Suspirantes de la 4T a quienes les quedaría grande ser candidatos
Dichos y hechos: Algunos actores políticos se están moviendo para participar en las elecciones de Yucatán, pero asignarles candidaturas a pesar de su falta de oficio político o su controvertida trayectoria, podría ser contraproducente para la 4T.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 7 de marzo de 2023.- Aunque todavía faltan muchos meses para que arranque el proceso electoral en Yucatán, hay algunos actores de la política local de la 4T que evidencian cada vez más sus aspiraciones a obtener candidaturas de representación popular, pero que si tomamos en cuenta su perfil, su falta de oficio político o su controvertida trayectoria, éstas les quedarían muy grandes.
Dentro de Morena, uno de los nombres que más suenan como posible candidato a la gubernatura es el de Rogerio Castro Vázquez, actual secretario ejecutivo del Infonavit, pues en los dichos es uno de los liderazgos de cepa en ese partido y de los más leales al presidente. También existe cierta aceptación hacia él por no ser “chapulín”.
Sin embargo, en los hechos, su falta de oficio político y que tiene el carisma de un pan sin sal, han impedido que logre despegar en las encuestas y difícilmente la gente ubica cuáles son los resultados de su trabajo, cuál es su trayectoria o por lo menos en qué consistiría su proyecto de gobierno.
Tan mal posicionado está, que la más reciente encuesta de la empresa Massive Caller lo coloca en la quinta posición en el rubro de “¿Quién le gustaría que fuera el candidato de Morena a gobernador de Yucatán?”.
Rogerio Castro tiene una aceptación de apenas el 4.6 por ciento, al grado de que el senador Raúl Paz Alonzo, quien recién se “convirtió al morenismo”, está arriba de él, con 13.5 por ciento.
De nada le ha servido los miles de pesos que pagó para publicitarse con los Leones de Yucatán, ni los videos grabados con muy mala calidad que publicó en sus redes sociales en los que intentó venderse como un adversario del alcalde Renán Barrera Concha por el tema del predial.
Tendría que buscarse asesores que de verdad le funcionen –y que sí sepan de política- para que deje de ser un político pequeño.
Otro suspirante de la 4T a quien se le nota desesperado por una candidatura, es el diputado federal del Partido Verde, Mario Peraza Ramírez, quien en el círculo político es conocido por ser fantasioso, irresponsable y hasta mentiroso.
Uno pensaría que su principal debilidad es su nexo con la mafia inmobiliaria en la costa, razón que debería ser suficiente para descartarlo como candidato, pero como en la 4T todos los pecados son perdonados, él se presume como una carta fuerte para la gubernatura.
En los hechos, nos comentan que difícilmente Mario Peraza podrá avanzar en sus aspiraciones, debido a que no ha estado cumpliendo con los acuerdos políticos que tomó con diversos personajes que en un principio le creyeron y lo apoyaron.
Además, en su afán de ser candidato a la gubernatura por la 4T ha trascendido que intenta obstaculizar las aspiraciones de su compañera de partido, la diputada Federica Quijano, y que incluso intentó boicotear al dirigente estatal, Harry Rodríguez Botello Fierro, para tratar de quedarse con su puesto.
Ese juego sucio al interior del Verde y su falta de visión política, al final del día le cobrarán factura.
Quien recientemente alzó la mano para ser tomado en cuenta en las elecciones, es el secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem), José Manuel Peniche Marenco, quien ya hasta mandó a colocar anuncios espectaculares en algunos puntos de la ciudad, claro, sin tener nada qué presumir.
Nos cuentan que se oferta como un líder sindical con una fuerte estructura para obtener votos para la 4T, cuando en los hechos ha quedado claro que el movimiento político al que pertenece no tuvo la capacidad para siquiera contar con el registro como partido político, luego de la estrepitosa derrota de Fuerza por México en las elecciones del 2021 en Yucatán.
José Manuel Peniche es un aprendiz de dirigente sindical a quien le falta mucho para poder amar una estructura electoral como las que tenían la CROC o la CTM del PRI, las cuales no sólo garantizaban votos de sus agremiados y de sus familias, sino que realmente representaban una fuerza política que podía ser la diferencia en elecciones cerradas.
En política, quienes pretenden venderle humo a los dirigentes de los partidos políticos para tratar de obtener puestos de representación popular, deben tomar en cuenta que el electorado no es tonto y que está cansado de improvisadores. En política, la improvisación sale cara.