Cuando los influencers trajeron el premio Villas Mágicas
Miriñaques: “Nos trae sin cuidado cómo vivan, solo queremos el decorado de su pintoresco puerto, para tomarnos selfies. Su puesta de sol ha sido clasificada como Alfa Plus en las preferencias. Trending topic. Lo siento mucho, pero así es el progreso y el negocio del turismo salvaje”.
Por Antonio Martínez*
Mérida, Yucatán, 2 de septiembre de 2021.- Esta es una historia triste, que ocurrió o no ocurrió, como les sucede a todas las historias, pero de que es triste, es triste. Así me la contaron: aquel hermoso atardecer estaba don Artemio Pimentel remendando su red en la playa cuando sintió una presencia siniestra.
– Buenas tardes, amable lugareño, somos los Influencers y hemos venido a invadir su bizarre y pintoresque puerto de mar orientado al atardecer. #atardecer-, dijo la recién llegada.
– Muy buenas-, contestó don Pescador, -perdone, creo que no entendí bien quiénes son.
– Los Influencers. No tiene traducción. Se lo tiene que aprender. A ver, repita: IN-FLU-EN-CERS.
– Influyenser.
– Exacto. Me alegro que nos entendamos tan bien. Yo soy la señorita Frisbi.
– Mucho gusto. Arturo Pimentel, para servir. Pues usted dirá…
– Verá, nosotros somos expertos en redes.
– Que me va usted a decir a mí. Todas rotas, vea usted. Con tanta basura que tiran al mar…
– No me interrumpa y preste atención. Esto es importante. Vital. Han sido ustedes seleccionados para recibir un Premio Maravilloso, tan maravilloso como la lámpara maravillosa, para que me entienda. Aquí lo hemos hecho en un Tiktok, mire. Treinta mil likes.
– Ahá. ¿Premio de qué? ¿Una lámpara? ¿Van a poner por fin el alumbrado?
– No, gentil aborigen, es el premio de Villas Mágicas, que nosotros mismos otorgamos a quienes queremos invadir. Vea, aquí lo dice en Feisbuk y en Tuiter. #villasmagicas .
– Pero ya queda muy poco pulpo, y mero menos… tenemos que ir cada vez más lejos…
– No, pescar no queremos, mucho sudor y trabajo. Pesquen ustedes, nada más que más para allá, para que no salgan en las fotos con sus rústicas embarcaciones. Ya no se llevan. #rusticosno #asinorusticos.
– Pero disculpe, los invasores siempre traen muchas cosas modernas y civilizatorias…
– Claro, gentil porteño de rostro surcado de arrugas. Por ejemplo, yo misma inventé el peinado de dos caras, que permite tomarse dos selfies distintas a la vez. #dosselfiesenuna.
– Ahá. Sí es cierto, como un lenguado-, contestó el marinero con sabiduría profesional. – Pero está usted hablando de quitarnos nuestro modo de vida.
– No, no, pintoresco trabajador manual, nos trae sin cuidado cómo vivan, solo queremos el decorado, para tomarnos selfies. Su puesta de sol ha sido clasificada como Alfa Plus en las preferencias. Trending topic. Lo siento mucho, pero así es el progreso y el negocio del turismo salvaje. #turismowild.
– Disculpe usted, señorita, no entiendo bien qué me dice.
– No politice usted el asunto, vetusto hombre de mar. Le digo que se van a tener que mudar.
– Pero ¿por qué, a donde, por donde, de qué? – interpeló el pescador ligeramente irritado.
– No se agite. Les haremos un fraccionamiento tierra adentro financiado por Fomatur, en cómodos pagos que no podrán acabar de pagar nunca y tendremos un nuevo conflicto social, pero para eso falta, es a la larga. #alalarga. Nuevamente lo lamento, venerable anciano.
– Que lamentar ni que patrañas, esto es un vil despojo.
– No se preocupe, lo destruiremos todo rápidamente y lo construiremos de nuevo, porque, así como está, da pena; van a ver qué bonito va a quedar, cuando vengan de visita, o a limpiar. Y ustedes pueden seguir su vida normalmente en otro rumbo. Rumbo a Progreso y buena suerte. Claro que cuando destruyamos la ecología pueden ustedes regresar. #reciclar.
– Está usted loca.
– De contenta. Me voy a tomar otra selfie. Siento que estoy vibrando alto. #vibraalto.
Don Pescador no daba crédito. Miró hacia el mar, por donde cruzaban unos pelicanos rasando el agua y el azul del atardecer le devolvió momentáneamente la cordura. Pero cuando regresó la vista a la playa la Influencer seguía allí, así como su equipo de expertos en marketing, algoritmos e inteligencia artificial, y un gurú Tuluminatti del Metauiniverso, todos tomándose selfies.
– Ah, y otra cosita. Tendrán que cambiarle el nombre a este pobladito. Ahora se llamará Sin Sal, en vez de Sisal. Sin Sal suena más sano y vegano y es más monetizable. #sinsal #soygenial.
– Pues van a tener ustedes que hablar con el Alcalde, porque yo poco tengo que decir en cuanto al timón del destino. Apenas el de mi barca.
– Nada, nada, mejor usted le dice, que habla su mismo idioma de ustedes. Mañana llegará la maquinaria para destruirlo todo, y volverlo a hacer. Generaremos incontables puestos de trabajo de albañil para la plebe. #asinoplebe.
– Pero yo soy pescador, señorita…
– Ahí le encargo, venerable viejito, aquí está la nominación y el premio de Villa Mágica, que les aproveche-, dijo la señorita Frisbi dejando caer sobre la arena un papiro y una lámpara mágica. –Vámonos ninies, que queda mucho por invadir.
Y se fueron. Una súbita ráfaga de viento se llevó volando el papiro hacia el mar antes que el viejo pescador pudiera alcanzarlo, cuando sintió un fuerte dolor en el pecho. Lo descubrieron al amanecer, junto a la lámpara, y la gente inventó todo tipo de consejas e historias. Más tarde llegó la maquinaria. #maquinaria.
Les avisé que era un cuento triste.
*Escritor de provincias.