Devolver la voz a las víctimas de feminicidio
Cuando se habla de las mujeres víctimas de este crimen, la opinión pública reproduce y amplifica el discurso de los delincuentes.
Por Sylvia P.
Mérida, Yucatán, 19 de marzo de 2019.- Las personas se quedan con la versión del detenido, del acusado de feminicidio, esa es una cosa que te habla muy claro de lo que es el patriarcado, sostuvo la periodista Lydiette Carrión, quien con su trabajo para documentar las desapariciones y asesinatos de mujeres en el Estado de México ha logrado devolverle la voz a las víctimas.
Entrevistada al concluir su participación en el Encuentro de Periodismo Cultural, el cual se realiza en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2019, Carrión lamentó que, cuando se habla de ellas, la opinión pública reproduce y amplifica el discurso de los delincuentes.
Sin embargo, su libro La fosa de agua brinda a las adolescentes y jóvenes víctimas de feminicidio en las zonas de Ecatepec y Tecámac, en el Estado de México, la oportunidad de que su voz sea restituida.
En él, la autora retrata sus gustos y anhelos: una de ellas decoraba sus cuadernos con estrellas y soñaba con ser psicóloga, otra quería tomar un curso de gastronomía y asistía regularmente a un estudio bíblico, una más estaba aprendiendo a tocar el bajo y había logrado ingresar al Instituto Politécnico Nacional.
También recopila los testimonios de familiares y amistades, quienes desde el momento de la desaparición enfrentaron un doble suplicio: el de la incertidumbre, por no saber el paradero de la hija, la hermana o la amiga, y el de la revictimización, al escuchar que seguramente se “había ido con el novio” o “andaba en malos pasos”.
Al ser cuestionada sobre lo que significaron los seis años que dedicó a investigar la decena de casos que conforma su obra, comenta “lo hice muy de la mano con las mamás, hice un trabajo de ir y venir con las mamás. El manuscrito final yo lo pasé a los padres porque, como son casos muy complicados, me daba miedo poner en riesgo algo”.
“Fue una labor de escribir y reescribir, yo no quería revictimizar a nadie. Por eso me tardé, hice muchas versiones para tener el tono justo y narrar esta intimidad tan profunda de las niñas”, agregó.
Y es que, en un país donde en 2018 un promedio de 10 mujeres fueron asesinadas cada día por razones de género, la realidad que describe la autora no puede ser ignorada: la falta de oportunidades para la niñez y juventud, la carencia de servicios e infraestructura básica, los contextos de macrocriminalidad y una sociedad misógina.
A ello, se suman la indolencia e incompetencia de las autoridades encargadas de investigar los casos e impartir justicia.
Sobre ello, destacó su acercamiento a los expedientes, “porque de entrada parecen muy congruentes, pero cuando vas desagregando te das cuenta de que están muy maleados, muy sesgados, que ahí hay versiones que no se sostienen”.
A unos meses de haber sido publicado, se le preguntó si esperaba que con La fosa de agua cambiara la realidad de violencia que describe, a lo que Lydiette respondió “creo que tenemos que empezar a buscar formas de transformar la realidad mexicana, porque está de película de terror”.
“El país está muy mal, entonces el tema es pensar cómo vamos a reconstruirlo, no nos podemos quedar de brazos cruzados”, finalizó.