Sordera e inacción, enemigos de las mexicanas
Afirmar que detrás del Paro Nacional de mujeres están grupos conservadores, es haber perdido la realidad y el pulso de lo que pasa en las calles, en las ciudades, de los miles de reclamos, de lágrimas y el dolor.
Por José Luis Salam
Mérida, Yucatán, 25 de febrero de 2020.- Reza una máxima en el marketing: “una mentira dicha mil veces se convierte en realidad”; pero cuando se abusa de ella, pasará lo mismo que con la fábula de Pedro y el Lobo, llegará el momento que el llamado de auxilio no sea creíble ante la existencia de un peligro real.Vallamos por partes.
¿Se acuerda de aquella campaña electoral encabezada por la frase “AMLO, peligro para México”? Vaya efecto, los resultados de los comicios presidenciales de 2006 los conocemos.
Sin embargo, la experiencia obtenida por el equipo del tabasqueño y la realidad social, daría al traste con la icónica campaña. Posteriormente, se levantaría con un apabullante triunfo.
Ha pasado más de un año del ascenso de AMLO al poder, aprendió la lección y asumió como suya la estrategia; ha creado legiones de demonios y un enemigo común: los conservadores (a) “extrema derecha”, (a) “Fifís”, etcétera.
En la última semana ha llamado poderosamente la atención dos intentos del mandatario mexicano por crear “lobos” o peligros para el país. El primero de ellos, lo “visibiliza” durante el Día del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana, con un agradecimiento a las fuerzas castrenses por no escuchar “el canto de las sirenas” y llevar a cabo un golpe de Estado.
Como ya han señalado hasta el cansancio expertos en la vida militar, ni por asomo existió la posibilidad de mandos castrenses y mucho menos de la tropa, intentar un golpe de Estado al principio del actual gobierno federal. De haber sido una realidad, a los cuatro vientos se cantaría quién o quienes fueron los ingenuos que habrían pensado en una posible traición. Andrés Manuel no es el Comandante Supremo del Ejército Mexicano o un Presidente que guarda silencios o rencores, es de expresarlos.
Pero no perdamos de vista la molestia, el enojo y encono que ha generado entre las militares el actual trato presidencial y que no se olvidan con conciertos de Los Ángeles Azules. Los episodios transmitidos una y una vez en las redes sociales de las vejaciones de las que son objeto por parte de la delincuencia, así como las muertes de muchos militares, deben representar una alerta. Viene el lobo.
Un segundo suceso ha sido su rechazo, aunque afirma que su gobierno es respetuoso de las libertades ciudadana, al Paro Nacional convocado por colectivos de mujeres y que cuentan con el respeto de universidades, instituciones públicas y privadas, gobiernos municipales, etcétera, es decir, la sociedad en su conjunto a lo largo y ancho del país.
Afirmar que detrás de esta convocatoria están grupos de conservadores, es haber perdido la realidad y el pulso de lo que pasa en las calles, en las ciudades, de los miles de reclamos, de lágrimas y el dolor que constató durante sus recorridos por todo el país en sus 18 años de campaña rumbo a la presidencia.
Aunque la narrativa mediática de los feminicidios de Ingrid y Fátima han puesto al rojo vivo la indignación social, antes y después de ellas existen otros casos que no se desea sean visibilizados. Tan solo en 2019 el reporte indica casi mil muertes vinculadas al feminicidio, muertes de personas cuyo único delito es haber nacido mujeres. Pero de nuevo la estrategia de “Viene el lobo” falló.
“Obradorcista” hasta el tuétano, la segunda figura más destacada del Poder Ejecutivo nacional, como lo es la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, anunció su adhesión a la causa, a su causa como mujer.
Ni que decir de una mujer que ha puesto “la carne al asador” por AMLO: la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien también ha visto la necesidad política y de gobierno de sumarse al Paro Nacional del próximo 9 de marzo.
¿Podría llamarse a esta sumatoria de voluntades conservadora, oportunista, desestabilizadora nacional, etcétera, etcétera?
Hay un legítimo reclamo social y éste debe ser escuchado. El Estado mexicano no puede ser ajeno a los gritos de dolor, al aroma de la muerte, apostar por el olvido.
AMLO no puede acusar al conservadurismo de los feminicidios que emergen en su gobierno, ahora son su responsabilidad.
Es inverosímil que este llamado contra el conservadurismo no sea el mismo que hizo en días pasados cuando convocó a los representantes más emblemáticos de este sector y les pidió, “sin obligarlos”, la donación de miles de millones de pesos para poder subsanar el profundo abismo económico creado por sus acciones disfrazadas de programas sociales.
La lucha de las mujeres por una vida libre de violencia va más allá de colores partidistas, de regiones económicas, de historias políticas y sociales, de ideologías religiosas o anti religiosas. Tratar de demeritar a quienes alzan la voz en un reino de sordos, es olvidar que somos o que debemos nuestra existencia a una mujer.
El verdadero peligro no está en el conservadurismo, sino en la sordera e inacción.“Pueblo Bueno y Sabio”… escuchémosle, este no se equivoca. (Ilustración «México Feminicida» de Camila de la Fuente)