Víctor Hugo asegura no caerán en desacato ante amparos por Ley Isstey
El presidente del Congreso del Estado negó que dicha ley “se pueda caer”, por lo que no hay que ponerse “nerviosos ni deprimirse”.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 22 de noviembre de 2022.- Luego de que se resolvieron los primeros amparos de burócratas en contra de la Ley del Isstey, el presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Víctor Hugo Lozano Poveda, declaró que serán respetuosos de las decisiones de los jueces y que no van a caer en ningún desacato, por lo que pidió “que nadie se ponga nervioso”.
Como ha sostenido en otras entrevistas, dijo que toda norma es perfectible, por lo que si la autoridad jurisdiccional indica que en algún aspecto hay que modificar dicha ley para mejorarla, lo harán.
“No somos gente que no piense que siempre tiene la razón, por el contrario, insisto, el estar en la conciencia de que cualquier norma puede ser susceptible de un cambio en cuanto a la interpretación de un juez, eso lo vamos a acatar sin ningún problema”, señaló.
Eso sí, el panista aclaró que como Poder Legislativo harán uso de su propio derecho para argumentar lo que creen que es correcto y en su caso seguir llevando un debido proceso.
“No se trata aquí de quién va a resultar beneficiado o no, se trata de hacer leyes y de generar las reglas adecuadas para que la sociedad tenga en su Congreso del Estado a un poder que sea útil para él”, indicó Lozano Poveda.
El diputado negó que la Ley del Isstey “se pueda caer”, pues las primeras determinaciones de los jueces que otorgaron amparos no fueron en contra de la generalidad de la propia norma, más bien se refiere a aspectos muy específicos, como por ejemplo, sobre cómo se pondera el salario del trabajador para el posterior pago de su pensión o jubilación.
“Nosotros estipulamos que sea de una forma, el juez piensa que debería ser de otra, llegaremos a la siguiente instancia para que se vaya a determinar. Es un ajuste de un criterio nada más, no de la ley completa”, precisó.
Recalcó que no hay que emocionarse, pues los amparos no son para salir, gritar o deprimirse, por el contrario, hay que tomar buenas decisiones para los trabajadores al servicio del Estado y para la viabilidad financiera de un Instituto que requería urgentemente un cambio en la forma en cómo es administrado.