Toman las calles para exigir un alto a la violencia machista «en el estado más seguro del país»
Cerca de cien mujeres recorrieron el Paseo de Montejo para recordar a las amigas, hermanas y madres que ya no están porque han sido víctimas de feminicidio. Así se vivió otra jornada de #25N en la capital yucateca.
Por Itzel Chan / Fotografías de Otilia Rauda
Mérida, Yucatán, 25 de noviembre de 2022.- Desde el Monumento a la Patria hasta El Remate, en donde está colocada la Antimonumenta, cerca de cien mujeres caminaron esta tarde para pedir un alto a la violencia machista que permea en el estado.
Con pañuelos morados, pancartas en mano y consignas para exigir la creación de espacios seguros, recorrieron el emblemático Paseo de Montejo de la capital yucateca y también recordaron a las que ya no están.
“¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!”, gritaron las mujeres, haciendo hincapié en todos aquellos casos en los que amigas, hermanas y madres han sido desaparecidas, violentadas y asesinadas.
Durante el tramo, que ha sido derrotero con anterioridad en otras marchas en las que la solicitud es la misma, las asistentes se detuvieron a compartir testimonios propios de sucesos de violencia en sus vidas.
Reclaman a las autoridades que no sean omisas y apliquen las sanciones correspondientes a quienes agreden, violan y matan en Yucatán, “uno de los estados más seguros del país”, recalcaron.
Doña Ligia Canto Lugo, madre de Emma Gabriela Molina Canto, recordó que su hija fue víctima de feminicidio en marzo de 2017, cuando este caso sacudió a la sociedad yucateca. Gaby, como cariñosamente le llamaban, había denunciado en numerosas ocasiones los múltiples tipos de violencia por parte de su expareja, así como la revictimización de las autoridades.
La señora Canto Lugo exigió que sea confirmada la sentencia del responsable, Alberto Martín Medina Sonda, quien ha solicitado un amparo ante la justicia federal para revertir la sentencia de 50 años por este asesinato en razón de género. Además, hizo eco de otros casos que ha acompañado, que aún no han sido resueltos y han quedado impunes.
Algunas manifestantes asistieron con sus hijas e hijos, ya que piden que ellas y ellos crezcan en un entorno sin violencia. También se observó un contingente que lucha contra la violencia vicaria, es decir, cuando el progenitor utiliza a las niñas y niños para dañar a su madre.
Al finalizar el recorrido, las mujeres intervinieron la estatua de Los Montejo, ubicada en el punto conocido como el Remate. Esas esculturas, instaladas hace poco más de 10 años, han sido señaladas en numerosas ocasiones por especialistas y colectivos indígenas como un símbolo del raciclasismo prevalente en la ciudad de Mérida.