Sin plan para reducir embarazo en menores
Las niñas no eligieron ser madres, obviamente fueron forzadas. Los embarazos infantiles están ligados a la violencia sexual.
Por Paul Antoine Matos.
Mérida, Yucatán, 13 de mayo de 2019.- El Consejo Estatal de Población (Coespo) publicó una imagen en el que exponía que en Yucatán, en 2017, se registraron 175 nacimientos en mujeres entre 10 y 14 años, y 5 mil 832 en adolescentes de 15 a 19 años. Sí, se equivocaron y felicitaron a las jóvenes madres, que a esas edades posiblemente habrían sido víctimas de una violación.
Fue un terrible error de comunicación, del cual rectificaron al borrar la publicación. Pero lo que demostró el caso es que la situación los embarazos infantiles y adolescentes, provocados por abuso sexual y violación, está tan normalizada en Yucatán que, al publicar la imagen, pensaron que el efecto sería otro.
Desde tiempo atrás, el Gobierno de Yucatán no tiene ninguna estrategia para reducir el índice de niñas y adolescentes que quedan embarazadas, en muchas ocasiones en situaciones de violencia sexual.
En marzo 2018, la Unidad de Atención Sicológica, Sexología y Educativa para el Crecimiento Personal (UNASSE) publicó, en conjunto con el Ejecutvio, un diagnóstico sobre el embarazo en la niñez y la adolescencia. Cita que Yucatán signó un programa Planificación Familiar y Anticoncepción. Salud Reproductiva, en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.
Dicho programa incluía consultas de planificación familiar y anticonceptivos, información sobre los mismos, organización de foros y campañas de prevención de embarazos adolescentes.
¿A quién se dirigía la información? A las mujeres entre 15 y 49 años y a hombres entre 20 y 64 años. Ese programa ya estigmatizaba a las mujeres al considerar que las mujeres inician su reproducción cinco años antes que los hombres, cuando siete de cada 10 jóvenes señaló que su primera relación sexual fue entre los 15 y 19 años de edad, según el Instituto de la Juventud federal.
En México, de acuerdo con la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, el 23% de las personas adolescentes inicia su vida sexual entre los 12 y 19 años; el 15% son hombres y el 33% mujeres. Según el diagnóstico de la UNASSE, el 48% de los hombres que embarazan a niñas y adolescentes es menor de 17 años
El diagnóstico emitido por el gobierno estatal y la UNASSE alerta que “las niñas menores de 15 años no están integradas en la preocupación, por lo tanto, las normativas relativas a los derechos para ellas, no existen en Yucatán”.
El diagnóstico también indica que la mayoría de los embarazos adolescentes e infantiles se vinculan con la violencia sexual. El propio director del Coespo, Roger González Herrera, escribió un artículo para el Diario de Yucatán el 11 de mayo, en el que reconocía que “esas niñas no eligieron ser madres, obviamente fueron forzadas, porque a esa edad no se puede hablar de consentimiento de una relación sexual, sino de abuso sexual”.
Como documentó el reportaje escrito por Katia Rejón y Lilia Balam, publicado en Haz Ruido, entre 2009 2018, fueron 4 mil 150 menores de 15 años las que dieron a luz en centros de salud del gobierno yucateco.
La situación del embarazo adolescente se relaciona también con el estigma desde las dependencias de salud pública. La UNASSE indica que, en sus entrevistas, se encontraron “actitudes de estigma y discriminación por parte del personal, hacia usuarias adolescentes que acuden a los programas de salud reproductiva, a fin de acceder a medidas anticonceptiva”.
Dentro de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes se determina que deben existir esfuerzos de comunicación estratégica y mercadeo social para acercar la información a las personas jóvenes; el abasto ininterrumpido de anticonceptivos; educación integral en sexualidad en las escuelas, entre otros.
En Yucatán, no hay campañas de concientización sobre el embarazo adolescente que sean visibles y permeen en la sociedad para reducir la cantidad de niñas y jóvenes embarazadas, y mucho menos campañas que traten el tema del abuso sexual y la violencia dentro de las familias. (Foto de Valentina Álvarez)