Ana escapó de casa con un adulto; hoy, las instituciones no la dejan regresar
Ya pasaron siete meses y la adolescente de 16 años continúa en una casa hogar del Estado, a pesar de que su madre lucha para reencontrase. Mientras tanto, las autoridades no castigaron al adulto.
Por Claudia Arriaga.
Mérida, Yucatán, 3 de diciembre del 2020.- Desde mayo, la señora Marisol solo ha abrazado a su hija Ana en una ocasión. La joven de 16 años escapó de casa porque la reprendieron por no compartir el teléfono celular con su hermanito. Lamentablemente, se fue con una persona mayor de edad, se llama Manuel y la supera por cinco años.
Al día siguiente de la discusión, alrededor de las 5 de la madrugada del sábado, Marisol se percató de que Ana no estaba en su cuarto. Desesperados, salieron a buscarla, sin embargo, horas después otro de sus hijos le comentó que vio a la joven afuera de la casa con dos vecinos y a uno de ellos lograron identificar.
Sin demora, fueron a buscar a Ana, pero para su sorpresa salió la madre del joven y negó que la menor se encontrara en su casa. Angustiada, Marisol pidió ayuda a las autoridades policiacas.
“Hablamos a dos unidades de policías y les explicamos la situación en la que mi hija estaba. El comandante entró a hablar con la señora y me habló para que yo platique con ella. A la mamá de Manuel le pregunté qué pensaba y si sabía que era un delito y me respondió que la dejara con ellos. El comandante nada más bajó su mirada y comentó que no podía creer lo que estaba escuchando”, relató.
En la única ocasión que logró dialogar con su hija, intentó recordarle que la ayudarían con su sueño de ir a la Marina, pero a Ana no le importó. El camino hacia las autoridades no fue fácil, mucho menos en fin de semana.
Primero acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) en donde le dijeron que no podían tomarle su denuncia y que debería acudir a la agencia que se encuentra en las instalaciones de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa). Es ese sitio tampoco la recibieron. “Me dijeron que tenía que esperar hasta el lunes porque era fin de semana y no me iban a atender”, recordó.
Marisol regresó el lunes y un licenciado de nombre Agustín, con la misma excusa de que no es su área, la invitó a acudir a la agencia de la Fiscalía en Umán. Para su sorpresa, pese a que aportó la dirección de la casa en donde se encontraba su hija, fotografías, pruebas y explicó que se encontraba con una persona adulta, tampoco la ayudaron.
Pasaron nueve días y fue en la tercera ocasión que la Fiscalía citó a Manuel y Ana por fin decidió presentarse. Desafortunadamente, la joven no regresó a casa.
“Las autoridades me dijeron que ya tenían a la menor, pero que yo no podía ir por mi hija porque la estaban trasladando directamente a una casa hogar. Yo fui al día siguiente a leer la declaración y era falsa. Le comentó a las autoridades que sufre maltrato familiar con sus papás, que yo me deslindo de ellos por mi trabajo y no era cierto”, lamentó.
A Marisol le autorizaron llamadas con su hija y tras el paso de los meses, Ana pidió a su mamá que la sacara de la casa hogar, que quería regresar con su familia.
La decisión de hacer público este caso es porque Marisol, como la mayoría de las mamás, quiere pasar la navidad con su hija e hijos. El abogado encargado de su caso le comentó que, aunque ya se realizaron las investigaciones y se descartó que la menor sufría abusos en casa, no regresará pronto a su hogar. “Nunca me imaginé que iba a llegar ese día que mi hija iba a estar en uno de esos lugares”, abundó.
Además, Marisol sabe que quizás su hija se equivocó, pero ya es consciente del error que cometió, por lo que no merece ser castigada por las instituciones.
¿Por qué las jóvenes se van de casa?
Sobre las relaciones asimétricas de las menores de edad con hombres adultos, la investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Ligia Vera Gamboa, explicó que se deben a diversos factores y que no se les puede responsabilizar debido a que influyen cuestiones externas y sociales.
En las mujeres de 15 a 19 años entran en juego situaciones como el enamoramiento, seducción y regalos para atraerlas. “A veces la cuestión socioeconómica, influye más la limitación que hay en relación a la posibilidad de tener acceso a educación superior y, por otro lado, somos uno de los estados con mayor índice de alcoholismo. Todo esto propicia el terreno para las chicas a través de estos procesos de enamoramientos”, comentó.
Reiteró que no hay que perder de vista de que no es la misma experiencia la de un hombre adulto y una adolescente. Y aún más importante, se trata de un delito. Ni es igual para las jóvenes que viven en ciudades como Mérida, Valladolid, Progreso, a las de municipios y comisarías más pequeñas.
En medio de este tema, se encuentra el problema de salud que representa para México el embarazo adolescente. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el país tiene una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad. Y se estima que el 23 por ciento de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y los 19 años.
Las cifras también revelaron que el 15 por ciento de los hombres y el 33 de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual. En consecuencia, ocurren 340 mil nacimientos en mujeres menores de 19 años.
Y del otro lado, también están los abusos sexuales y las violaciones que se cometen en contra de las niñas de 10 a 14 años de edad. Del tema, Ligia Vera señaló que en una gran cantidad de espacios en estas prácticas culturalmente son permitidas, no se hablan y hay complicidades, porque si la niña denuncia, la dinámica de la familia se altera y puede haber un castigo de cárcel para quien ejerce la violencia.
Para la académica, la revictimización institucional tampoco está aislada de abonar a estas situaciones. Incluso, culpando a las menores si salen de casa.
“En una situación de violencia, sexual, física, alcoholismo, entre otras, deciden tomar una decisión o varias, una quitarse la vida o bien salir de casa y cuando se salen, muchas veces se culpabiliza a la niña y a la mamá ¿Qué donde estaba? Nuevamente la culpa recae en la mujer porque ´ella debe educar a los hijos´. Es muy lamentable que todavía medios de comunicación, no solo FGE y Prodemefa, siguen culpando a las niñas y adolescentes”, sentenció Ligia Vera.
¿Qué pasó con Ana?
La denuncia que interpuso Marisol para recuperar a su hija Ana fue asentada en la carpeta de investigación 594/2020. A casi siete meses, la joven sigue en una casa hogar bajo la jurisdicción del Estado y el hombre mayor de edad con quien permaneció continúa libre. “La Fiscalía me dijo que no hay delito qué perseguir en su contra”, lamentó.
**La identidad de la madre e hija fueron modificados por lo sensible del caso**