Feminicida que se escondía en Yucatán era militar
Antes de asesinar a su ex pareja, el soldado la golpeó, violó y secuestró al menos en cinco ocasiones. Las autoridades de Hidalgo no actuaran para proteger a la mujer.
Con información de Animal Político
Mérida, Yucatán, 30 de marzo de 2019.- El hombre que fue detenido hace unos días por la Policía Estatal en Sitilpech, comisaría de Izamal, de nombre Cleotilde Manuel Espinosa Terrón, quien era buscado por asesinar a dos personas en Hidalgo, pertenecía al ejército mexicano cuando cometió los crímenes e incluso era capitán en la XVIII Zona Militar.
De acuerdo con reportajes de Animal Político, el 14 de agosto de 2014, dicho sujeto ingresó a la vivienda de su ex pareja, J. G. M., a quien asesinó a balazos frente a sus dos hijos. También ultimó al hermano de ésta, de nombre G. G. M.
Sin embargo, se documentó que dicho militar ya había violentado en diferentes ocasiones a la mujer. Entre mayo y agosto de 2014, la joven fue golpeada, violada y amenazada de muerte en cinco ocasiones, por el mismo sujeto, quien incluso la secuestró.
La ahora occisa fue víctima de violencia física durante los siete años en los que vivió en unión libre con Espinosa Terrón. Para finales de 2013, denunció esta situación ante la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, organismo que tardó cinco meses más en proceder contra el acusado, el cual fue consignado penalmente y recluido en una cárcel únicamente por dos días.
Un mes después, el militar invadió la vivienda de J. G. M., y la golpeó, enfrente de sus hijos, para luego darse a la fuga. De nuevo denunció los hechos a la Procuraduría, cuyo personal le sugirió otorgarle el perdón al militar, para evitarse así más problemas. La joven se negó e insistió en que se procediera penalmente y sólo así, esa dependencia aceptó tramitar una orden de reaprehensión en contra del soldado.
No obstante, el Juez Segundo Penal de Tulancingo de Bravo se negó a emitir esta orden por considerarlo una molestia para el acusado. Debido a ello, la mujer abandonó su vivienda y huyó a casa de su madre.
Espinosa Terrón se enteró en dónde estaba y acudió a ese lugar el cual allanó en dos ocasiones para golpearla y la violó. En la segunda ocasión usó una pistola para agredirla.
Ambos ataques fueron denunciados a la Procuraduría estatal que, tal como en junio, no hizo nada por dar seguridad a la joven y a sus hijos. En julio de 2014, es decir, dos meses después de ser procesado penalmente (durante dos días), el soldado atacó nuevamente a su ex pareja, esta vez secuestrándola.
Según la denuncia de la familia, el militar extrajo a la joven madre de la casa en la que se refugiaba a golpes, tirándola del cabello y apuntándola con una pistola para introducirla en un vehículo. Luego, puso a bordo a los dos niños y se fue, con rumbo desconocido.
El agresivo hombre, en complicidad con otro militar no identificado hasta la fecha, la mantuvo toda la noche privada de la libertad en una vivienda, junto con sus hijos. Ahí, la joven fue torturada, violada y, por enésima vez, amenazada de muerte.
Luego de que fue liberada por sus captores, junto con sus hijos buscó de nuevo ayuda de las autoridades, aunque ya no a la Procuraduría, sino a la XVIII Zona Militar de Hidalgo, a la que estaba adscrito el soldado Espinosa Terrón. Sin embargo, el Ejército se negó a auxiliarla.
Después de todos estos delitos en su contra, por primera vez la Procuraduría de Hidalgo se ofreció a remitir a la mujer a la Secretaría de Salud estatal, para que esta dependencia le diera albergue junto con los dos menores. Los trasladaron a un lugar secreto, en el que pudiera estar a salvo del violento sujeto.
Lamentablemente, tres meses después fueron expulsados de ese sitio, pues acusaron a la mujer de presentar “conducta agresiva”. La razón: ella exigió una jarra de agua y papel de baño para atender a uno de sus hijos, quien presentaba fiebre y diarrea.
Por sus propios medios, la familia de J. G. M., logró que fueran recibidos en otro albergue, el cual, no obstante, la joven decidió abandonar siete días después.
El 14 de agosto de 2014, tras salir de este segundo albergue, la mujer se dirigió, junto con sus hijos y un hermano, a la casa de la que había huido en junio, y de la que deseaba extraer sus pertenencias.
Ese mismo día, el soldado Cleotilde Espinosa Terrón invadió dicha vivienda y la asesinó, igual que a su hermano, con un arma de fuego. El sujeto escapó y estuvo prófugo durante cuatro años.
Tras todas estas injusticas e irregularidades que derivaron en el feminicidio de J.G.M., la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo emitió la recomendación 01/17, en el que documentó que la mujer y sus dos pequeños también fueron víctimas de maltrato, negligencia y denegación de auxilio por parte del mismo gobierno hidalguense, concretamente de la Procuraduría, el Tribunal Superior de Justicia y la Secretaría de Salud.
El militar estuvo prófugo durante cuatro años, hasta que por fin pudo ser localizado en Yucatán. Está imputado por los delitos de homicidio calificado y feminicidio.
De acuerdo con las investigaciones, el individuo, originario del Estado de México, evadió la acción judicial escondiéndose en varios lugares del país, hasta que hace aproximadamente dos años llegó a la comisaría izamaleña Sitilpech, en donde se dedicó a la agricultura y utilizó una identidad falsa.
Los agentes investigadores de Yucatán pusieron al sujeto a disposición de las autoridades hidalguenses y ya se encuentra en dicho lugar para enfrentar los cargos.