Otro lamentable caso de sustracción de menores
El padre se llevó al niño y su madre no supo de él durante año y medio. A pesar de esta ilegalidad, la jueza le otorgó la custodia al hombre.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 4 de enero de 2020.- La sustracción de infantes por parte de uno de sus padres sigue siendo un problema que afecta a la niñez yucateca, tal es el caso de Bryan, quien tenía dos años y medio cuando su padre, Aarón David Rejón Rosado, lo alejó de su madre.
La señora Jessica González Rodríguez relató que, en junio del 2015, su expareja se llevó al niño, por lo que durante año y medio no pudo tener ningún tipo de contacto con él.
“Se lo llevaron cuando tenía dos años y medio, yo no tenía fotos, llamadas, no había escuchado su voz, no tenía una sola foto de mi hijo, no sabía dónde vivía. ¡Era un infierno porque estas año y medio sin saber nada de tu hijo!”, declaró la mujer en entrevista.
Desesperada por no poder recuperarlo, en octubre de ese mismo año denunció ante la autoridad competente la retención y sustracción del menor, pero esto de poco sirvió. Su primer abogado nunca le dijo que solicitara la guardia y custodia, lo que complicó el proceso más adelante.
“Yo no sabía antes, confíe en su trabajo. Metí el escrito en octubre y cuando llega a Mérida, no le dieron seguimiento las autoridades. Posteriormente me llegó la notificación, en junio del 2016, solicitando la guardia y custodia de mi hijo por parte de su padre”, explicó.
Fue hasta el 21 noviembre 2017 que pudo reunirse nuevamente con Bryan, ya que en una audiencia se fijó un régimen de convivencia de un fin de semana cada 15 días durante cuatro horas y además debía pagar una pensión de mil pesos al mes.
Casi cuatro años después, el 21 de enero del 2019, la Jueza de lo Familiar, Claudette Ysela Escalante Pino, le otorgó la guardia y custodia definitiva a su expareja; el monto de la pensión permaneció igual y las visitas aumentaron, otorgándole la posibilidad de pernoctar con su hijo el 50 por ciento de los periodos vacacionales.
Lo que llamó la atención es que en la sentencia para la custodia se consideró que la denuncia de sustracción de menores sin condena, no es una prueba.
Pero está no fue la única ocasión que Aarón Rejón se llevaba al menor sin su consentimiento, la primera vez fue en mayo del 2014. En aquel momento ella decidió viajar a recuperarlo de Cancún, Quintana Roo, a Mérida, Yucatán.
“Ya estábamos separados, yo vivía en Cancún y teníamos un acuerdo verbal en el que podía convivir con el niño los fines de semana o cuando quisiera. Se llevó a mi hijo sin avisarme y dos días intenté contactarlo, desapareció y fue hasta que logré localizarlo que me dice que se trajo al niño para que conviva con su familia”, indicó.
“Me dijo que no podía traerlo de vuelta porque se quedó sin trabajo, le comenté que no se preocupara, que yo iría por él. Ya teníamos un año separados y estaba embarazada de mi segundo bebé, viajé con mis papás de Cancún a Mérida para recuperarlo”, comentó.
Recordó que intentó poner un escrito en los juzgados para dejar constancia de los hechos, sin embargo, el personal le indicó que debería hacerlo en el estado donde vivía, es decir, Cancún.
También en reiteradas ocasiones antes de la sentencia condenatoria, Jessica intentó acceder a su expediente, derecho que le fue negado. Incluso, la Secretaria de Acuerdos, Lina Patricia Díaz Vázquez. le sugirió no moverle más. “Me dijo que no me preocupe, pero me recomendaba dejar las cosas como está, que lo más probable es que al menor se lo dejen al señor porque ya tiene una vida establecida aquí”, indicó.
Situación de la cual responsabiliza a la autoridad, ya que al momento de la denuncia nunca hicieron nada. “Es algo que ellos provocaron porque desde la audiencia de desahogo de pruebas, presenté la prueba que se lo trajeron sin mí permiso y no hicieron nada, todos estos tres años que pasaron es a causa de las autoridades judiciales por no dar una solución”, enfatizó.
El fallo de la jueza no solo condena a Jessica a estar sin su hijo y a él sin ella, complica su situación económica. La distancia y el costo de los viajes para visitarlo cada fin de semana, más el pago de la pensión la han dejado prácticamente en la ruina.
“Con el tiempo y un proceso de cuatro años y medio, fui perdiendo empleos porque no te dan permiso cada 15 días para faltar, ni para cada audiencia. Perdí tres empleos, ahora no tengo trabajo porque todos mis jefes se cansan”, lamentó.
Incluso comenzó a hacer rifas para seguir costeando los gastos del juicio. Dijo que por cada viaje a la capital yucateca gasta tres mil pesos entre hotel, viáticos, autobuses, paseos, más el pago de la pensión. “Empecé a faltar y solo vengo una vez al mes, porque decides entre pagarle la pensión o venir a verlo”, reconoció.
Actualmente Jessica continúa con la lucha para poder convivir con su hijo de ahora siete años, pesé a la sentencia que aumentó el régimen las horas que podría pasar con él y las temporadas de vacaciones que le corresponden junto al menor, el padre sigue sin entregarlo.
También promovió un amparo en contra del aumento de pensión, pues el 8 de octubre del 2019 paso de mil a tres mil pesos, cantidad con la que ella no cuenta debido a los gastos del juicio y de viajar a Mérida para visitar a Bryan.