Artes oscuras (que inspiran verdadero pánico)
Miriñaques: En los arcos junto a la entrada de la exposición se instaló una unidad de servicios médicos que atendió varios casos de desmayos, mareos, desvaríos y un infarto.
Por Antonio Martínez *
Mérida, Yucatán, 8 de febrero de 2024.- En aquella primorosa y fresca mañana de invierno en la Villa Blanca, don Primitivo Pérez ingresó, muy tolete, con paso elástico al respetable establecimiento La Copa de Oro, donde ya se encontraban el poeta don Carlos Castillo y el cronista don Orondo Batallas convenientemente distribuidos por su tamaño y alcanzó al primero la edición del día del Fario de Yucatán, porque en la pequeña mesita de mármol apenas cabían tres bebidas y dos platitos de botana. Como todo el mundo sabe, en los últimos tiempos, en que su presencia como escribano en el Cabildo se había hecho redundante, don Primitivo había encontrado peculiar contento y alegría en desempeñarse como crítico de arte del dicho diario, y su columna semanal era hartamente esperada en la taberna.
– Escuchen, escuchen sus señorías, – dijo don Carlos, tomando una larga bocanada de cerveza con aristocrático gesto y comenzó a leer. – Miradas Artísticas, por don Primitivo Pérez. – Carraspeó y se aclaró la garganta con lo que quedaba en el vaso.
– El día de ayer se inauguró la notable exposición colectiva denominada con impreciso acierto Nuevo Talento, en la “Sala Díaz Bodrio” del Centro Cultural Olimpho. Pocas veces ha estado tan impresionado este corresponsal como al experimentar de cerca propuestas tan diversas, horríficas y distópicas. En la inauguración, la secretaria de Cultura, Doña Azucena Gris, destacó la obra
Albarrada a medio construir, tres piedras tiradas sin cuidado en el piso en el patio central, que representan la fatiga del esfuerzo, una instalación del artista Suplicio Madejas, y destacó el hecho de que en estas tierras planas hay más albarradas que en ningún lugar del universo conocido, exceptuando quizás en el planeta Albarradán, por lo que la flamante secretaria prometió promover en la UNESCO la albarrada yucateca como patrimonio de la humanidad. Aplausos. Por su parte la secretaria federal de Turismo, la señorita Frisbi, quien asistió al evento, propuso crear el programa Albarradas Mágicas, basado en otro triste proyecto, Villas Mágicas, que acabó con la magia de todas las villas nominadas. Más aplausos, corte de cinta, vino malo y bocadillos secos.
Entrando en materia, sin duda la pieza más aclamada y que obtuvo finalmente, en apretada votación, la Presea Díaz Bodrio 2023 fue la obra denominada “Cuadro Gripal”, elaborada mediante técnica de collage con Kleenex usados junto con adhesivos y pigmentos naturales de moco (fresco y seco), del artista Víctor Vaporub. Es evidente el riesgo artístico que toma el autor valientemente, especialmente con la salud de los asistentes a la magna muestra, por lo que se recomienda mascarilla, dado que el aire acondicionado del recinto sigue sin querer funcionar.
También, en opinión de la crítica, merece especial mención la colaboración del orfebre orgánico Nemesio Morcillas, que presenta dos obras maestras. La primera, denominada “Choriplasto”, está elaborada enteramente con una combinación de chorizo crudo rojo y verde, estéticamente aplastado en estado de ebriedad por el artista la noche anterior. Por su lado, la obra “Longaniza”, que consiste precisamente en una longaniza colgada de un clavo en la pared, contrasta por la pureza de su lenguaje con el amasijo mostrado en “Choriplasto”. Un gran inicio para un joven artista. Otras obras destacables en esta magnífica muestra de arte fueron:
“Calvario”, una instalación/performance con tres actores calvos, cubiertos sus cuerpos por una sábana, es una mirada cognitiva sobre la alopecia que indaga sobre problemas poco atendidos.
“Fragmento de Trozo” del minimalista Máximo Cacho, puede describirse como el ansia de aferrarse a la existencia mediante el enfoque de la mirada en un pedazo de cosa indescriptible.
Enigmática es la obra de Rótulo Gómez “¿Dónde está el baño?” que consiste en una flecha pegada en el muro que indica precisamente la dirección del aseo.
Por último, la obra “Encuerpamiento”, una botarga del Doctor Simi sin cabeza, produce una sensación sumamente inquietante.
No se había visto una muestra tan divergente desde que en 1983 el artista sueco Christensen presentó su aclamada obra ‘Calzoncillo’. En suma, un éxito total. En los arcos junto a la entrada se instaló una unidad de servicios médicos que atendió varios casos de desmayos, mareos, desvaríos y un infarto. – terminó de leer don Carlos, doblando propiamente el periódico antes de tirarlo al suelo y terminarse otra cervecita.
– Suena terrible, ¿tan malo estuvo? – preguntó don Saturnino el cantinero sirviendo una ronda de tragos.
– Peor, aún tengo micro-pesadillas, y eso que fui a verlo con lentes oscuros – afirmó con estoicismo don Primitivo.
– Es la fealdad en el Arte – opinó don Orondo, a quien le encantaba repetir frases de otros.
– Peor. La fealdad no es un concepto adecuado para describir los bodrios de la muestra de ayer. Son obras que inspiran verdadero pánico. Vil terrorismo es un término mucho más apropiado – contradijo don Primitivo.
– Amén por el Arte – brindó don Carlos empinándose el jaibol para matar la congoja.
– Que arte ni que pamplinas, lo que necesitamos para el susto es otra ronda y unas costillas alcaparradas – zanjó don Primitivo con la autoridad de un verdadero crítico de arte – y todos
Felices continuaron libando, absortos en sus pensamientos. No se oía un sonido que alterara la paz monacal de la cantina, excepto por el masticar y chupar de las costillas.
Mientras tanto, afuera, la heladez y el resto.