Casarse en otro país, más barato que ampararse en Yucatán
Parejas del mismo sexo yucatecas ya se pueden casar en otra naciones, pero en su hogar se les prohíbe. Además, autoridades ignoraron el Día contra la Homofobia.
Por Paul Antoine Matos e información de Luis Roberto Castrillón.
Mérida, Yucatán, 21 de mayo de 2019.- Desde Mérida, un boleto de avión a la Ciudad de México cuesta unos 2 mil pesos y hacia La Habana, Cuba, cerca de 3 mil pesos. De Cancún a Nueva York son 4 mil pesos, mientras que a París, también desde esa misma ciudad, cuesta 10 mil pesos.
¿En qué se parecen esos destinos turísticos? En que los yucatecos homosexuales se pueden casar ahí, mientras en su propio estado se los prohíbe. En esos lugares –CDMX, La Habana, NYC, París– es mucho más barato que una pareja del mismo sexo viaje para contraer matrimonio civil a que se ampare para poder hacerlo en su hogar. Y, además, el viaje para casarse puede usarse de excusa y celebrar la luna de miel, claro.
Un amparo para acceder al matrimonio igualitario en Yucatán puede alcanzar los 20 mil o 25 mil pesos, según los abogados consultados. Un viaje a París, redondo, desde Cancún cuesta 19 mil 616 pesos, de acuerdo con el portal Vuela a la Vida.
Pero claro, ¿cuántas parejas homosexuales tienen el dinero para viajar a Estados Unidos o a Europa para contraer y celebrar su matrimonio? ¿Y cuántas parejas pueden acceder a un amparo más caro que dos boletos de avión a Francia?
Ahora el matrimonio se celebraría dentro de la Embajada o el consulado mexicano respectivo, tras lo anunciado por Marcelo Ebrard, canciller del gobierno federal. La Secretaría de Relaciones Exteriores permite desde el 17 de mayo, con motivo del Día Internacional Contra la Homofobia, que las parejas homosexuales puedan casarse en alguna de sus oficinas diplomáticas en el extranjero.
El Registro Civil en Yucatán no lo permite. Es más factible que un yucateco se case en la embajada mexicana de cualquier país de Medio Oriente, abiertamente homofóbico y que pena con la muerte la homosexualidad, a que lo haga en el estado.
El Día Internacional Contra la Homofobia pasó desapercibido para la administración de Mauricio Vila Dosal. En las redes sociales del gobierno de Yucatán no se mencionó nada respecto a la discriminación que padece las parejas homosexuales. El discurso que se dan a través de medios digitales también es una política que representa al gobierno y, en este caso, es una política de ignorar a las personas de la comunidad LGBTTTI.
Tampoco el Congreso de Yucatán se posicionó respecto a ese día, pero era algo que sabíamos ocurriría. Fue la misma legislatura que votó en secreto y en contra de la aprobación del matrimonio igualitario en abril pasado e ignoró las jurisprudencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a favor de esta figura. El Congreso yucateco ya fue demandado por organizaciones civiles.
La Comisión de los Derechos Humanos del Estado (Codhey) tardó más de un mes en posicionarse respecto al voto negativo de los legisladores estatales; ya era demasiado tarde. Durante los días previos a la decisión, el ombudsman Miguel Óscar Sabido Santana se escondió para evitar hablar al respecto.
El ayuntamiento de Mérida sí realizó una publicación a través de sus redes, enfatizando el respeto como un paso para la convivencia en paz. Pero, aunque anunció que se encenderían luces en el Monumento a la Patria con motivo del Día Internacional Contra la Homofobia, éstas nunca fueron prendidas.
En Yucatán, los representantes ciudadanos y las instituciones públicas tienen una política discriminatoria hacia las personas homosexuales y miembros de la comunidad LGBTTTI. Su omisión del Día Internacional Contra la Homofobia, incluso a través de redes sociales, muestra un discurso que ignora a los homosexuales.
Recibiendo el desprecio y siendo invisibilidades por los funcionarios yucatecos, este sector de la población pueden empezar a planear su viaje a cualquier otro país del mundo para casarse en una oficina diplomática de México sin ser discriminados. (Foto de Lorenzo Hernández)