El Tren Maya les cerró un camino al hospital
Los pobladores de Tahmuy se enojaron con la construcción de esta megaobra, porque les taparon el atajo que usaban para emergencias médicas.
Por Herbeth Escalante
Fotos de Lorenzo Hernández
Mérida, Yucatán, 9 de agosto de 2024.- Juan y Ramiro* se enojaron con la construcción del Tren Maya porque les cerró un pequeño camino de terracería que conecta a su pueblo, Tahmuy, con el municipio de Temozón, en donde acuden a sus citas médicas o cuando tienen alguna emergencia de salud.
En esa pequeña comunidad de mil 248 habitantes no hay doctores, por lo que su opción más cercana y accesible en costos para los servicios sanitarios se ubica en esa mencionada localidad, a 21 kilómetros, es decir, a 25 minutos en vehículo.
Un día se dieron cuenta de que los trabajos de construcción del Tramo 4 taparían un camino angosto que, desde hace años, pasa por debajo del puente a Tesoco y es aledaña a la supercarretera Mérida-Cancún. Es su atajo para llegar a Temozón y evitar “una vuelta de una hora” en el periférico de Valladolid.
“Ahora la autopista no sólo es para los vehículos que vienen de Quintana Roo, si no también para el Tren, entonces pusieron muros de contención que no nos permiten el paso”, explica Ramiro, molesto.
De acuerdo con la versión pública del Análisis Costo Beneficio del megaproyecto, el trazo posibilita usar el derecho de vía ya liberado de la autopista 180D, y a su vez implica la utilización del cuerpo derecho de ésta (con dirección a Cancún) para el paso del ferrocarril.
Dicho cuerpo se repuso con la ampliación del lado izquierdo de la autopista (con dirección a Mérida) y con dicha modificación continuaría siendo de cuatro carriles, dos por sentido. Esto provoca que no haya faja separadora central, más bien los sentidos se dividirán con barreras tipo New Jersey.
“Cuando hay una emergencia de salud salíamos por eso camino blanco para la autopista, yendo como para la comisaría de Tepakán y de ahí buscábamos el entronque para Temozón. Por culpa del Tren nos taparon el camino, vamos a tener que rodear y lo que hacíamos en 20 minutos de viaje aproximadamente, lo tendremos que hacer en una hora”, explicó Juan.
Los dos pobladores se dedican a la albañilería, pero nunca fueron a pedir trabajo en el tramo que se edificó en el oriente de Yucatán, pues no se pueden dar el lujo de laborar una semana sin sueldo.
“Los de ICA abrieron una oficina en (la cabecera de) Valladolid y mi hermano fue hasta ahí para pedir trabajo. Entregó papeles y hasta dio una cuota de 50 pesos, pero nunca le hablaron. Mucha gente se inscribió y no a todos contrataron. ¿Te imaginas cuánto dinero hicieron con las cuotas? Eso fue un robo”, se quejó Juan.
Aunque su hermano y otros amigos intentaron convencerlo para solicitar empleo para la obra del Tren Maya, todos en el pueblo le recordaron que la empresa los obligaba a “trabajar gratis” una semana.
No saben si se trata de una prueba para constatar si aguantarán las jornadas extremas, o simplemente a los “patrones” no les importa la situación de pobreza en la que viven, la cual no les permite esperar 15 días para cobrar por primera vez.
Por tal razón, la opción de sobrevivencia para la gran mayoría de los habitantes de Tahmuy y de otros pueblos de la zona oriente de Yucatán es migrar a la Riviera Maya de Quintana Roo para trabajar de lo que sea.
“El problema con los muros de contención es que no sabemos cómo o dónde vamos a pedirle parada a los autobuses que van para Cancún. Antes sólo teníamos que pararnos a un lado de la carretera a esperar y ahora creo vamos a tener que viajar hasta la cabecera y vamos a gastar más en transporte”, señaló Juan.
*A petición de los entrevistados, sus nombres fueron cambiados para evitar represalias.