El cuerpo como una casa

“No nos cabe el cuerpo”, una antología que recolecta los 5 relatos ganadores del primer Concurso de Cuento Corto Sempere 2023, se presentará el próximo 27 de marzo como parte de las actividades de la FILEY.
Por Antonio Cervera Cetina
Mérida, Yucatán, 18 de marzo de 2025.-A C. S. Lewis se le atribuye la frase “No tienes un alma, eres un alma, tienes un cuerpo”. De ser cierto (y creo que lo es), el cascarón frágil y cambiante de nuestro organismo es el resguardo de nuestra verdadera persona. Chico favor nos hacen si la parte más duradera, sincera y poderosa de los humanos se comunica con el medio y las demás almas mediante un vaso diseñado para sufrir. Porque eso es el cuerpo, una casa a la que llegamos sin escoger sus características: nos meten en ella sin preguntar si así lo queremos. Una botarga que vamos aprendiendo a manipular lentamente y, cuando al final logramos dominarla, está tan deteriorada que da pena. Una armadura sin repuestos y que muchas veces no nos gusta, les disgusta a los demás o —lo que es peor— le gusta a los demás. Y eso queda patente en No nos cabe el cuerpo, la antología que recolecta los 5 relatos ganadores del primer Concurso de Cuento Corto Sempere 2023, editado bajo el sello de Esdrújula.
Diana Soberanis Mena, joven escritora yucateca, fue la ganadora del concurso con “El estudio”. Su relato en primera persona narra la fusión progresiva de un joven milenial abrumado por las carencias económicas con su departamentucho lleno de goteras y pintura cascada. La estancia empieza a encogerse a modo de protesta y se mezcla con la piel y los órganos del inquilino. Esta metamorfosis kafkiana termina siendo el remedio ideal: se convierten en un grotesco atractivo de circo para el que se cobran entradas, cosa que alivia la pobreza del protagonista y el disgusto del estudio sin mantenimiento. La transición limpia de la dualidad sujeto-departamento a un amasijo arquitecto-orgánico es la parte más loable de la narración. En este cuento el cuerpo se convierte, literalmente, en una casa.
El segundo lugar lo obtuvo Inti Hernández, la persona más joven de las compiladas. En “Sagitaria”, narrado también en primera persona, un joven se enamora de Julia, una inalcanzable mujer transgénero. Después de infructuosos intentos por acostarse con ella, Julia tiene un romance con el hijo de un policía machista del pueblo. En un arranque de ira, el padre manda a sus esbirros a darle una lección a su hijo y se les pasa la mano. Julia inicia una venganza cazando a los atacantes con arco y flecha mientras cabalga desnuda por las calles principales del lugar. El lenguaje de la narración envuelve al lector con carácter fresco, joven y sincero. En “Sagitaria”, el cuerpo debe remozarse para concordar con el alma que contiene.

Con “Raíces”, Diana Puga Pérez ganó el tercer lugar. Esta historia hace uso de los diálogos para hilvanar la narración, cosa que no es fácil, pero logra una redondez clara. Con tono también kafkiano, un hombre joven se transforma lentamente en árbol, mientras su pareja vive un embarazo que culmina con un bebé que hereda los botánicos rasgos paternos. ¿Es una analogía para referirse a alguna cuestión de salud? ¿Quizá de salud mental? A pesar de lo fantástico, la verosimilitud se mantiene debido al tono de naturalidad con el que la protagonista se conduce. El cuerpo se transforma en algo permanentemente bizarro como resultado de los cambios en el alma que contiene.
Mateo Peraza es el de mayor edad entre los cinco autores. Con una amplia trayectoria en la crónica, en “Electricidad” sale del género que acostumbra para narrarnos las tribulaciones de un joven que ve a sus padres deteriorarse físicamente entre las enfermedades crónicas, los vicios y la edad, y se mira por el mismo camino con temor. El cuento que se llevó el cuarto lugar ocurre durante una lluvia torrencial, cuando sucede un apagón que no le permite al protagonista llevar a su madre enferma al hospital. Entre cigarrillos y cervezas, recuerdan y se hacen compañía. En “Electricidad”, el cuerpo es una casa derruida por el tiempo.
Dan Guerrero Leyva, quien ganó el quinto puesto del concurso, recrea en “Timoclea” la antigua leyenda griega de la mujer de Tebas que había sido violada y saqueada por tropas de Alejandro Magno. El personaje clásico engaña a un general diciéndole que su oro estaba en un pozo en el jardín y, cuando éste se inclina a buscarlo, lo empuja para después lapidarlo con ayuda de sus sirvientas. En la versión más actual de Guerrero, una atleta que es abusada físicamente por su entrenador logra zafarse de él y arrojarlo al fondo de una alberca vacía para rematarlo con pesas y mancuernas. La protagonista compara su liberación con la sensación de correr en una competencia. En “Timoclea”, el mito se recrea, el cuerpo es un castillo que se defiende a cualquier precio.
No nos cabe el cuerpo es una antología joven, fresca, pero para nada ligera. Sus relatos abordan temas contemporáneos como la falta de oportunidades para los jóvenes, la intolerancia a la población LGBT+, la creciente prevalencia de problemas de salud mental y la afectación de condiciones crónicas que deterioran la calidad de vida de los adultos, así como nuestra ineficacia para erradicar un problema tan antiguo como el abuso de menores. Pero también nos reconfortan con humor, el triunfo del desvalido y el amor entre miembros de una familia, aspectos que nunca pasarán de moda. Sin lugar a dudas, es una obra donde el cuerpo es la casa que nos cobija.
La presentación del libro forma parte de las actividades de la FILEY, que está muy próxima a llegar. El encuentro será el próximo jueves 27 de marzo, en punto de las 4 de la tarde, en el salón Chichén Itzá (sala Roldán Peniche Barrera) del Centro de Convenciones Siglo XXI. Diana Soberanis Mena y Dan Guerrero Leyva, quienes ganaron el primer y quinto lugar, respectivamente, conversarán con el público y leerán fragmentos de sus relatos.