Buscan que la chaya retome su papel como componente cultural
Científicos, comunicadores y artistas presentan el Calendario 2024 dedicado a este cultivo y alimento ancestral.
Por Redacción
Mérida, Yucatán, 18 de diciembre de 2023.-A través de un Calendario 2024 preparado por científicos, comunicadores y artistas, la chaya se presenta para retomar su papel como uno de los principales componentes de la cultura regional: un cultivo ancestral domesticado por los mayas prehispánicos y un alimento nutritivo que ha mantenido un lugar relevante en las cocinas yucatecas.
Mes con mes, se podrán observar distintos ángulos de la chaya, con fotografías inéditas y textos que dan muestra de la base científica y cultural que hay detrás de la planta.
“El calendario fue una idea que surgió a partir de un proyecto de investigación que fue propuesto para revalorizar los importantes aportes de la chaya en la península de Yucatán”, explica Rodrigo Patiño, investigador titular de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav-Mérida) y uno de los coordinadores de la producción del calendario presentado.
Carlos Ibarra, actual encargado de despacho de la Jefatura del Departamento de Ecología Humana del Cinvestav-Mérida, estuvo presente en la presentación y resaltó que “este calendario es un trabajo realizado con el rigor y la seriedad con la que producimos nuestros artículos científicos, para acercar a todo el público los conocimientos generados por los mayas antiguos y contemporáneos sobre el uso de una planta emblemática de nuestra región. Este trabajo demuestra que los proyectos interdisciplinarios realizados por científicos pueden tener vertientes que promueven la cultura y el arte, además de la divulgación del conocimiento.”
Miguel Munguía, también investigador titular del Cinvestav-Mérida y experto en la domesticación y ecología de la chaya, comenta: “Los mayas peninsulares son custodios de un extenso conocimiento ecológico local producto de su capacidad de explorar e interpretar su entorno natural. En un pasado no muy lejano, exploraron un recurso que, aunque abundante, su apariencia estaba muy lejos de ser apetitosa. Se trataba de la chaya silvestre, una planta cubierta de espinas, altamente urticante y custodiada por hormigas. Sin embargo, la intuición no traicionó a los naturalistas mayas. La chaya resultó ser rica en nutrientes, aminoácidos esenciales y otros compuestos que ahora sabemos benefician la salud. Un proceso interactivo de selección llevó a la obtención de la chaya que conocemos hoy, con hojas más grandes y suculentas, pero, sobre todo, prácticamente libre de espinas y toxinas. Los domesticadores también nos heredaron una técnica de cultivo y una serie de prácticas culinarias. La chaya es una herencia biocultural del pueblo maya para el mundo y la intención de este calendario es que los habitantes contemporáneos del mayab disfruten de esa herencia y la mantengan viva.”
Gregorio Hau Caamal, profesor de lengua maya y apasionado escribano de glifos mayas sugirió el uso de una frase para abanderar el calendario: “Chaaye´ u yo’och maayakaaj”, que significa “La chaya es la comida del pueblo maya”.
“No es un manjar de dioses, es manjar para el pueblo maya, el platillo de los wíiniko’ob (personas del pueblo), una planta que ha dado vitalidad a los originarios de estas tierras. Fue domesticada por nuestros abuelos para nuestro pueblo; al recorrer las calles, la podemos ver al frente o en el solar de las casas y hasta la fecha es un alimento común que se sirve en la mesa o en la banqueta de las casas. Escrita con el úuchben ts’íib (glifos), son utilizadas las sílabas cha-yi para hacer el tono largo de la palabra chaay, así conocida comúnmente en los pueblos de Yucatán y que en español yucateco se le dice chaya. De esta manera reforzamos nuestra lengua y reconocemos nuestra antigua escritura, nuestra verdadera escritura. Una planta que nutre el cuerpo y alimenta nuestro óol (alma)”, mencionó.
Para la creación del calendario se contó con la valiosa participación de la diseñadora gráfica, María Gardom, y del comunicador audiovisual Roberto Canales, quien se encargó de convocar a varios fotógrafos que participaron con propuestas para incluir en el calendario: Haizel de la Cruz, Rodolfo Juárez, Federico Ruíz, Ivonne Arceo, Luis Baeza y Mario Arnal.
Este último habla de su participación en el proyecto: “Es una gran experiencia para compartir el trabajo y aprender más sobre la relevancia de la chaya. Además, es súper importante para las comunidades.”
En el calendario también participaron las investigadoras Teresa Castillo Burguete, investigadora titular, y Virginia Solís Montero, estudiante doctoral, ambas del Cinvestav-Mérida, además de Paola Ruíz Becerra, catedrática del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt) en la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigación Regional Dr. Hideyo Noguchi en la Universidad Autónoma de Yucatán.
Desde la visión maya, se contó con la generosa participación del Colectivo Suumil Móokt’aan, de Sinanché, y del reconocido escritor y activista maya Pedro Uc Be, quien escribió, especialmente para el calendario, un poema dedicado a la chaya. El calendario se vende con una cuota de recuperación de $300 y los interesados pueden conseguir su ejemplar vía WhatsApp al número 99 91 12 08 97, o bien pueden escribir por correo electrónico a: [email protected].