Año nuevo y los rituales para soltar
Tiempo de limpiar, soltar y de abrir las manos para recibir
Por Elena Martin
“…que todo el mundo en esta tierra se porte bien y se acabe la guerra…
Hay gente que te dicen que no creen en na’ y van a consultarse por la madruga’
No tengas pena, pide pa’ ti, no pidas cosas malas que te vas a arrepentir…”
Adalberto Álvarez.
Mérida, Yucatán, 31 de diciembre de 2023.- ¿Y qué tú quieres que te den? Es el nombre de la plegaria convertida en canción que el arreglista y compositor cubano Adalberto Álvarez escribió en 1993 al encontrarse en medio de una ceremonia religiosa, y que viene a colación ahora que estamos por finalizar un año y comenzar uno nuevo con la esperanza de que sea mucho mejor del que está por concluir y para eso hasta el más escéptico lanza una oración, un rezo o un ruego.
Actualmente está muy de moda lo esotérico, lo mágico, lo espiritual; sin embargo, desde hace mucho tiempo que se hacen rituales y limpias, tanto de la casa, del negocio y personales, con el firme propósito de que el nuevo año sea próspero, abundante en buena salud, dinero y amor, cada quien pide lo que le hace falta, anhela o lo que le conviene. Por eso el también pianista y cantante reza en su canción: “la gente sale, la gente viene y todos piden lo que les conviene”.
Los más creyentes iniciamos con el agradecimiento y diversas oraciones y rituales para soltar en los últimos días del año que está por terminar, una vez que hayamos concluido con los agradecimientos por todo lo que nos dio el año, ya sea bueno y no tan bueno, porque hasta de eso aprendemos, ganamos conocimiento y experiencia, recordemos el refrán que dice: “No hay mal que por bien no venga”.
Una vez que hayamos dado las gracias a Dios, Buda, Alá o el mismo universo, debemos limpiar físicamente nuestro entorno, tirar lo que ya no sirve como ropa, zapatos, juguetes, muebles, trastes, vajilla, etcétera, es importante mencionar que, sí son cosas que están funcionando, pero ya no las usamos hay que regalarlas o venderlas, según consideren.
Después iniciamos con las limpias energéticas de nuestro entorno, casa, oficina o negocio según sea el caso. Finalmente con nuestro propio cuerpo. Esto es una vez que físicamente esté limpio, pasamos a sahumar con incienso, de preferencia de palo santo, de coco, de mirra, canela o sándalo, de atrás hacia delante, rezando la oración de nuestra preferencia siempre pidiendo cosas buenas, protección y salud. El incienso significa el aire. Hay que poner una varita de incienso en cada cuarto de la casa o negocio.
Algo sumamente importante es trapear, igual de atrás hacia adelante con una loción (hay una especial que venden en una tienda en el mercado de Progreso es una formula especial que se hace específicamente para año nuevo) de preferencia mandarina, que es sinónimo de abundancia económica, o si lo prefiere se pone la loción en una botella con atomizador y se rocía por toda la casa o negocio, se guarda la mitad del líquido para su baño personal.
Para la limpieza personal se usa un jabón Coco-Eleguá para purificar, abrir los caminos y comenzar el año con protección y abundancia; al final del baño se echa la loción que guardó y que ya habrá diluido con más agua, una vez que terminó con dicho ritual enciende una veladora de preferencia piramidal de 7 colores ya sea en la entrada principal de su casa o en la sala, siempre cuidando que no vaya a causar ningún accidente, se pone en un plato de cristal blanco si no tienes blanco puede ser de cualquier color, menos negro.
Algo que no debe faltar son los granos de arroz, lenteja, maíz, frijol, que representan las abundancia y prosperidad, esos pueden ser rociados en la puerta de la casa o tenerlos en un recipiente de cristal hay quienes ya saben hasta cómo decorarlos y les ponen canela, anís estrella e incluso clavo de olor.
Otro ritual es poner laurel en los zapatos, o un billete de la más alta denominación en cada uno de los bolsillos de la ropa, o un dólar en la cartera para que siempre haya dinero en ella. Todo esto se puede hacer desde el 29 de diciembre y los primeros días de enero pues no tienen que ser estrictamente el 31 de diciembre a las 12 de la noche y eso si no debe faltar por ningún motivo la fe con la que se hace cada ritual.
Todos estos elementos los pueden conseguir en un paquete que se vende en la tienda “El Aché” ubicada en el mercado principal de Puerto Progreso, está abierta de 8 de la mañana a 2 de la tarde de lunes a sábado, aunque esta semana también abrirán el domingo. La verdad es que desde hace varios años ahí acudo a comprar mi kit de limpieza como yo le llamo, porque además los precios son accesibles, por ejemplo, ésta cuesta 150 pesos, aunque hay gran variedad de productos esotéricos que se pueden adquirir como los dragones que, en la cultura china este 2024 corresponde al año del dragón de madera.
En casi todas las culturas, por no decir que, en todas, es lo mismo, limpiar de adentro hacia afuera, tirar lo que no sirve, o no se ha usado en un año; la premisa es clara, suelta para poder agarrar lo nuevo que llega, limpia y no acumules para que la energía se mueva, y eso mismo recomiendan que hagamos internamente, con nuestros sentimientos, soltemos todos lo que nos hace daño, nos molesta, nos incomoda, perdonemos y pidamos perdón.
Y aunque este de muy de moda lo esotérico hay quienes traemos eso en nuestro linaje, que nos gusta ayudar a la gente, “en veces” como decía ella con una limpia con huevo, otras con una palabra de consuelo; mi abuela materna era curandera, usaba las hierbas para sanar el cuerpo, un poco el alma, otro poco el espíritu, tenía la firme creencia de que los gatos te protegían y sanaban algún dolor físico al postrarse en la parte afectada y aunque no fue una mujer letrada, fue una mujer sabia querida y admirada en su entorno.
Mi madre me contó que cada vez que iba al mercado con mi abuela a comprar cualquier cosa, regresaba con su canasta llena de frutas, verduras y demás enseres que la gente le regalaba y aunque ella no las quería aceptar, lo terminaba haciendo para no hacer enojar a la gente que con mucho cariño se las obsequiaba, pues lo mismo había curado a un niño de empacho o del llamado “mal de ojo”.
No soy ni la cuarta parte de lo que fue mi abuela, pero si tengo muy claro que mi misión en esta vida es ayudar a los demás desde mi trinchera, que somos energía que se puede contaminar y que hay que limpiar y mover, que tenemos herramientas en la naturaleza que están para ayudarnos y que debemos cuidar y retribuir, que los animales y las plantas, así como las personas, si nos hablan bonito florecemos, que siempre hay alguien que nos cuida en un plano más elevado.
Que tanto los chinos, japoneses, hindús, africanos o americanos y sea cual fuere el nombre del Dios que sigamos, católicos, mormones, testigos de Jehová, santeros o ateos todos, sin excepción no escapamos de la justicia divina o del karma, lo que damos es lo que recibimos, es por eso la plegaria de Adalberto Álvarez dice: “voy a pedir pa’ ti, lo mismo que tú pa’ mi”, y que hay que tener claro qué tú quieres que te den.