un verdadero infierno en su hogar mientras su madre trabajaba para mantener a la familia.
Este terrible caso pone en evidencia, una vez más, que la violencia contra la niñez está normalizada en Yucatán, al grado que pareciera invisible, como si no existiera hasta que se desencadenan este tipo de tragedias.
Para la directora del Centro de Criminología del Sureste, Silvia Verónica Franco May, esta situación es alarmante ya que ocurre constantemente. Lamentó que se considere normal y deseable que se discipline a las niñas y niños por medio de golpes y, lo que es peor, que las personas adultas crean que pueden disponer y mandar sobre sus cuerpos.
“Al considerar a la infancia como un sector vulnerable, hay quienes creen que pueden disponer de sus cuerpos para placeres personales o saciar lo que sea, hasta la violencia interna. Por eso vemos casos dolorosos como el de Kanasín”, explicó.
La especialista declaró que en nuestra sociedad está tan normalizada esta clase de agresiones que incluso se vuelve invisible. Por eso cuando ocurren este tipo de tragedias escuchamos frases como “lo hizo porque el hombre es violento”, “la madre no lo cuidó y por eso pasó” o “eso sucede cuando dejas a los niños solos”, recalcó.
Y es precisamente por esa razón que no se denuncia, se esconde y no se castiga a los responsables. “A los yucatecos les interesa mucho apegarse a la norma, al qué dirán, les gusta cuidar las apariencias y, por lo tanto, no quieren desunir a la familia; no van a fragmentar lo que consideran como valioso, buscan proteger esa célula social a como dé lugar y por eso no denuncian al tío, al papá, al abuelo”, explicó.
El otro factor es el machismo, pues los hombres son los que ejercen la violencia en la mayoría de veces y, bueno, hay mujeres que perciben eso como algo normal, por lo que no alzan la voz, abundó.
Franco May recordó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) habla de concebir a las niñas y a los niños como sujetos de derechos. Es un enfoque nuevo que aún no está socializado y que es necesario promover para verlos como entes autónomos y que se deje de disponer de ellos, de su vida y de sus cuerpos. (Foto de archivo de Lorenzo Hernández)